Movistar Estudiantes, puro talento para tomar Ourense

El Movistar Estudiantes sacó este sábado una victoria imposible en el Pazo dos Deportes Paco Paz (73-79). Incomprensible si tiramos simplemente de estadística porque los colegiales tomaron Ourense siendo despedazados en la lucha por el rebote. Fue una sangría. Los gallegos capturaron 43 rebotes, 20 de ellos ofensivos, tres más que el total de los atrapados por los madrileños (solo 3 en ataque de los 17 totales).

La ausencia de Pato Garino, por segundo partido seguido, se notó en esa batalla. Pero también la insistencia de los jugadores del COB por cargar el rebote: conocían la debilidad del Estu y la explotaron. De diez. Mendicote y Krikke se hicieron con 9 por cabeza, 4 ofensivos ante la pasividad y la mala colocación de los estudiantiles, que se salvaron porque tanta captura no dio rédito: solo ocho puntos hasta el último cuarto fueron por segundas oportunidades.

Eso, su pobre 5 de 28 desde el triple y sus 18 pérdidas permitieron a los colegiales salir con vida frente a un rival que no se encuentra en las últimas fechas con siete derrotas en las últimas ocho jornadas. De estar asentado en el playoff a sentir el aliento del Zamora y el Menorca. Mientras que el Movistar sigue adelante. Sin tiempo para coger aliento en su persecución sobre el Sïlbo San Pablo Burgos y del liderato de la Primera FEB. Una victoria separa a ambos equipos con el Flexicar Fuenlabrada pegado con un balance de 20-3 a sus vecinos de la capital.

Los defectos locales estaban ahí, pero por sí solos no sirven para ganar. Para ello, el Estu tuvo que poner sobre la mesa todo su talento. El del recién llegado Joaquín Rodríguez y el de su capitán Jayson Granger. El primero cerró con 17 puntos (algunos maravillosamente imposibles). El uruguayo, cedido por el Zaragoza, fue la punta de lanza del arreón inicial de los visitantes: parcial de 9-19 en los seis primeros minutos del encuentro. Todo pintaba bien, había mucha y buena presión defensiva; y el ataque fluía gracias a los robos en primera línea.

Pero, como siempre, bajón viene, bajón va, el Ourense entró en el duelo. Se puso a los mandos Brito (18 tantos). Se trabajó el rebote. Y llegó la igualdad. Ventaja al descanso, 38-36, y buenas sensaciones. La acumulación de faltas visitantes, cuarto tras cuarto, ayudaba a los gallegos a ser más agresivos en ataque y a los ramireños a cuidarse de meter la mano.

Después del descanso, el Estu cogió la delantera. No la soltaba, pero tampoco daba un estirón que descabalgase al COB… hasta llegar a los últimos 7 minutos. Granger asumió toda la responsabilidad y lideró el parcial de 7-14 final, que llevó del apretado 62-65 a falta de 6:42 al 69-79 con solo 1:16 por jugarse. Cinco minutos de pura dictadura del uruguayo con 4 puntos (11 al final), 1 robo y 2 asistencias (6), una a Kravic y otra para un triple de Andric. Fue un esprint letal que no pudieron seguir los ouresanos. Nueva victoria. Nuevas dudas porque es una tradición. Y partido entre semana en Castelló el martes a las 20:45 horas.

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