MUNDIAL 2023

Críticas en Francia: “La preparación fue una farsa”

En Francia se tiran los trastos a la cabeza después del desastre de Yakarta. Según ‘L’Equipe’, Collet no corre peligro. La presencia de Embiid genera también polémica y está en el aire.

Yakarta

“Inimaginable, incomprensible, imprevisible (…). Un fiasco total, sin duda el más grande de la historia del baloncesto francés”. Así describía el enviado especial de L’Equipe, Yann Ohnona, desde Yakarta, la caída a plomo de un equipo que, hasta este domingo, era plata olímpica, subcampeón de Europa y tercero en el último Mundial. Desde el Mundobasket de 1986 de España, Francia no quedaba fuera en una primera fase. Nadie pudo esconder el fracaso. “Uno de los más grandes de la historia del baloncesto francés”, admitió el mismo Vincent Collet, seleccionador francés, en el Indonesia Arena. Es curioso cómo cambia el relato sobre Collet dependiendo de quien lo escriba. Gran parte de la crítica internacional lo considera un fiasco. Un técnico con lagunas tácticas incapaz ante grandes como Sergio Scariolo; o, sin ir más lejos, el mismo Luca Banchi, seleccionador de Letonia, que supo explotar las debilidades de los franceses. La prensa francesa lo considera, sin embargo, como una parte fundamental en los éxitos de la selección y un elemento de cohesión clave para que los jugadores acudan cada verano y el vestuario no se rompa. De hecho, culpan más a los jugadores que al seleccionador por el fracaso de este verano ya que consideran que, conocedores de que tenían una plaza garantizada en los Juegos de 2024 (el Mundial reparte dos pasaportes para selecciones europeas) la preparación ha sido una “farsa”.

La catástrofe de Yakarta ha sido comparada en Francia con el desastre de la selección de fútbol en 2002, cuando llegó a Sudáfrica como campeona del mundo y, después de perder en el debut ante Senegal, llegó el famoso motín de Knysna. La expedición de Francia, con estrellas NBA como Gobert, Batum, Fournier; y otros jugadores de gran prestigio como De Colo o Yabusele, está obligada a vivir un destierro de casi una semana en la que estarán obligados a jugar contra Líbano y luego, muy probablemente, contra Irán y Costa de Marfil. Seis de pesadilla para ser ordenado en un puesto del 17 al 32 del Mundial en el que habrá tiempo para que corran ríos de tinta.

De momento, el puesto de Collet no corre peligro y la vista está puesta en los Juegos. “Es un paso atrás”, admitió el seleccionador, que ha recibido voces en contra por permitir injerencias políticas. El veto a Heurtel por su fichaje por el Zenit ruso no goza de total consenso. Batum lo criticó veladamente al final del partido contra Letonia. Habrá que seguir con atención el proceso de construcción de Francia para los Juegos de 2024. La posible presencia de Embiid, que tampoco está asegurada, tampoco genera consenso. Una gran parte de la crítica considera que el proyecto no puede basarse en un solo nombre que además no conoce la metodología y los códigos; y que si hay que poner los huevos en una cesta, debe ser en la de Wembanyama como nuevo líder de un grupo en el que deben tener cabida los que siempre han querido estar (Batum, Gobert, Fournier). Es el momento de las grandes decisiones en Francia. Pero hasta que lleguen, el destierro de Yakarta va a resultar una dura penitencia.

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