INTERNACIONAL

Japón, la Arabia Saudí del baloncesto

El país asiático lleva años invirtiendo en infraestructuras y talento para convertirse en un referente mundial del baloncesto.

No es ningún secreto que la liga japonesa de baloncesto lleva unos años tratando de imponerse a las competiciones europeas. El propio presidente Shinji Shimada dijo en su momento a un medio que su intención era convertirse en la segunda liga más importante por detrás de la NBA, sabiendo que es imposible competir contra la liga norteamericana. Como informa The Japan Times, el país nipón logró su cometido en otra área al llevarse la victoria por encima del equipo nacional de Estados Unidos en el Mundial de béisbol clásico, teniendo en cuenta que ése es el deporte nacional de ambos países (el ‘fenómeno Ohtani’ sigue a tope) y que el país norteamericano cuenta con la liga más importante de él, la MLB. También querían intentarlo con el baloncesto de igual manera. Desde hace tres años el deporte de la canasta ha ganado visibilidad gracias a la importancia de la B-League en el panorama nacional y la mejora de la selección nacional a nivel internacional. La EASL, que es la Euroliga asiática, ha sido uno de los factores que ha empujado al deporte para ser más reconocido en el continente asiático.

En la campaña 2015/16 la FIBA obligó al país asiático a unificar las dos ligas de baloncesto que se jugaban en el archipiélago; si no, se enfrentaban a sanciones que afectaban incluso al equipo nacional. Por lo que, a partir de ese momento y tras un largo proceso con una alta inversión económica, surgió la actual Liga. Cuenta con dos divisiones, la B1 y la B2. En su primera temporada logró reunir a un total de 24 equipos y superar las expectativas que se habían creado sobre ésta. Se trata de un cambio positivo, ya que mantener dos ligas diferentes se tornó insostenible, y a la vez se volvió una liga más profesional y con un gran atractivo para jugadores internacionales.

¿Pero qué tiene esta liga para que cada vez más jugadores con nivel para jugar en otras ligas más conocidas, o aquellos que quieren retirarse, se marchen allí?

Desde ya hace algunos años las ligas europeas atraen a aquellos nombres que no logran arrancar en la NBA o a los que ya han pasado allí sus mejores años de juego. El presidente de la competición ha visto eso como una oportunidad para ellos: quieren ponerse al mismo nivel que el baloncesto europeo y atraer a esos jugadores que alguna vez fueron de primer orden en el baloncesto a su Liga. Se encargaron de inyectar mucho dinero para cumplir con la expectativa de ser la NBA asiática, y, además, existe la diferencia de exigencia física, algo muy atractivo para estos jugadores: más dinero por menos trabajo. Como comenta Andrés López-Puente, creador de la primera y única cuenta de X (antiguo Twitter) en inglés dedicada en exclusiva al baloncesto japonés, la Liga ha tenido un crecimiento en los últimos años tanto en el ámbito masculino como en el femenino. Esto se debe a las diferentes participaciones en Juegos y Mundiales.

Se ha llamado la atención de potenciales patrocinadores, que han visto la oportunidad de invertir en una Liga que está en auge. Gracias a estos patrocinadores, que inyectan una cantidad importante de dinero, se permite cerrar contratos muy competitivos que se posicionan al mismo nivel que aquellos que hay en ligas europeas e incluso la NBA. Para ello no es necesario ser un jugador estrella, pues en una liga como esta ganan visibilidad que en ligas más potentes no tienen. Estos fichajes aportan caché a la Liga, pues son jugadores con experiencia en otras más conocidas. Con estos patrocinadores, la B-League ha tratado de seguir la estrategia del torneo norteamericano, contando con patrocinadores conocidos que invirtieran dinero. Maasaki Okawa, presidente, buscaba hacer de esta una competición conocida a nivel internacional en la cual se llenarán los pabellones. Lo intentó vendiendo los derechos a canales de televisión para llegar todavía más lejos y ofreciendo actividades a los aficionados presentes en los partidos para ver a su equipo. Incluso se puso un límite a algunos mecenas muy conocidos para que no existiese una desigualdad entre los equipos participantes en cuanto a presupuesto, y así hacerlo más atractivo para el público.

¿Por dónde empiezan?

Las canteras de equipos japoneses cada vez cuentan con más nivel. De estas salen buenos jugadores que en un futuro podrían triunfar y, como ya ocurrió una vez con el fútbol, quieren intentar lo mismo en el baloncesto. El interés de traer jugadores experimentados es evidente, pues son estos los que aportan nivel a la Liga y a los jugadores que participan en ella y que se pueden beneficiar del nivel técnico y táctico de los jugadores foráneos. Por lo que es importante que cada vez vengan más nombres conocidos. Es notorio que los nipones no tienen, por ahora, el nivel físico de los americanos, ni tampoco europeos, pero siendo por norma general una debilidad, por el momento, es algo en lo que deben trabajar.

Canteras emergentes

Las canteras de estos equipos están en constante crecimiento y desarrollo. De estas han salido jugadores con gran potencial como Yuta Tabuse (2004-2005), Yuta Watanabe (2018-), Rui Hachimura (2019-) o Yuki Kawamura (2024-). La llegada de jugadores experimentados ha aportado un crecimiento innegable tanto al nivel técnico como táctico para mejorar el rendimiento de aquellos que están aprendiendo.

Comenta Andrés que todos los equipos de la B-League están obligados a tener equipos de sub-15 y sub-18. Esto hace que los propios equipos cuenten con jugadores formados en las canteras que resulten en talento. El nivel de los entrenos y preparación se lleva a cabo gracias a entrenadores extranjeros que aportan otro enfoque en las dinámicas utilizadas. Añade el creador de la cuenta Japanese Basketball 365 que este sistema de desarrollo en las canteras incluye distintos programas escolares, academias que están especializadas y también competiciones a nivel nacional que aportan. Definitivamente la idea de los nipones es convertirse en un referente y lo hacen también desde las categorías inferiores invirtiendo en infraestructura para ello.

El Imperio del Sol Naciente sigue con su expansión en el mercado internacional. Ha tratado incluso de superar a la liga de su país vecino, China, invirtiendo unos tres mil millones de yenes (veinte millones de dólares). Su objetivo factible sería igualarlo, superar a la Euroliga (o, por lo menos, a la ACB), hoy por hoy las dos competiciones que están en el podio junto a la NBA, indiscutible número uno. Teniendo en cuenta que ambas ligas son diferentes, según López-Puente, la liga china está centrada en atraer a grandes nombres y estrellas de la NBA, mientras que en la liga nipona están más centrados en atraer a jugadores internacionales pero también fomentar el talento nacional. Además, la japonesa está más enfocada en el marketing con la finalidad de hacer más eficiente todo el aspecto de la monetización.

¿Algún ejemplo de jugador que decidió dar el salto recientemente? Johannes Thiemann, un pívot alemán que este año tras abandonar el Alba Berlín y decidió trasladarse a Japón, concretamente a los Gunma Crane Thunders, equipo de la ciudad de Ota. El club le ofreció al jugador un contrato que lo convirtió en uno de los mejores pagados de la liga nipona. Con 2,05 de altura, el pívot es un plus para su equipo en una competición donde la altura no es predominante.

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