Guillem Ferrando, un base de los de antes

El Movistar Estudiantes ha sido un balancín de emociones estas últimas tres semanas. De la amargura por la derrota en el Magariños contra el Leyma Coruña (76-78), que dejaba en un hilo las opciones de ascenso directo y que se llevó por delante a Francis Alonso (rodilla, tres meses fuera) y Michael Carrera (sanción de cinco partidos) a la dicha tras asaltar el Coliseum y colocarse colíder de la LEB Oro.

Un nuevo comienzo que tiene su siguiente capítulo este domingo en el WiZink Center (12:30 horas, LaLiga+) ante el Ourense, que se ha caído tras un gran arranque de temporada: de ganar seis de los ocho primeros partidos a solo uno de los siguientes siete, del 6-2 al 7-8, fuera ya de los puestos del playoff. Y un nuevo inicio también para Guillem Ferrando, nueva incorporación colegial por la lesión de Alonso.

El base (21 años y 1,84 metros) llega cedido desde el Valencia Basket y debutará contra los gallegos. El Estu le inscribió en su plantilla este viernes 5 de enero tras ponerse a principios de semana a las órdenes de Pedro Rivero. “Me he encontrado muy buenos compañeros. Me han acogido genial, también los entrenadores. Me han hecho el trabajo fácil y me está costando muy poco acoplarme al equipo”, asegura a AS Ferrando, que ya conoce su cometido en el pista: “Rivero me ha dado mucha tranquilidad. Me ha pedido que juegue como sé, que organice al equipo. Que sea valiente. Y que en defensa esté serio, apretando”.

Ferrando no desconoce la LEB Oro. La pasada temporada jugó 22 partidos entre el Melilla y el Albacete. Sus medias, buenas, 12,1 puntos (32,1% desde el triple), 2,9 rebotes y 4,2 asistencias para 11,5 de valoración en 26,5 minutos sobre la cancha. “Me dieron mucha confianza en mi juego. Son dos sitios en los que pude demostrar cómo es mi juego. Me dieron libertad y aprendí mucho”, continúa el valenciano.

Esta será su tercera cesión en casi dos años. Muchas vueltas para un jugador de tan solo 21 años… aunque él no lo ve mal: lo importante es tocar balón en pista. “En estos momentos de mi carrera necesito jugar y venir aquí es una oportunidad muy buena. El Estudiantes está arriba, con aspiraciones de ascender. Es un equipo serio, muy bien trabajado, que tiene las cosas claras”, comenta el de Benifairó de la Valldigna. “No es fácil (ser cedido tanto), pero me suelo acoplar muy bien a los sitios. No he notado ninguna dificultad”.

De familia baloncestística, Ferrando ya empezó a ver los partidos de su Valencia Basket desde pequeño. Allí, en el club taronja, debutó en la élite, tanto en la Liga Endesa (39 partidos en tres temporadas y media) como en la Euroliga: 15 encuentros a su espalda. “Entrenar y estar con grandes jugadores en el Valencia me va a servir para ayudar a las aspiraciones que hay aquí”, asegura Ferrando, que tiene claro que quiere ser de mayor: “Un base de los de antes”. “Que le gusta organizar, que esté todo el mundo involucrado en el juego. Prefiero asistir que anotar, pero también tener amenazar exterior y en ataque”.

En ambas competiciones ha disputado una media de 9 minutos y ha compartido vestuario con jugadores del más alto nivel, referentes en el puesto de uno, el suyo, como San Van Rossom o Martin Hermannsson: “Son grandes personas. En los entrenamientos, estaban pendientes de mí, de ayudarme en todo lo que me equivocaba. Me han ayudado mucho”. Dos buenos espejos en los que fijarse para un jugador que cumple una nueva etapa en su carrera.

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