INTERNACIONAL

La nueva moda del baloncesto de selecciones: después de los fichajes llegan los traspasos

El caso de Gordon con Bahamas ha reactivado un modelo no tan usado en el baloncesto como el de las nacionalizaciones exprés.

La victoria de Bahamas en el torneo introductorio -un año antes- al Preolímpico de los Juegos de 2024, ante Argentina en Argentina, escoció por cómo se desarrolló. No fue sólo que los caribeños volvieran a contar con talento pocas veces visto en su selección, con Ayton o Hield, sino con otro jugador de la NBA que hasta fechas recientes no tenía la nacionalidad. Eric Gordon, que en la final ante la albiceleste se salió (27 puntos en 33 minutos), es uno de los pocos que en los últimos años ha logrado el traslado de una selección a otra. Gordon disputó el Mundial de 2010 con Estados Unidos, país natal, y a los 34 años ha cambiado para intentar con Bahamas ese sueño olímpico.

“En frío pienso: ¿es justo lo que hizo Bahamas? Nacionalizar en el último momento a un jugador que ya había competido por Estados Unidos. Esto de fichar al antojo se llama liga de clubes, no competición de selecciones. Y debería corregirse. No perdamos la esencia de las competencias internacionales”, recogía Andrés ‘El Chapu’ Nocioni a modo de queja en Twitter después de ver caer a su país. No es el único que lo entiende así.

El caso de las nacionalizaciones exprés en el baloncesto, debate regurgitado durante el último año tras el éxito de la operación de la FEB que terminó con Lorenzo Brown en el equipo de Sergio Scariolo y con los españoles colgándose el oro en el EuroBasket de 2022, ha dado paso a otra nueva vía. Ahora -en vez de los fichajes- se llevan los traspasos, un concepto que directamente (por definición) debería quedar fuera del baloncesto de selecciones. El ejemplo de Gordon es sólo uno de los que nos vamos a encontrar en los próximos meses, ya pasado el Mundial y con los Juegos en la mente de jugadores que ven posible el sueño olímpico pero sin realizarlo con el país en el que nacieron.

Lo que dice la FIBA

El caso de Eric Gordon, por salir bien, empieza a tener poso dentro del baloncesto de selecciones. Bahamas se basó en una interpretación del artículo 22 del libro 3 de regulaciones internas de la FIBA, el que habla de jugadores, entrenadores y demás actores de los equipos, para hacer seleccionable al ahora jugador de los Suns.

“Una persona que ha jugado con un equipo nacional en una competición principal de la FIBA después de haber celebrado su 17º cumpleaños no podrá jugar con otro equipo nacional de un país distinto. De todos modos, en una circunstancia excepcional, el secretario general podría autorizar a dicho jugador a ir con la selección de otro país si el cambio se hace por el mejor interés para el baloncesto. En caso de que el secretario tenga que decidir, deberá considerar la totalidad de circunstancias, sobre todo estos puntos:

a) el impacto del cambio en el crecimiento del baloncesto para los países o territorios involucrados;

b) el nivel de baloncesto en esos países, así como su posición en el ‘ranking’ mundial y resultados recientes;

c) el efecto potencial del cambio en la igualdad de las competiciones de la FIBA;

d) las circunstancias de la participación anterior del jugador en competiciones de la FIBA. Si la propuesta bajo este artículo es aprobada, debe revisarse si hay restricción bajo el artículo 3-20.a (el que versa sobre las nacionalizaciones para las plantillas, en las que sólo se permite un naturalizado por competición). Podría pagarse a FIBA una tasa administrativa”

Durante la Copa del Mundo se preguntó a Andreas Zagklis, secretario general de la entidad, por esta nueva ola que amenaza, de considerarse un problema, el baloncesto de FIBA. Se mostró un tanto cohibido a hacerlo apuntando hacia una dirección concreta, como la que ahora propone Bahamas.

“Debido a nuestra política no comento casos específicos. Pero entiendo la pregunta. La regla dice que no puedes cambiar si, después de cumplir 17, no hay circunstancias específicas que lo justifiquen. Tenemos bastante criterios y uno de ellos es cuánto llevas jugado con el otro país. Así respondo de manera indirecta, pero no quiero decir exactamente cómo vamos a manejar esto ahora o en un futuro. De todas formas estamos preocupados; no podemos utilizar tanto una excepción. Lo digo con discreción porque yo no puedo abrir la caja de Pandora”

Nuevos intentos

Viendo el éxito que tuvo el caso de Eric Gordon hay gente que quiere seguir su estela. Sin salir de Bahamas, para rematar el clasificatorio en el Preolímpico, y además de los mencionados Ayton y Hield, se baraja la opción de Klay Thompson. Otro campeón con la selección de Estados Unidos pero con origen bahameño por su padre Mychal (número uno del Draft 1978 y reconocida estrella en los Lakers). “Cuando se acerque el momento lo consideraré de manera más seria, sobre todo por lo que significa Bahamas para la familia Thompson”, dijo el escolta de los Warriors -oro mundial en 2014 y olímpico en 2016- cuando se le preguntó por esta posibilidad.

Este pasado verano se han dado de nuevo esos fichajes de cara al Mundial. Kyle Anderson a China, Carlik Jones a Sudán del Sur, Omari Spellman a Líbano, Rondae Hollis-Jefferson a Jordania... Con Estados Unidos como río que lleva el caudal principal. También hubo simples decisiones basadas en lo deportivo, como las de Banchero o Towns. Uno de los ejemplos fuera de este radar, el de Betinho Gomes: el ex-ACB, nacido en Cabo Verde, ha jugado para esta selección pese a haber participado con Portugal en otro gran campeonato (Eurobasket) 16 años antes.

Australia también coge carrerilla de cara a los Juegos, aprovechando los últimos coletazos de una generación espectacular, con Ingles o Mills como puntales. Dado que Ben Simmons es una quimera, un no querer y poder en vez de lo que realmente reza el dicho, los ojos se centran en Kyrie Irving. Él mismo se ha encargado de ello. Y tiene un pasado allí (nacido en Melbourne por el trabajo allí de su padre Dred). “Me considero un jugador internacional. Muchos de mis compañeros se ríen de ello y algunos aficionados pueden no estar de acuerdo, pero quería jugar para Australia”, dijo el de los Mavericks.

Hay precedentes sonados de esta regla hecha fichaje. Anthony Randolph, ex del Real Madrid, nació en Alemania y llegó a jugar con Estados Unidos en unos Juegos Panamericanos antes de enrolarse en la reconocida Eslovenia de 2017. Anton Gavel, de Eslovaquia a Alemania. Vassil Evtimov, de Francia a Bulgaria. En España hay ejemplos como los de Chicho Sibilio (República Dominicana) o Chechu Biriukov (Unión Soviética). Más extraño fue lo de Emir Preldzic: es bosníaco de Eslovenia y empezó con esa selección y, cuando se estaba planteando ir con Bosnia-Herzegovina a otro campeonato, saltó Turquía y aceptó esa convocatoria.

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