Muhate, entre el futuro en el exitoso 3x3 y el presente en Durán Maquinaria Ensino
Cecilia Muhate protagonizará junto a sus compañeras del Ensino el partido de la jornada de Liga Femenina Endesa que retransmite AS. Ferrol será su rival.
Cecilia Muhate, interior de 1,87 metros y natural de Madrid, es una referente en el entorno del baloncesto español por múltiples razones. Dos de las principales son su formación universitaria en Estados Unidos -cursó Psicología- con un posterior regreso al país para profesionalizarse en el baloncesto y su presencia en el entorno de la Selección de 3x3 que tanto dio que hablar el pasado verano con la plata olímpica en París. Ella, durante el invierno, está en el 5x5, disputa la Liga Femenina Endesa; ahora, a sus 27 años, en las filas de Durán Maquinaria Ensino. El duelo de este viernes entre las lucenses y Baxi Ferrol (20:15 horas en AS TV), es el que cada jornada retransmite AS a través de su página web.
Es una de las jugadoras españolas que se fue a la NCAA a formarse. En su caso, a Ole Miss. ¿Qué es lo que le llevó a esa aventura: el plan de estudios, mejorar el inglés, las opciones que veía en el baloncesto o alguna otra cosa?
Fue un poco de todo. Yo me acuerdo que ese último año que estuve en España lo hice en Rivas. Me daba un poco de miedo el hecho de querer seguir estudiando y también jugar a baloncesto en el alto nivel. Creía que por lo menos un año probaría a ir a Estados Unidos y vivir la experiencia americana, estar allí, entrenar, jugar, obviamente estar en la Division I era bastante atractivo, y todo eso me llamó. Cuando estuve haciendo entrevistas con ellos, te facilitaban mucho: tienes tus horas de entrenamiento, que sí que es una matada levantarte a las cinco a por las pesas, gimnasio, entrenamiento, clases, pero una parte muy importante de aquello era también el estudio. Se puede conseguir en España, y muchas chicas lo hacen, pero tiene que estar muy controlado por tu parte y requiere mucho más esfuerzo si quieres dedicarte al baloncesto en el más alto nivel. Mi generación, la del 97, fue casi toda a EE.UU. ‘Venga, va, vamos para allá'. Algunas sí que se volvieron al año, pero a mí me gustó mucho y acabé los cuatro de carrera.
Coincidió dos de sus cuatro años con Sebas Saiz, también de los Rebels de Misisipi. ¿Fue importante en términos de adaptación al lugar? Allí, con grandes marcas, terminó convirtiéndose en toda una institución.
Hablamos de vez en cuando, pero tampoco tuvimos tanta relación. Tuve la oportunidad de coincidir con dos chicas más que eran extranjeras, él también tenía otros chicos en el equipo que hablaban español. La barrera del idioma es lo que más costaba. Pero allí yo no le vi tanto como una referencia.
¿Llegó a ver por allí a Morgan Freeman? Era un asiduo del baloncesto en Ole Miss.
Sí, le vi. Estuvo en algunos partidos. Le gustaba venir.
Después de aquello regresó a España para meterse en el baloncesto profesional. ¿Cómo fue el choque con aquella nueva realidad?
En mi último año en college no sabía si quería jugar al baloncesto. Me seguía gustando el deporte pero no sabía si tanto como para seguir a nivel profesional. Estudié Psicología y me gustó. En aquel momento tenía la oportunidad de quedarme allí, ayudando a los entrenadores, y sacarme mientras el máster. Pero si me quedaba tenía que dejar el baloncesto. Tuve que sopesar la situación y decidí volverme a España, porque, obviamente, también echaba de menos mi casa, mi familia y el país en general. Decidí irme a la LF2 para coger confianza y estar cómoda, y estar así el primer año y tener mis retos en esa categoría. Estuve en Azpeitia muy contenta. Luego llegó el COVID.
El choque más grande fue el de las inversiones de dinero de Estados Unidos en facilidades, instalaciones y todo. No tiene nada que ver con lo de aquí. A lo mejor hay dos o tres clubes en España que sí puede afrontarlo, pero lo de allí es una barbaridad. Me acuerdo que trajeron a mi madre cuando me gradué y me decía: “Es que no necesitáis ni la mitad de estas cosas”. Pero allí había inversión. Luego llegas aquí, necesitas cosas que no tienes y te das cuenta de lo que a lo mejor no has aprovechado en aquel momento.
