Muurinen, el finlandés que aprendió a volar
El ala-pívot nórdico Miikka Muurinen es la gran expectación del Eurobasket por sus espectaculares mates. La NBA no le pierde de vista.
A primera vista, Miikka Muurinen no te dice nada. Espigado, de brazos eternamente largos y mirada infantil, el finlandés da la sensación de un chico demasiado alto para tener un mínimo control sobre la movilidad coordinada de sus brazos y sus piernas.
Pero las apariencias, como en muchas ocasiones, engañan y cuando está sobre una pista de baloncesto comprendes por qué la NBA ya se frota las manos con él a falta de dos años para verlo sentado, de traje y corbata, esperando a que Adam Silver revele qué franquicia lo ha seleccionado en el draft de 2027.
Alero o ala-pívot, Muurinen ha sido la gran revelación de este Eurobasket. Por su valentía, con apenas 18 años; por su fiereza, por no amilanarse ante estrellas NBA como el serbio Nikola Jokic. Pero, sobre todo, por sus mates, porque Muurinen es el primer finlandés que ha aprendido a volar.
Ante Gran Bretaña y frente a Lituania, en los cielos de Tampere (Finlandia), firmó dos de los mejores mates de siempre en un campeonato continental: a una mano y tras un salto infinito. Contra Serbia, en octavos, ejecutó uno imposible, llevándose el balón hasta tocarse la espalda para luego hacer retumbar el aro del Riga Arena de Letonia.
“Tiene mucho talento, puede hacer muchísimas cosas y ya ayuda muchísimo a nuestro equipo con su altura, su capacidad atlética y su competitividad. Por eso, tiene un futuro brillante por delante”, asegura Lauri Markkanen, la gran estrella de Finlandia, que se clasificó para las primeras semifinales de su historia este miércoles tras derrotar a Georgia en cuartos. Alemania, la campeona del mundo en 2023, espera este viernes (16:00 horas, Courtside 1891).
Muurinen, con una envergadura de 290 centímetros, no solo machaca. También sabe poner el balón en el suelo y moverlo a su antojo. También empieza a ser una amenaza desde el triple y tras fallar los cuatro que intentó en la fase de grupos, descerrajó dos a Serbia y uno a Georgia en los cruces. Cuando las pulsaciones están incontroladas.
“Este chico surgió de la nada, pero tiene una increíble habilidad para crear jugadas cerca del aro, para el step out y para el rebote. Es un ganador”, aseguró Pete Kaffey, su técnico en el AZ Compass, su instituto en Arizona (Estados Unidos). El finés aterrizó en Norteamérica después de un breve paso por España, por Zentro Basket, un club de baloncesto de formación en Madrid.
De la educación secundaria pasará a la universidad. Ese es su plan. Arkansas, Kentucky, Duke, Michigan ya cortejan a este jugador, valorado como un cinco estrellas para el draft. La NBA es su futuro. “Mi objetivo es entrar en el top-5 del draft”, asegura Slim Jesús, como se le conoce. “Esperemos que se convierta en el mejor jugador del mundo. Requiere tiempo y práctica, pero es un jugador de la NBA, sin duda”, subraya Sasu Salin, capitán de la selección nórdica.
“Miikka es un poco bocazas, pero cuando estamos en la pista no le tiene miedo a nada”, describe el nuevo jugador del Movistar Estudiantes a su compañero, que luce un tatuaje en el cuello, justo debajo de la oreja, que reza The Truth, La Verdad. Un lema muy Paul Pierce.
“No se le puede encasillar: el límite se le queda pequeño. Vemos a una futura estrella del baloncesto”, comenta Lassi Tuovi, seleccionador de Finlandia y el entrenador que le dio la alternativa con los mayores en el verano de 2024 en el Preolímpico de Valencia, donde disputó tres partidos, uno de ellos ante España.
Y desde ese estreno, el rendimiento de Slim Jesus ha ido en aumento. De solo 7 minutos a 10 en este Eurobasket que le ha consagrado como el más que probable próximo gran jugador europeo en conquistar la Liga norteamericana. Lo tiene en su mano. Solo el tiempo dirá si aprovechó la oportunidad.
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