Luka Doncic, el superhéroe

De Luka Doncic se han dicho muchas cosas, algunas buenas y otras malas. Pero la inabarcable sucesión de halagos se queda corta cuando hablamos de un jugador único en su especie, generacional. Una estrella inequívoca a la que se le concede muy poco margen de error y que siempre está en el ojo del huracán, juzgado constantemente por la inmisericorde opinión pública, ese lugar en el que se ganan y se pierden las batallas que deciden las guerras. Copó todas las portadas con el bombazo que supuso su traspaso de Mavericks a Lakers en febrero. Y luego recibió una ristra interminable de críticas tras la eliminación de los angelinos y desde Dallas, donde Nico Harrison quiso castigar la reputación del baloncestista para explicar lo inexplicable: por qué le dejó marchar.

Ahora, su figura sale muy reforzada del Eurobasket. El esloveno ha dedicado el verano a ponerse en forma, por él y por los demás, para ser mejor y para evitar las malas palabras. Y vaya si lo ha conseguido: con eso de evitar el gluten y hacer ayuno intermitente ha perdido más de 10 kilos. Está más fino que nunca, las imágenes vistas en el gimnasio han dado la vuelta al mundo (como todo lo que tiene que ver con él) y le hemos visto cuajar un torneo sencillamente espectacular. Uno en el que se ha quedado a un paso de las medallas con un equipo que tiene una plantilla cuestionable, muy menor si la comparamos con alguna de la que tuvo en el pasado y también con la que tienen el resto de selecciones.

En 2017, Eslovenia ganó el oro en el torneo continental con un equipo que incluía a Anthony Randolph, Matic Rebec, Goran Dragic, Aleksej Nikolic, Klemen Prepelic, Edo Muric, Jaka Blazic, Gasper Vidmar, Sasa Zagorac, Ziga Dimec, Vlatko Cancar... y Luka Doncic. En el presente 2025, ocho años después, se han llevado a Martin Krampelj, Aleksej Nikolic, Klemen Prepelic, Edo Muric, Rok Radovic, Robert Jurkovic, Alen Omic, Gregor Hrovat, Luka Scuka, Leon Stergar, Mark Padjen y... Luka Doncic, que es el único que repite junto a Prepelic, Nikolic y Muric, superando el trío dinámico los 30 años de edad. Las notables ausencias del nacionalizado (y ya retirado) Randolph y del mayor de los Dragic, que además era un peso pesado dentro del vestuario, mermaron a la selección eslovena, que no ha tenido un relevo generacional más allá de un Doncic que lo intenta abarcar todo siempre que puede. Y que llega hasta donde llega. Que no es poco, si tenemos en cuenta quién le acompaña.

Unos números de otra era

Doncic no ha dejado en ningún momento de ser el protagonista en el Eurobasket. Ha superado los 25 puntos en todos y cada uno de los partidos disputados: se fue a 34 en el debut frente a Polonia, a 39 contra Francia, consiguió un triple-doble ante Bélgica (26+10+11), sumó los mismos tantos ante Islandia, logró un 37+11+9 con Israel de rival y consiguió nada menos que 42, su tope en la presente edición, en octavos de final contra Italia. En la derrota en cuartos con el desafío perdido (con polémica) de la todopoderosa Alemania llegó a 39, con 11 y 7. Su media en el torneo ha sido de 34,7 puntos, 8,6 rebotes y 7,1 asistencias, además de 2,7 robos por partido. Nada mal para el esloveno, que no ha parado de hacerlo todo y de todas las formas posibles en un campeonato que termina antes de lo esperado, pero con un sabor más dulce del que suelen tener otras derrotas.

No acaba ahí la cosa: Doncic ha anotado casi el 37% de los puntos de su equipo en el torneo. Por ponerlo en relieve, hay que decir que Michael Jordan nunca llegó a ese porcentaje en cualquiera de sus temporadas en la NBA y sólo Wilt Chamberlain lo ha superado. Y, por otro lado, su media de anotación en todos los partidos de Eurobasket que ha disputado durante su carrera es de 23,4 tantos en 22 partidos. Dicha media le deja ya por delante de otra leyenda balcánica como Drazen Petrovic (23,2), mientras más atrás queda otro que sigue en activo, un Dennis Schröder que se queda en 22,1. Delante de él, el a priori inalcanzable Nikos Galis (31,2 en 33 encuentros, espectacular) y Radivoj Korac, que llegó a 24,8 en 34 asaltos. Su nombre lleva mucho tiempo entre los más grandes de la NBA, pero Doncic ha demostrado que no se queda atrás en el baloncesto FIBA y que ahí también va a ir de la mano de los que fueron los más grandes de la historia. Nada mal para un jugador que no deja de tener, recordemos, 26 años.

Es un misterio hacia dónde puede llegar Doncic en su carrera, pero está claro que ya es un talento absoluto cuando está físicamente mal y que su capacidad se multiplica cuando está físicamente bien. De hecho, aparte de estar nominado para el MVP del torneo (se lo llevó Dennis Schröder) y también para el premio a Mejor Defensor (que se llevó Isaac Bonga), una cosa anecdótica pero que pone en relieve su mejora en ese lado de la pista, otra de las muchas críticas que se suelen verter sobre su inabarcable figura. Ahora, la estrella pone rumbo al rincón de pensar y luego a la NBA, donde le esperan unos Lakers que a buen seguro estarán muy contentos con lo que han visto y que esperan una línea continua ascendente para volver a luchar por esos anillos a los que siempre aspira el mercado más grande de la historia y una de las franquicias deportivas más importantes del mundo. El campeonato será el próximo desafío de ese ser de otro planeta llamado Luka Doncic. Todo un superhéroe.

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