Desde hace un tiempo está en vigencia el nuevo convenio colectivo de la Liga Femenina Endesa. Usted, que vio aquella inversión en América de la que habla, ¿cómo ve ese progreso sindical? Se ha avanzado en temas como la baja por maternidad o el mínimo salarial.
Poco a poco se está intentando regularizar la situación. Es evidente que todos los clubes no van a tener el mismo presupuesto y es muy difícil que todo se iguale, pero desde la AJUB han conseguido que haya unos derechos y una protección a la jugadora que muchas veces se deja un poco de lado. Poco a poco se está consiguiendo.
No sé realmente qué hacía falta para que se profesionalizara una Liga que ya debería haber sido profesional durante mucho tiempo y que, en sí, ya lo es. No sé qué más tenía que haber o que pasar.
Cuando regresó a España lo hizo de la mano del Leganés. Ascendiendo a la Liga Femenina Endesa. Siendo madrileña sería un plus.
Desde el principio me hubiera gustado quedarme en Madrid porque llevaba cuatro años fuera de casa. Ese año fue superespecial. Jugar un fin de semana y que, a veinte minutos y tranquilamente, mis amigos y mi familia estuvieran allí. Sin preocuparme de nada. Estar en casa con mi madre y con mi hermana fue especial. Y que ganáramos casi todos los partidos, que la fase de ascenso fuera en Leganés o que se llenara el pabellón después de lo que pasó con el COVID fue superbonito.
En 2023 cambia de club dos veces en apenas unos meses. De Leganés va a Girona, que la ficha como temporera, y en verano firma con el Ensino, donde permanece hasta ahora. ¿Es más habitual de lo que parece ese vaivén?
En Girona mi contrato sólo era para acabar la temporada. Son situaciones puntuales en las que se te presenta una oportunidad y sopesas lo que más interesa. Las jugadoras cambiamos de equipo como cualquier persona cambia de trabajo, lo que en ese momento de nuestra vida nos convenga o queramos.
Yo me cambié de Leganés porque ya íbamos a descender, no teníamos nada por lo que luchar, yo necesitaba un cambio de aire por situaciones de mi vida, se me presentó la oportunidad de jugar a un nivel superior al que había probado toda mi vida y fui para adelante.
Luego me vine a Ensino por Antonio [Pernas], en LF2 me ayudó mucho a crecer como jugadora y persona, me conoce, sabe lo que puedo dar y sabe muchísimo de baloncesto. Yo, a día de hoy, quiero estar en el Ensino. El año que viene no sé qué pasará, si seguiré teniendo el mismo sentimiento. Esto es como cualquier otro trabajo.
Recién acaba de empezar la temporada. ¿Cuál diría que es el objetivo de su equipo?
Somos un club modesto. Pero el año pasado también lo éramos y nos quedamos a las puertas de cosas muy guays. Este año queremos seguir mirando a esa dirección. El año pasado empezamos intentando no descender. Este año, obviamente, tenemos que tenerlo en cuenta, pero siempre enfrentándonos a que hay que ganar día a día, centrarse en el partido más cercano, seguir soñando y, ojalá, metiéndonos en la Copa de la Reina o, si no es posible, acumular lo suficiente para meternos en playoff y así competir en EuroCup.
Lugo tiene a sus dos equipos en la máxima división del baloncesto: Ensino y Breogán. Santiago o Vigo han sido referentes antes dentro del marco gallego. ¿En la ciudad se siente un calor especial para los que juegan a este deporte?
Poco a poco va viniendo más gente a los partidos e interesándose por el baloncesto femenino. Nosotros intentamos atraer a la gente, yendo a los colegios, porque es complicado que se vaya a algo que no se conoce. Pero yo creo que cada vez la gente se da más cuenta de que en el masculino y femenino hay diferencia, sí, pero el baloncesto es baloncesto y es divertido de ver. Cuanto más vienen, más se quedan. Es con lo que nos quedamos nosotras. Cuanta más gente hay en las gradas, más diferente es jugar a si lo hicieras sin ella.
