Bocanada de aire para los Mavs

A estas alturas de temporada cualquier victoria suma para un equipo que se esté jugando los que se están jugando los Dallas Mavericks. Suma más si ese equipo viene de perder cuatro partidos seguidos y está inmerso en una crisis de juego y de nervios total. La victoria de esta noche es aire fresco para los Mavs, a los que su doble derrota ante los Hornets les había hecho un daño inmenso, en la clasificación, en su propia imagen y en sus cabezas. Por eso sirve de poco, en estas circunstancias, recordarles que han ganado a los Indiana Pacers sin tener enfrente a su all star, Tyrese Haliburton, al segundo jugador que más triples lleva esta temporada en toda la Liga, Buddy Hield, y al pívot titular y otra de sus estrellas, Myles Turner.

Sirve de poco y, sin embargo, hay que decirlo. Cierto es que los Hornets les ganaron por partido doble con una situación de plantilla parecida. Pero esta vez los Mavs sí supieron como aprovechar la ventaja. Entendieron el partido que tenían que hacer, por donde les interesaba llevarlo. Todo esto es algo novedoso. No se ha caracterizado este equipo precisamente por eso, en los encuentros en general y en tramos concretos en particular, en los que llegaba con ventaja a los últimos minutos pero la desaprovechaba de todas las maneras posibles, sin controlar nada de lo que sucedía en la cancha. Hoy no. Hoy han sido un equipo serio. El equipo que esperábamos a principio de temporada y que tan lejos queda ya.

Ayudaron las ausencias rivales, como ya hemos dicho. Y ayudó la presencia de Luka Doncic, que en un principio no iba a jugar al haber visto su 16ª técnica en el último encuentro en Indiana. Pero dicha sanción fue anulada por la NBA y el esloveno pudo hacer de las suyas en Indianápolis. Fue un encuentro de esos en los que no solo es superior a los demás, sino que lo parece. Controlando todo, decidiendo bien, acertando sus tiros (4/10 en triples, 5/5 en tiros libres) y dejando jugadas increíbles. En este caso sobre todo con dos asistencias alucinantes. Una desde la esquina, casi saliéndose del campo y rodeado por dos rivales, dando un pase de lado a lado de la pista pasando por debajo de la canasta para que Jaden Hardy (una de las pocas buenas noticias de los Mavs las últimas semanas) metiera uno de sus cuatro triples. La grada de Gainbridge Fieldhouse al unísono dio un grito de asombro ante lo que acababa de ver y el entrenador rival y su primer técnico en la Liga, Rick Carlisle, lo comentó después en rueda de prensa: “Luka ha hecho un par de pases increíbles que sólo un jugador en el mundo puede hacer”.

Los Mavs se quedan a medio partido del noveno (Lakers) y décimo (Thunder) del Oeste. Y a dos del sexto (Wolves) y séptimo (Warriors). El problema para ellos es que este era el segundo encuentro en una gira de cinco partidos por el Este y ahora les llegan los dos más duros a priori: Filadelfia y Miami. Y en su situación dos derrotas seguidas más pueden ser letales.