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Los rookies de Limasol

De Larrea y Saint-Supéry, 19 años ambos, ante el desafío gigante de dirigir a España en el Eurobasket. Yusta, Puerto y Sima, los otros debutantes en un gran torneo.

ALBERTO NEVADO
Redactor jefe de AS. Fue colaborador en AS (2000-04) y, después de pasar por Málaga Hoy, regresó como jefe de Sección en Málaga. Delegado de Andalucía entre 2009 y 2012, colaboró en la integración digital-papel de AS en Madrid. Cubre la información del Barça y la Selección de baloncesto. Tres Juegos Olímpicos. Colaborador de SER, Canal Sur y Gol.
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No estaba en ninguno de los supuestos hace apenas unos meses, ni siquiera semanas atrás. Pero las circunstancias que han rodeado la concentración de la Selección española de baloncesto este verano han desembocado en una lista final de doce jugadores para el Eurobasket de los cuales cinco debutarán en un gran torneo el próximo 28 de agosto ante Georgia en Limassol: De Larrea, Saint-Supéry, Puerto, Yusta y Yankuba Sima.

Los tres últimos pueden considerarse hijos de las Ventanas y luego volveremos a ellos. Pero el gran impacto está en la posición de base. Sergio de Larrea (4-12-2005) y Mario Saint-Supéry (14-4-2006), casi dos adolescentes, serán los directores de juego de un equipo que vuelve a presentarse en el torneo ignorado por los pronósticos, que le colocan en el puesto once de la tabla de favoritos.

A esta situación se ha llegado después, por orden cronológico, de la operación de Juan Núñez, que había debutado en un gran torneo en el Mundial de 2023; la retirada de la Selección de Sergio Llull; la baja de Lorenzo Brown por motivos personales (aunque su firma por el Milan también pesó). Y, finalmente, el KO de Alberto Díaz, que se había subido al carro a última hora al Eurobasket de 2022 y que también llegó casi sobre la bocina al Mundial de 2023, pero que esta vez ha tenido que decir basta. La media de edad de la Selección, 26 años, se ha rejuvenecido en tres respecto a los Juegos Olímpicos.

A Scariolo no le ha quedado más remedio que mirar a la base, esa que da éxitos cada verano a la FEB. De Larrea sí estaba en la primera lista, pero Saint-Supéry, que ha decidido volar a la NCAA la próxima temporada (jugará en Gonzaga con un jugoso contrato), había renunciado a ir con España B para centrarse en su salto a Estados Unidos. Las circunstancias cambiaron cuando recibió la llamada para estar en la Absoluta. Pese a su aspecto liviano, el Principito es un jugador vertical y con desparpajo.

De Larrea, por su parte, forma parte de la generación campeona del mundo en Debrecen junto a los Mara, Baba Miller o Izan Almansa. Es un base alto (1,96) que, como Saint-Supéry, también tiene buenas piernas, lo que garantiza energía. Los dos, que suman 16 internacionalidades, han sufrido en algún momento de los partidos contra Francia y Alemania para trasladar el balón cuando jugadores más veteranos que ellos suben el nivel de intensidad defensivo.

Por eso Scariolo pretendía tener de cualquier manera a Alberto Díaz, que era el jugador más veterano del grupo y podía hacer de mentor con ellos fuera de la cancha; y aportar experiencia y sangre fría si algún partido les sobrepasaba por su juventud. No ha podido ser.

Brizuela, que ya jugó de base algunos minutos contra Alemania en el Movistar Arena, aparece como comodín para emergencias. Un generador de juego que podrá aprovechar de situaciones de bloqueo y continuación, pero del que cabrá no abusar. Trasladar la pelota puede suponer un desgaste y no estar fresco para las labores en las que rinde más, como escolta. Es fácil suponer que Scariolo pueda guardarse la carta para los últimos minutos de los partidos o en situaciones de atasco.

Los otros tres rookies de Limassol tampoco estaban en las apuestas. Las retiradas de Rudy y Abrines, la renuncia de Llull a a la Selección y lesiones como la de Abalde le han abierto las puertas a Josep Puerto (siete veces internacional) y Santi Yusta (19), que pueden ser jugadores de momentos. El segundo, además, ha demostrado tener puntos en los bolsillos durante la preparación y esta llamada es un guiño del destino, tal vez, a esa canasta salvadora en Eslovaquia.

A Sima, nueve internacionalidades, que había renunciado a la última Ventana porque no veía opciones reales de jugar el Eurobasket, le han sonreído esta vez los acontecimientos. La renuncia de Garuba le abrió la puerta; y aunque en algún momento se pudo abrir el debate entre el nuevo jugador del Valencia Basket y Baba Miller, la imposibilidad de que el cuatro continuase con su preparación dejó al catalán como único candidato real a completar el juego interior. Sima también puede tener misiones especiales. La primera podrá ser en el debut contra Georgia, para frenar a Shermadini. Allá van los rookies de Limassol.

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