Ahora sí hay marejada en los Lakers

En ausencia de LeBron James, que seguirá al menos veinte días más de baja, cualquier partido que le toca a los rivales de los Lakers se convierte en una papeleta. Y a los Timberwolves le tocaba una importante porque es uno de los rivales directos en la lucha que se mantiene por ocupar las últimas plazas de acceso a playoffs. Si se suma alguna otra ausencia, en este caso no era la de Anthony Davis pero se mantenía la de D’Angelo Russell, es más dramático todo para los contrincantes. Hay que ganar. Los angelinos habían vencido en tres de los cuatro compromisos tras el All-Star y lo ponían todo más complicado. Para los de Finch fue un ejercicio de apretar todo lo que se pudo y pasar el trago, pero se cumplió y se salió del Crypto Arena con un triunfo que les deja respirar.

Davis estuvo solo esta vez, sin milagros de Schröder (3/13) o Reaves (2/8). El interior anotó 38 puntos en 32 minutos. Se hizo poco ante Gobert (22) o Reid (15), seguros en el tiro y con más elementos para hacer daño al contrario. Todo desembocó en un 102-110 que coloca a los Wolves en positivo, con un balance clasificatorio de 33-32, y que les hace ganar dos de los tres partidos programados del curso contra los Lakers y hacer historia: es la primera vez de su vida en la NBA que van a ganar un duelo de temporada contra uno de los equipos de Los Ángeles.

El equipo californiano se encomendó al buen trabajo colectivo de los últimos partidos, que ya hemos resaltado en este espacio que se han convertido en un motor extra para buscar una clasificación que se puso complicada, y a los cambios en el roster que se realizaron hace unas semanas. Curiosamente fue uno de los derivados del traspaso de Westbrook que antes estaba en los Jazz, y no D’Angelo ni Vanderbilt sino Mike Conley, el que decidió en su contra. Pasó como pasó y los Lakers no pudieron esta vez con la tarea. Pero, sin ganar, se ven de nuevo favorecidos por el lío en el Oeste: los Wolves toman ventaja y son séptimos, pero Jazz, Clippers y Pelicans, por delante de ellos, también perdieron y los que ganaron fueron los Thunder, a los que superaron el miércoles.

Para los de Ham volvió a ser un día de pelea con los lanzamientos exteriores. Ese 32% de acierto con sólo 10 aciertos en el triple lastró en demasía. Fue con los dos únicos tiros de tres en su haber con los que Davis lideró en el último cuarto. Los Lakers, por detrás desde un claro parcial del tercer periodo liderado por Edwards (19), fueron a por todas con un parcial de 10-1 en los minutos decisivos. A.D. lo cuadró con su segundo triple y puso a los suyos a cuatro de distancia a 4:12 y, después de un tiro más corto, a tres a 1:34. Conley, repitiendo esa estrategia de 3+2, sentenció cuando los locales empezaban a degustar otra remontada. Además de las malas decisiones de Schröder y Beasley, los que tienen los puntos en las manos jugando como directores para sustituir en funciones a Russell, vimos un duelo entre Davis y Gobert en el que el francés fue el de algún tiempo pasado, un tormento en defensa: forzó a Davis a llegar a seis pérdidas de balón. Como ocurrió en la caída ante los Grizzlies, de nuevo otros resultados aplacan una muy mala noticia para los Lakers. Hay poco margen en L.A. y, según recalca su entrenador, no sienten “esa urgencia”.