Delirio en Utah: a los Lakers les salva el entrenador rival

No se ven de manera habitual sucesos como los que se dieron este domingo por la noche en el Delta Center de Salt Lake. Otro encuentro mal resuelto por los Lakers, y empiezan a ser demasiados en las últimas fechas, que sólo cayó de su lado gracias a un error ajeno. Así es, el entrenador rival, Will Hardy, tuvo un momento a lo Remedios Cervantes cuando el partido estaba en el aire, sacó su faceta más mandona y ordenó un tiempo muerto a los árbitros cuando uno de sus jugadores, Collin Sexton, había roto a la defensa contraria e iba a anotar para ganar. De esto, evidentemente, se extraen muchas enseñanzas.

Para empezar, en el plano meramente resultadista, los angelinos salvaron el día. 104-105. De haber caído hubiese sido la quinta en seis encuentros. En este tramo del curso están empezando a sufrir, sin toda la plantilla a pleno rendimiento y con la mosca detrás de la oreja. Tanto de Redick, que ya ha dejado alguna perlita a modo de enfado, como de LeBron, al que viejos automatismos empiezan a fallarle. Por poner un par de ejemplos, que hay más. Davis (33+11) y James (27+14) tuvieron que dar lo que tenían al verse sin el acompañamiento de Russell y Reaves en la dirección ni el de otros activos valiosos de la rotación como Reddish o Hayes.

Lo de ganar con todo en contra debe aplicarse a otros envites. Desde luego ésa no fue la sensación con la que se abandonó la pista de Utah. Más bien acababan de darles un regalo por Navidad cuando todavía queda casi un mes para esas jaleadas fiestas. El entrenador contrario les acababa de salvar de una buena. Los Jazz, que han ganado sólo cuatro de los veinte partidos disputados, están en la lucha por no luchar, compiten poco en la clasificación de una Conferencia Oeste que de por sí es dura, y por ello las especulaciones salen a flote cuando hay hechos que generan tanta extrañeza como los de esta cita.

¿Están pensando en Cooper Flagg, portento de Duke que apunta a número uno generacional, y por eso se dejan ir? Sería una definición actual del concepto del tanking. Difícil pensarlo. Acabamos de pisar diciembre. Ese tipo de conversaciones se llegarán a tener, pero dentro de un tiempo. Claro, semejante esperpento da alas a conspiranoicos de cualquier nave. Impera la incertidumbre.

De ese cierre tan heterodoxo se puede hablar largo y tendido. No se acota todo a la jugada en cuestión. El precedente de Los Ángeles fue loco de por sí, con un intento de remontada de los Jazz que casi se hace realidad. Aquí los Lakers entraron en los últimos cinco minutos con siete tantos de ventaja. LeBron anotó una bandeja en el centro de la zona que también salvó muebles en contraposición a los triples de héroe que se jugó, en toda la noche no le entró ni uno y lanzó nueve. Hachimura, perdido, bien pudo tirar el partido al cubo de orgánicos. Suerte tuvieron de que Sexton, tras el tiempo muerto, no se posicionó bien.

Sirvió de poco que los Jazz se hubieran cansado la noche anterior, que los Lakers habían tenido libre, porque sí querían llevarse este partido. Se les vio el colmillo, al menos a todos los jugadores. La lástima estuvo en tan irreflexiva resolución.

A pesar de que el choque fue parejo hubo opciones para ambos. En el segundo cuarto, con un 12-2 de parcial, se vio una buena cara en el bando local, como intentando dar el tirón y dejar atrás a los Lakers. Estos recuperaron aire y equilibraron. Después tocó su turno, ya en el último periodo. Por hacerlo ahí y no antes la sensación de rotura de partido era mayor. Rui, con dos triple seguidos, puso ocho de distancia, que llegó a ser de un +9 de máxima en dicha franja. Sería de lo poco a rescatar en la larga distancia, donde los de J.J. firmaron un 22% de acierto (7/33). A partir de eso apareció Markkanen, autor de 22 tantos, como símbolo de la pugna local, sobre todo en la lucha por el rebote. Sacaron de punto a los Lakers. LeBron intentó sentenciar con uno de los tiros exteriores que ahora tanto le gustan y esta vez no pudo ser, a la carrera para resolver la contienda; Sexton se armó de valor contra Hachimura, le superó por pura aceleración y Hardy saltó a la cancha pidiendo el tiempo muerto cuando su base estaba levantándose para anotar una bandeja. Lo nunca visto.

Malas sensaciones antes de seguir por su conferencia y medirse con los Timberwolves, uno de los conjuntos potentes que tampoco está dando con la tecla. Con actuaciones como las del Delta puede que pronto la banda deje de sonar.

Otros resultados de la jornada en la NBA:

Knicks 118 - 85 Pelicans

Raptors 119 - 116 Heat

Rockets 119 - 116 Thunder

Nets 92 - 100 Magic

Clippers 126 - 122 Nuggets

Kings 125 - 127 Spurs

Grizzlies 136 - 121 Pacers

Cavaliers 115 - 111 Celtics

Blazers 131 - 137 Mavericks

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