LEB ORO

Triana: “Nos quedan pocas vidas y balas”

El presidente del Movistar Estudiantes hizo balance este miércoles de la temporada y del futuro del club, que jugará por tercer año seguido en la LEB.

Juan Pelegrin
Licenciado en Periodismo por la Complutense, comenzó en AS en maquetación en 2010. Tras su paso por fútbol, se unió en 2014 a baloncesto. Ha cubierto en directo la Supercopa de 2020, las Copas de 2020 y 2021 y partidos de España de las Ventanas. También el Eurobasket femenino de 2023. Escribió sobre la pandemia de la COVID en el confinamiento.
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El Movistar Estudiantes cerró este miércoles la temporada 2022-23. Un curso que ha sido “un fracaso, un desastre”, en palabras de Ignacio Triana. El presidente colegial hizo este miércoles ante los medios el balance de un año en el que la misión principal no se ha cumplido: regresar a la Liga Endesa. Los ramireños jugarán por tercera campaña consecutiva en la LEB Oro.

“Teníamos un presupuesto para acabar entre la tercera y cuarta posición… y fuimos séptimos. Tampoco nos habría valido finalizar en esos puestos porque nuestro objetivo es volver a la ACB, el lugar natural de este club. Si no logramos subir, este club dejará de ser viable”, continuó el máximo mandatario colegial, que fue muy claro con el futuro: “Quedan pocas vidas y balas”.

¿Cuál ha sido el problema para no salir del infierno? Se han cometido errores. Al principio, se planificó mal y se trató de arreglar a mitad de curso pero no se solucionó nada”. El Estudiantes arrancó bien la campaña, con un balance de 15-4 hasta febrero, cuando todo se hundió: cinco derrotas en los siete duelos que fueron del 5 de febrero al 1 de abril, con tropezones frente al Almansa y el Oviedo, dos equipos de la parte baja de la tabla. Desde ese mes solo se ganaron 7 de 15 posibles para un balance final de 22-12, a ocho victorias del campeón MoraBanc Andorra, y el mismo que el Valladolid, el Lleida y el Burgos, su verdugo en cuartos por la vía rápida y con factor cancha a favor (0-3). “Duramos el tiempo que tardaron el resto de equipo en pillarnos. No supimos reaccionar para cambiar el plan A que teníamos”, reflexiona el mandatario de un club que destituyó a Javier Rodríguez a principios de abril por el escenario negro que había y se previa sin cambios.

El futuro pinta claroscuro para los estudiantiles. Económicamente, la deuda, como el elefante, están en la habitación: siete millones de euros que se deben pagar en los próximos tres años. “El camino es largo, debemos tener recursos propios para ir pagándola porque la vía de la ampliación de capital ya está agotada”, comenta Triana, que subraya (y aquí cierta luz) que hubo una mejor de la eficiencia económica que ha dado como resultado 500.000 euros de beneficio operativo que se ampliarán hasta los 1,2 millones. El problema, que ni un céntimo puede ir destinado al proyecto deportivo, todo es deuda. “Cuando se deje de pagar, irá a los equipos”, comenta.

Triana deja claro que la viabilidad económica y deportiva están unidas. Sin una, no existe la otra y viceversa. Y de ahí la necesidad de ascender para que el Estudiantes no deje de ser relevante para los patrocinadores ni para acabar con la paciencia de los aficionados: “Si nos cronificamos en la LEB es difícil sostenerse”, subraya.

Con (otra, de nuevo) lección aprendida, el presidente dio pinceladas del próximo proyecto deportivo, que tendrá al entrenador como eje central (“Su figura es clave”). “Apostaremos por lo más seguro posible porque no podemos dar un puñetazo presupuestario encima de la mesa. Trataremos de fichar a los mejores jugadores posibles… y mantener lo bueno de esta temporada”, prosigue Triana, que no borra sus huellas de lo acaecido este curso: “Soy el máximo y principal responsable de lo ocurrido esta temporada”.

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