EUROBASKET 2022

Garuba: de las dudas para el Eurobasket al sostén de España

La preparación del Eurobasket afectó a Garuba por culpa de una lesión. En estos cruces, ha sido clave. Su actitud defensiva, esencial.

Si Lorenzo Brown está poniendo el talento; Willy Hernangómez, los puntos, Alberto Díaz, el corazón y la Selección entera una fe inquebrantable, Usman Garuba está siendo una de las claves en esta fase final del Eurobasket. Las victorias ante Lituania y Finlandia se cimentaron en torno a muchas variables, la mayor de todas ellas la capacidad de Sergio Scariolo para salir vivo de casi cualquier situación existente, de definir roles con maestría, mantener la competitividad sea cual sea el grupo y marear a sus rivales con una capacidad para explotar debilidades ajenas y virtudes propias que solo hemos visto en entrenadores legendarios. Y una de esas variables es la de Garuba, un perfil extremadamente útil en un esquema de juego que, en los dos lados de la pista, tiene distintas piezas para utilizar; y una morfología táctica que convierte a Usman en un personaje esencial para España.

Usman Garuba llegaba al Eurobasket tras una temporada complicada: su primer año en la NBA ha sido complicado y ha alternado sus pocos minutos en la competición norteamericana con sus participaciones en la G League. Garuba, tras abandonar el Real Madrid, ha tenido unos inicios difíciles en los Rockets, pero su objetivo sigue siendo triunfar en la mejor Liga del mundo y, tal y como confesó a As, ahora es “mejor jugador que antes. Su estancia en Estados Unidos es un aprendizaje constante y sigue acumulando, sin prisa pero sin pausa, la experiencia suficiente para afrontar su futuro inmediato y encontrar su lugar definitivo en una NBA que no espera a nadie, pero que casi siempre te da, al menos, una oportunidad.

El interior español llegaba justo de preparación al Eurobasket. Un esguince de segundo grado en su tobillo izquierdo a mediados de julio, durante la Liga de Verano de la NBA, dejaba tocado al jugador y retrasaba su llegada a la concentración de la Selección para unirse al resto de sus compañeros. Y sus primeros encuentros no fueron demasiado brillantes, llevándose además una velada indirecta de Sergio Scariolo tras una derrota en la preparación ante Lituania: “Algunos de los jugadores que han estado en la NBA este año todavía están lejos de volver a acostumbrarse a cómo se juega en Europa. Les esperamos, pero también necesitamos un sentido de urgencia porque hay que recuperar rápidamente el terreno perdido. Confío en que ellos lo puedan hacer”, aseguraba el italiano.

Garuba tiene ahora un cuerpo más voluminoso que cuando trabajaba en el Real Madrid, más peso y un físico más orientado a jugar en la zona de forma permanente, un rol mucho más concreto que contrasta con la polivalencia que quiere de él Scariolo. Y le ha costado adaptarse de nuevo al baloncesto FIBA, pero su mejora ha sido paulatina y estaba en el punto de forma perfecto antes de los cuartos de final del torneo... tal y como demostró ante Lituania, donde volvió a ser el jugador que Scariolo quiere que sea: 8 puntos, 8 rebotes, 3 asistencias y 2 robos en 22 minutos, +14 con él en pista, 16 de valoración y una ayuda constante en los rechaces ofensivos: atrapó 3, pero permitió que sus compañeros se hicieran con muchos de ellos gracias a su intensidad en la zona. Frente a Finlandia también sacó músculo: 7 tantos, 6 capturas y 3 pases de canasta en 16 minutos para 16 de valoración.

Usman defendió exteriores interiores, demostró que había recuperado su poder vertical, estuvo bien en las ayudas en la zona y en la defensa en estático y dio físico y fuerza a España en transiciones y en juego posicional. Ese es el jugador que Scariolo quiere y que España necesita: líder de la segunda unidad y revulsivo desde el banquillo (Willy es intocable y su nivel en ataque está siendo espectacular), aporta una energía extra a España y una adaptabilidad a todas las defensas que plantea Scariolo, que juega mucho con el rival con variaciones constantes y zonas imposibles. Usman Garuba está al alza mientras el resto del grupo A, incluido su compañero (y amigo) en los Rockets Alperen Sengun, han puesto rumbo a casa. El jugador de la NBA vuelve a sonreír en el baloncesto FIBA. Y con todo merecimiento.

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