¡A la conquista del mundo!

Los partidos importantes no se juegan, se ganan. Esas victorias son las que diferencian a un grupo extraordinario de uno normal. Y esta Sub-19, claro, no es para nada del montón. Es un equipo especial, con una calidad y una madurez excepcional que le han permitido navegar de manera soberbia cualquier ola que se les presentará durante este Mundial de Madrid. La última, terrible, fuerte y molesta, fue Canadá, que no claudicó (77-70) hasta el segundo final de las semifinales. España vivió una montaña rusa de emociones en el último periodo hasta que logró clasificarse para la tercera final del torneo continental de su historia, aupada por un WiZink Center que apoyó a sus jugadoras durante los 40 minutos y bailó con ellas tras cerrarse el encuentro. Su rival, este domingo, Estados Unidos (21:00 horas). El gran ogro, como en las dos anteriores ocasiones, se interpone entre ellas y el primer oro de siempre para la Selección.

La Selección sintió el cielo y el infierno en los últimos diez minutos del partido. Al alba de ese periodo, con el octavo punto seguido de Deva Bermejo (dos triples laterales), la Sub-19 alcanzaba la máxima del duelo: +13 (60-47). Pero desde ahí, todo fue sufrir. Parecía todo resuelto, pero no. Sudar ante la resistencia de una Canadá que se lanzó a pecho descubierto. A un todo o nada necesario que pareció posible con dos triples seguidas de Gibb. Con solo cinco minutos por jugarse, la incertidumbre se adueñó de un Palacio que vio impasible como las elegantes Fournier (20 puntos) y Prosper (11) colocaban el 69-68.

Solo dos minutos. Todo el trabajo del verano en un pañuelo en 120 segundos que fueron una locura. Nadie acertaba. Todas erraban… hasta que apareció Iyana Martín, una base asturiana de apenas de 17 años que se codea con sus mayores como pez en el agua. Con una valentía que la llevó a alcanzar los 24 puntos y embocar 7 lanzamientos de 10 intentados desde la personal en apenas medio minuto para certificar el billete para la gran final de este domingo.

Pero no fue la única heroína. Hubo más. Awa Fam cuajó el mejor partido de este Mundial. La primera parte fue suya y cerró con 17 puntos y 8 rebotes para 18 de valoración. Carla Brito fue un rayo al comienzo del partido y Alicia Flórez al volver de vestuarios. Todas ellas guiadas por Elena Buenavida, que sacó una falta imprescindible en los instantes del miedo. Y, claro, Bermejo. La base, con menos foco que Iyana, es una pieza clave para Canut y su muñeca este sábado estuvo excepcional: un 3 de 6 desde el triple que abrió las puertas a la que será la 12ª medalla de 13 posibles para el baloncesto español en todas las categorías desde el verano de 2022. Y la cuarta en una Mundial para la Sub-19. Ya tiene dos platas y un bronce. Toca el oro. Y tras tanto sufrimiento, no hay más remedio.