Es una de las que lleva años en la dinámica de la Selección Española de 3x3, una disciplina que ha terminado de explotar este pasado verano con la plata olímpica en París. ¿Cómo vio aquel éxito?
Fue muy emocionante. Yo llevo mucho tiempo, tres años, en esa dinámica y con muchas de esas jugadoras coincidí. Vega [Gimeno] estaba conmigo en Rivas y yo era una canija, ella era mi mentora, de ésas que llegas a un sitio nuevo y sabe ayudar a gente joven. Sandra [Ygueravide] desde el principio me acogió muy bien, me ayudó mucho. Son veteranas que te ayudan a ser mejor jugadora. Verlas triunfar y llegar a lo más alto después de quedarse fuera en Tokio, donde se vio que a ellas se les rompió el corazón, y que, después de todo ese tiempo, llegan a eso... Y que, en cierta parte, están ahí porque tú has estado con ellas, es superespecial. Yo cada vez que veo vídeos de ellas allí, aunque me da un poquito de envidia sana porque me hubiera gustado estar también, me alegro muchísimo.
El boom que ha dado el 3x3, cada vez hay más gente, es divertido, dinámico y me gustaría que fuera más que algo sólo de verano. Empecé hace tres años y me enamoré del 3x3.
Usted concilia el Ensino con su club de 3x3, que es el Bàsquet Girona. Durante la temporada de 5x5 eso no se compagina, ¿no habría que buscar alguna manera?
Con el calendario que tenemos no hay manera de tener una continuidad. Aún está muy lejos de llegar. En el 3x3 lo único que hemos tenido estos años en invierno es una concentración de la Española en las ventanas de febrero. Cada vez hay más equipos profesionales que juegan, se juntan, etc. Ha subido un montón el nivel. Durante el verano hay muchas jugadoras que no tienen la opción de irse a otros equipos, de seguir jugando al baloncesto, y es una manera divertida de mantenerte en forma y de estar conectada con un montón de gente dentro y fuera de España. Cuanto más pase el tiempo, mejor irá.
Se ha creado recientemente una liga de 3x3 para toda la temporada. Eso afecta, sobre todo, a jugadores que no están en el más alto nivel, que lo puedan compaginar. ¿Ve algún paso más que haya que ir dando?
Queda mucho. Hay muchas cosas que hacer, trazar un plan. Hay que crear una liga en condiciones, unos clubes que se comprometan a financiarla, tiene que haber un mercado, etc. Ha crecido el 3x3, pero tiene que haber un cambio muy grande para que las del 5x5 decidan dejar uno para ir a otro.
¿Qué espera usted de ese futuro? ¿Se ve en Los Ángeles? Porque es parte de la estructura de seleccionables.
Me encantaría estar en Los Ángeles, porque los Juegos Olímpicos son el sueño de cualquiera atleta, y creo que estoy en buen camino para poder conseguirlo. ¿Hay muchos factores? Sí. Pero, si no me viera capaz, no seguiría participando los veranos. Es un sueño lejano y me he quedado fuera de competiciones, a veces es complicado el cambio generacional...
Ygueravide y Gimeno siguen. Tras tantos años no se van.
Yo, si siguiera jugando como juegan, tampoco me iría (risas).
Ese futuro, a nivel personal, pinta bien.
Hay muchos factores a la hora de hacer un equipo. En el 5x5 hay doce plazas y, aunque no vayas a jugar, te puedes meter en el equipo. En el 3x3 hay cuatro y las cuatro tienen que ser importantes. Yo voy a seguir intentando mejorar, cada año entiendo mejor el juego, y con suerte en cuatro años podré estar en Los Ángeles. Y, si no, lo habré intentado.
El partido de esta semana en la Liga Femenina Endesa, retransmitido en esta web, será ante Baxi Ferrol, que juega competición europea y viene de ganar en casa del Galatasaray. ¿En qué línea han trabajado preparándolo?
Como cualquier otro partido. Estamos cerca el uno del otro y eso hace que nos conozcamos bastante, que sepamos de dónde cojea cada uno, qué tenemos que hacer parar ganar... Tenemos localizadas a las jugadoras que hay que frenar, qué es lo que ellos necesitan para ganar y con eso con lo que lo hemos preparado.
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