INTERNACIONAL

Tom Digbeu se decanta por España

El prometedor hijo de Alain Digbeu, ex de Madrid y Barça, toma un segundo impulso en Francia tras coquetear con la NBA. Pero mantiene su alma en España.

España cuenta con un jugador más en sus filas si así estima oportuna su convocatoria. Tom Digbeu, jugador de 21 años que ahora milita en el Alliance Sport Alsace de la Pro B francesa, se ha ofrecido. En una extensa entrevista realizada con Théo Quintard para Be Basket confirma que tiene tomada la decisión por si la Selección decide llamarle. Este prometedor jugador, por si hacen falta más pistas, es el hijo de Alain Digbeu, un alero que entre el final del siglo XX y el principio del XXI estuvo en la ACB con equipos como el Alicante, el Joventut, el Madrid o el Barcelona. Allí, en la ciudad catalana, nació un 24 de septiembre antes de que su padre, un verano después, cogiera el Puente Aéreo para ir de archirrival a archirrival.

“Me siento mucho más español que francés porque nací y crecí allí, así que es una elección natural. El país extranjero es Francia, no España”, apunta. “Es su decisión. Estoy con él al cien por cien porque es mi hijo”, añade el padre.

Tom ha ido dando tumbos desde que salió de la cantera del Barça en 2019. En el 2018/19, con el equipo filial, únicamente estaba promediando 3,9 puntos y 1,3 rebotes, pero un trampolín llamado Adidas Next Generation Tournament (la Euroliga júnior) le impulsó con 14,7 puntos y 5,7 rebotes ante las miradas de numerosos ojeadores. Sarunas Jasikevicius, que coincidió con su padre en el Barça, se lo llevó al Zalgiris un año antes de sustituir a Pesic como entrenador azulgrana.

Los de Kaunas le cedieron al Prienai, por donde pasaron los hermanos Ball (y su padre... y el show entero), pero una lesión grave de rodilla acabó con sus opciones. Y en el encierro pandémico se marchó a Francia sin permiso del club de origen y su contrato fue cortado.

Digbeu ha explorado la opción de la G-League como nueva salida, pero tampoco ha resultado ser su sitio, al menos por ahora. La 2021/22 la pasó en la liga oceánica, que la jugó con Brisbane Bullets, pero promediando sólo 12,3 minutos de juego tuvo pocas opciones de brillar. A finales de 2022 fue drafteado por el afiliado de los Pistons, Motor City Cruise, en el 28º puesto, pero jugó un único partido y fue liberado el 7 de noviembre. Ha encontrado cobijo en el Gries, un conjunto alsaciano.

La información mencionada en la entrevista habla de las opciones que tuvo durante el pasado verano. Lleida y Andorra llamaron a su puerta para la LEB y Murcia también se interesó estando en la ACB (un club que apostó por el Antetokounmpo menor, Alex, hace pocas fechas). Tom estuvo entrenando en Los Ángeles y se decidió a explorar las aguas de la NBA. “La NBA es la razón por la que comencé a jugar al baloncesto. Es algo a lo que estoy apuntando y siempre apuntaré”, agrega. “Siempre me han dado minutos de juego de forma inconsistente. No tuve los que necesitaba para demostrar lo que sé hacer”, dice. Durante su etapa en el Barça entraba en quintetos ideales y era catalogado por los portales especializados como uno de los chicos de futuro no sólo a nivel español sino europeo, ahora pugna por desquitarse de miedos y errores que han lastrado mucho sus primeras campañas como profesional.

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