Antetokounmpo y Wembanyama les dan la bienvenida al futuro

El futuro ha llegado al baloncesto con jugadores como Victor Wembanyama, un unicornio de 240 centímetros de envergadura, cuando todavía hay elementos disruptivos en el presente como Giannis Antetokounmpo. Un auténtico espejo en el que mirarse.

Wemby todavía es un novato en la mejor liga del mundo y en Milwaukee tiene al miembro de ésta al que más se puede asemejar, si es que eso es posible con un perfil que el mundo jamás había visto antes, por lo que su enfrentamiento era de los realmente esperados esta temporada. De los dos duelos que Spurs y Bucks tenían programados ya se había disputado uno y en él, con victoria de los segundos, el francés causó baja debido a unas molestias de tobillo; sólo quedaba una oportunidad para ver semejante espectáculo. Y lo fue.

Los Bucks volvieron a hacerse con la victoria, pero esta vez pasándolo mal, teniendo que utilizar toda su experiencia e incluso llegando a un final a merced de lo que decidiera su oponente. Wembanyama no pudo celebrar sus 20 años, cuyo aniversario era ayer, rematando la faena.

El resultado, 121-125, reflejó una batalla preciosa en dos niveles, tanto el individual como el colectivo. Recordemos que estos dos conjuntos están en sitios totalmente opuestos en la clasificación y sus aspiraciones también son astronómicamente dispares.

Los Spurs no sólo aguantaron hasta el final, sino que tuvieron el triple para empatar en un eléctrico desenlace en el que lucieron esas individualidades que de vez en cuando son tan necesarias. Antetokounmpo tuvo que exprimirse, 44 puntos anotó, y acabó con un triunfo muy valioso.

Milwaukee salió viva del Frost Bank Center en un final taquicárdico. Con empate a tres minutos del final Giannis encestó dos triples seguidos, una estrella fugaz en su firmamento, y Wembanyama respondió con uno por su cuenta. El griego marcó diferencias con un matazo en contacto por el que sacó falta a Tre Jones y quiso sentenciar en la siguiente acción de ataque: entrada a canasta, pasos marcados, extensión de brazo y, oh, ahí estaba Wembanyama para poner el mejor de sus cinco tapones. Todo estaba por decidir y la adrenalina subía después de esa jugada defensiva de los Spurs. El balón llegó a manos del francés, que lo cedió a su compañero Jones, solo en la esquina, y el triple que pudo mandar el partido a la prórroga no entró.

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