Brown y Tatum se reparten el trabajo de los Celtics

Después de dos frenazos ante Denver y Oklahoma, en Boston se repite la estrategia. Son cuatro victorias consecutivas, que suman ocho en los últimos diez partidos y treinta en el total de la temporada. El equipo de Mazzulla ha ido navegando en primera posición casi todo el curso y ahora que se acercan los Nets saca a relucir su buen historial en noviembre y diciembre. En el Garden volvió a triunfar ante unos Pelicans que lo están pasando mal en las últimas fechas.

En este 125-114 tuvo mucho que ver Jaylen Brown. No sólo por ser el más entonado de los locales, con 41 puntos y 12 rebotes, ni porque parezca que entre él y Jayson Tatum (31+10) se van pasando el relevo de liderar el ataque para maximizar el daño que hacen a los rivales, no, sino porque su tirón fue el definitivo para romper este partido y no volver a preocuparse por los de Luisiana. En la otra orilla se quedó en solitario C.J. McCollum, autor de 38 tantos, que no hace campaña para ir al All-Star porque ya está “pagado como un jugador de All-Star”. Los visitantes, catastróficos en la lucha por el rebote: perdieron 50 a 33.

Dentro de la zona falta Zion Williamson y como pegamento también faltaba Herb Jones, sin contar a un Ingram que también lleva de baja un tiempo. La absoluta falta de contundencia entre Valanciunas, Nance y Hayes no despertó en Willie Green las ganas de sacar a pista al español Willy Hernangómez, que ha podido saltar a pista en la mitad de los encuentros que su equipo ha disputado esta campaña. Rumbo cambiante en unos Pelicans que han frenado su ímpetu.

Al observar, entrando en la segunda mitad del tercer cuarto, que Brogdon (20) y Horford (14) se habían aliado con Tatum para encestar tres triples consecutivos y distanciarse de unos Pels que llamaban a la puerta, Brown quiso su porción de protagonismo. El alero no sólo puso por sí mismo la diferencia en el marcador por encima de la decena, limpió de polvo y paja el partido. Anotó 13 puntos sin mediar otros compañeros. De ese mazazo no se pudieron recuperar los visitantes, que durante el periodo restante sólo pudieron trenzar alguna buena jugada pero no reducir esa distancia ya insalvable. Para retener el caudal ofensivo de NOLA ni siquiera hizo falta el defensor más fiero de los verdes, Marcus Smart, y para cazar tantos rebotes no estaba tampoco el pívot Robert Williams, ambos reservados por dolencias de rodilla. El próximo viaje de Boston es a Brooklyn, donde se miden este jueves a los Nets en un duelo entre primero y segundo de la conferencia que, a buen seguro, será tratado como el partido de la semana en la liga americana.