Brunson silencia Ohio

Los playoffs son así. De repente, una serie que pensabas que iba a ser de una manera empieza de una forma radicalmente distinta a como te la habías imaginado en la cabeza. Es lo que ha pasado en Ohio, donde los Knicks han ganado a los Cavaliers y han conseguido la ventaja de campo. La eliminatoria más interesante de la Conferencia Este empieza de la mejor manera posible para los neoyorquinos, que no superan una ronda de playoffs desde 2013, con Carmelo Anthony en el equipo. Y no es que fuera inimaginable, pero la situación seguro que era bien distinta en la mente de los aficionados del Rocket Mortgage FieldHouse, que vieron el primer partido de playoffs sin LeBron James en todo el siglo XXI. Casi nada para una celebración que no se ha dado, que pone el 0-1 para los Knicks y deja tiritando a unos Cavs que tendrán que ganar sí o sí el siguiente choque si no quieren viajar a la Gran Manzana con una situación imposible.

Un lanzamiento de Jalen Brunson a 35 segundos del final fue lo que sentenció definitivamente el partido. Era el 95-99, algo irrisorio dentro de unas cuentas que acabaron 97-101 a favor de los Knicks, que ya entonces se dedicaron a resolver el duelo desde la personal. Brunson anotó 9 de sus 27 puntos en el último cuarto, una cifra que permitió a los de Tom Thibodeau mantener una ventaja que a la entrada del último periodo era de 70-78. Se cerraron atrás, no dieron excesivas concesiones a sus rivales y cuando, envalentonados por su público, amenazaron con dar la vuelta al luminoso, Brunson emergió como elemento diferenciador e inclinó la balanza a favor de unos Knicks que consiguen una victoria tan inopinada como merecida. Y, a la vez, increíblemente importante.

Los Knicks llevaron la iniciativa, llegaron a tener ventajas de 12 puntos, supieron sufrir y controlaron el choque como si lo hubieran disputado muchas más veces de las que en realidad lo han hecho. Julius Randle hizo un partido irregular (19+10+4 pero 5 pérdidas y 3 de 10 en triples) y Josh Hart aportómucha energía desde la segunda unidad (17+10, con 5 rebotes ofensivos). Solo ellos y Brunson superaron la decena de puntos, pero los Knicks consiguieron defender bien las situaciones de los Cavaliers y seleccionar de manera correcta los lanzamientos en ataque, con sus puntos claramente fuertes haciendo mella mientras el resto se dedicaba a controlar la situación. Fue uno de esos partidos que le gustan a Thibodeau: trincheras, barro, garra. Mucho rebote (51-38 para los Knicks). El baloncesto del Madison Square Garden. Y el de la Conferencia Este, claro. Sin disimular.

Entre tanto, los Cavs no lo hicieron bien. J. B. Bickerstaff utilizó una rotación muy corta y sobreexplotó a los titulares. Evan Mobley se quedó en 8 puntos y 11 rebotes con 4 de 13 en tiros de campo, Isaac Okoro hizo un rotundo 0 de 4 en triples, Darius Garland anotó 17 tantos pero cometió 5 pérdidas y Donovan Mitchell se fue a 38 tantos, pero estuvo precipitado a ratos y abusó mucho del triple (6, pero en 16 intentos, la mitad del equipo). Solo se salvó Jarret Allen, que llegó a los 14 puntos y 14 rebotes. Ricky Rubio apenas participó durante 5 minutos. Un partido malo de unos Cavs que estçan ahora absolutamente obligados a vencer en el segundo asalto si quieren que la serie sea larga y no viajar a Nueva York con una situación prácticamente imposible. Veremos.