Adiós a la revolución: Jokic y los Nuggets, a las Finales de la NBA

Unos merecieron más y otros lo que consiguieron, pero aquí se acaba todo: los Nuggets llegan a las Finales de la NBA. Acaban con la revolución, la transgresión, el cambio. El equipo que acabó 2-10 la temporada y que se colocó, tras eliminar a los Warriors en el fin de una era, a 8 victorias del anillo, se ha quedado ahí. Nikola Jokic y Jamal Murray han sido demasiado para las cansadas piernas de los angelinos, apeados de la fase final con un injusto 4-0, tras cuatro partidos que podrían haber ganado y que han perdido en su totalidad. De nada han servido los finales igualados, los ajustes o el poder del Crypto Arena esta vez: se van. Ponen rumbo al rincón de pensar a pesar de una buena temporada que no se ha traducido en el campeonato, que es lo que realmente importa. Se quedan sin el premio final, aunque hacen una machada que se seguirá recordando. LeBron James se queda sin corona. Anthony Davis, sin consolidación. Y, por el otro lado, Jokic se reivindica como un jugador generacional, históricamente bueno y Murray y su desparpajo como una buena alternativa al régimen establecido. El no va más.

LeBron James dice adiós con honores, pero lo dice al fin y al cabo: se fue a 40 puntos, 10 rebotes, 9 asistencias, 2 robos y sólo 1 pérdida en casi 48 minutos, exactamente 47:56. Esfuerzo extraordinario el suyo, titánico, mágico, épico. Una actuación más para la posteridad, por mucho que sea sin premio. Unos números cimentados en un 15 de 25 en tiros de campo y 4 de 7 en triples y 6 de 7 en tiros libres. Fue el que intentó el lanzamiento final, espectacularmente defendido por Aaron Gordon y la defensa de los Nuggets. No lo concretó, igual que no logró anotar el anterior. Sus 31 tantos en la primera mitad (21 en el primer periodo) fueron 9 en la segunda. Cansado, fatigado, pero histórico, dejó en el aire su continuidad para el próximo curso, algo motivado por el calentón de la derrota o por sus propios pensamientos. LeBron, con 38 años y 20 temporadas en la NBA, ha arrastrado en estos playoffs una lesión constante de pie y ha hecho un esfuerzo monumental. Pero, al fin y al cabo, se ha quedado fuera de la pelea por el título y eso puede condicionar su futuro, por mucho que sus ansias de ganar sigan intactas y haya repetido hasta la saciedad que quiere jugar con su hijo Bronny, que podría llegar a la mejor Liga del mundo en el draft de 2024.

En 40 minutos, Anthony Davis consiguió 21 tantos, 14 rechaces y 3 tapones. Enormes playoffs los suyos, pero peores que los de un Jokic que volvió a conseguir un triple-doble (30, con 14 y 13) y ha promediado en la serie 27,8+14,5+11,8). Protagonista de la jugada final en la defensa sobre LeBron, no le importó que su equipo empezara perdiendo (34-28 al final del primer cuarto) ni que la distancia al descanso fuera grande (73-58). Siguió, arremetió contra la zona y no se arredró contra los ajustes de Darvin Ham, genial en estos playoffs pero peor que Mike Malone en esta serie. Ni con Rui Hachimura ni introduciendo en la rotación a Tristan Thompson consiguió frenar al serbio, MVP de las finales de la Conferencia Oeste y establecido ya de forma definitiva como un jugador histórico que no ha conseguido también el MVP de la temporada porque la NBA no ha querido. Lo de Embiid, ya, tal...

Los Lakers jugaron con una rotación real de 5 jugadores, con D’Angelo Russell fuera de la titularidad (14 minutos y un futuro incierto) y Jarred Vanderbilt condenado al ostracismo (no jugó). Todos los titulares superaron los 38 minutos, los 40 si quitamos a Dennis Schröder, y el esfuerzo constante se basó en que los buenos tuvieran una minutada. Los 17 puntos de Austin Reaves (21+5+3 en la serie) le consolidan como uno de los hombres del futuro y ahora los Lakers deberán decidir cuánto dinero (serán casi 100 millones) se dejan en renovarle. Más allá de eso, dio igual que todos jugaran tanto y que llevaran al límite sus cansadas piernas: un parcial de 16-36 en el tercer periodo lo cambió todo, los Nuggets recuperaron la iniciativa y fueron los Lakers los que tuvieron que ir a remolque en el último cuarto tras ir sostenidamente por delante en la primera mitad. Eran peores que los de Colorado. Sencillamente, no daban para más. Es así.

Se acaba una temporada para los Lakers mientras empieza una nueva vida para los Nuggets, que llegan por primera vez a las Finales y de paso consiguen también un 4-0 por primera vez en su historia. El nivel de Jamal Murray (25 puntos en este último duelo) ha sido supremo y no un condicionante y tanto el base como el pívot están perfectamente rodeados y tienen una cita con la historia, concretamente con Miami Heat si se cumple ese 149-0 que hay (150 ya) cuando un equipo se pone 3-0. Están en un momento fabuloso, tienen a un jugador extraordinario y para los anales en su plantilla, gozan de buena salud y han olvidado esa recta final de regular season que tantas dudas planteó y de la que ahora nadie habla. Malone, Jamal, Aaron Gordon (22+6+5 en este último duelo), Michael Porter Jr. (15+10), el ex de los Lakers Kentavious Caldwell-Pope (13)... Todos ellos, con un epicentro serbio con nombre y apellido, formar el clímax de un proyecto que ve la luz de forma rotunda y definitiva, que está a cuatro victorias del anillo. Son los Nuggets de Nikola Jokic. Y están en las Finales de la NBA. Historia.