INTERNACIONAL

Obst: “En la NBA pueden llamarse como quieran”

Andreas Obst, campeón del mundo con Alemania, entra en la polémica de la nomenclatura que usan en la NBA para los equipos que ganan el anillo.

FRANCIS R. MALASIGEFE

Una de las cosas más curiosas de la NBA es que el debate nunca cesa. El auge de las redes sociales ha permitido a la mejor Liga del mundo expandirse hasta lugares insospechados, llegar a todos los rincones del planeta. Todo el mundo discute por algo, reclama para sí la razón eterna y colecciona argumentos para rebatir los contrarios. Lo curioso es que ahora ese debate se encuentra fuera de la NBA y es sobre la NBA. Concretamente, desde que el atleta Noah Lyles hablara de lo mal que le parecía que se utilizara la nomenclatura de “campeón del mundo” para un ganador del anillo, una frase muy manida y utilizada en la competición norteamericana para referirse al conquistador del título y que ha sido criticada, no sólo durante el pasado Mundial, también ahora.

El último al que no le ha parecido bien dicha sentencia ha sido a Andreas Obst, que precisamente fue campeón del mundo con Alemania, que conquistó ante Serbia su primer título de siempre en dicho torneo. “En la NBA, siempre han tenido la actitud de que son los mejores en algo. Pueden llamarse como quieran, el resultado final no cambia. Somos los campeones del mundo”, ha dicho Obst, que se suma a la ristra de personajes que carga contra la definición que se atribuyen a sí mismos varias personalidades de Liga estadounidense, ya sean jugadores, entrenadores o comentaristas. Algo muy común de ver y observar en muchos de los estamentos de la competición y que se había normalizado sin que (casi) nadie dijera nada. Las palabras de Lyles abrieron la veda y, tras él, han sido muchos los que se han mostrado en contra de dichas palabras.

No ha sido el único que ha hablado en estos términos. Muchos recordaron las palabras de Gregg Popovich allá por 2010, cuando se refirió a este tema sin que trascendiera como lo ha hecho ahora. El mítico entrenador dijo entonces que “no tiene sentido que un equipo de la NBA se autoproclame campeón del mundo. No recuerdo a nadie jugando con nadie fuera de nuestras fronteras para conseguir esa etiqueta”. Un verano en el que, por cierto, hubo Mundial, uno que fue conquistado por Estados Unidos, al contrario que en la última cita. El debate se ha mantenido de forma sostenida en redes sociales, esas que son las que hoy sostienen la opinión pública. Y no cesa a pesar de que el torneo finalizó el 10 septiembre. Estas cosas, en la actualidad, suelen ser así.

Obst fue uno de los héroes de Alemania en el Mundial. Se quedó en 7 puntos en la final, cuando los germanos se impusieron a Serbia (83-77), pero fue el héroe ante, precisamente, Estados Unidos. Entonces se fue a 24 puntos con un 4 de 8 en triples y 8 de 9 en tiros libres. Escolta en el Bayern de Pablo Laso (27 años, 1,91 cm), es un sólido tirador que emergió en el momento adecuado para conseguir una victoria histórica en semifinales ante el Team USA (111-113), participando además en la mayor anotación que el Dream Team (que en esta ocasión no lo era tanto) ha recibido en un Mundial o unos Juegos Olímpicos. Y, tras la cita, Obst no ha dudado en reivindicar a su selección, criticando por el camino de forma abierta a la NBA y definiéndose con esa nomenvlatura que tanto ha dado que hablar. La de campeón del mundo. Es lo que es.

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