TurquíaTUR
85
SueciaSUE
79
Finalizado
EuroBasket | Edición 2025 | Octavos

El sueño dorado de Turquía sigue vivo

Suecia pone contra las cuerdas a los turcos, que empezaron muy despistados, casi sentencian en el tercer cuarto y acabaron sufriendo para ganar.

TOMS KALNINS
Nacido en Madrid en 1987. Licenciado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Entró en AS en 2010 en la sección de fútbol. En 2014 pasó a formar parte de AStv, en donde ejerció como redactor y montador. Ya en 2018 recaló en su actual ubicación, la sección de baloncesto, donde escribe de ACB, Euroliga, NBA, Selección española...
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Los octavos de final del Eurobasket han arrancado mucho más entretenidos de lo esperado. En acción estaba uno de los favoritos al oro, Turquía, que llegó al torneo como una de las tapadas para pelear por el podio y después de su primera fase, victoria con Serbia incluida, ya está con todas las de la ley en el grupo de tres que optan más claramente a meterse en la final. Así que su duelo de octavos ante Suecia parecía un trámite. Nada más lejos de la realidad. Los escandinavos se lo pusieron lo más difícil que pudieron, obligando a los turcos a llevarse la victoria (85-79). luchando hasta el último minuto.

Fue, cómo no, Alperen Sengun, quien lo desatascó todo. O, mejor dicho, quien mantuvo la cabeza fría y las manos calientes cuando el partido estaba en el alambre. El pívot de los Rockets, uno de los mejores jugadores del torneo hasta ahora, si no el mejor, hizo una primera parte discreta (7 puntos y 8 rebotes). Pero según se iba acercando el final del encuentro creció su figura hasta límites insospechados, para acabar con 24 tantos, 16 rechaces, 6 asistencias y 36 de valoración. Turquía le necesitó en los últimos minutos a pleno rendimiento. Suecia, que después de una primera mitad fantástica de la que se fueron al vestuario con ventaja (37-42), parecía haberse hundido en el tercer cuarto con un parcial global de 26-13 en contra y con desventajas de hasta 11 puntos. Pero revivieron en los últimos 10 minutos y llegaron a estar empate a 76 a 2:30 del final.

Un ejercicio de resiliencia tremendo, echando el resto en defensa y con acciones ofensivas de mucho nivel que, sin embargo, se esfumaron a partir de ese 76-76, cuando solo pudieron meter 3 puntos más (fallaron 5 lanzamientos de campo y 1 tiro libre). Ahí aparecieron las estrellas turcas: 5 tantos de Sengun y 2 por cabeza y sin fallar desde la personal de Larkin y Osman. El alero empezó el partido como un tiro (11 puntos en 9 minutos), pero antes de acabar el primer cuarto ya le habían señalado 3 personales, lo que le dejó en el banquillo el resto de la primera parte. Suecia aprovechó la ausencia del jugador turco más entonado en ataque para mantener la ventaja en el marcador durante muchos minutos. Pero entonces ya había hecho acto de presencia la segunda unidad turca, entre la que se encontraban dos jugadores que serían claves a la postre en la victoria otomana. Adem Bona, con 4 puntos, 4 rebotes y 3 tapones, uno de ellos clave a 2 minutos del final, aportó una presencia imponente en las zonas en los 14 minutos que estuvo en pista. Y de Sehmus Hazer se puede debatir si fue el segundo mejor jugador de Turquía después de Sengun. El escolta del Efes fue un soplo de aire fresco en la primera parte, cuando el equipo aún andaba medio dormido, y acabó jugando los minutos finales, en una muestra de la importancia que tuvo. Acabó con 11 tantos, 6 rechaces y 17 de valoración.

En Suecia fueron varios los destacados, empezando por el pívot del Joventut Simon Birgander (14 puntos, 13 rebotes, 4 asistencias, 2 robos y 3 tapones para 27 de valoración), que durante muchos minutos le mantuvo el pulso a Sengun. También jugaron un partido magnífico Ludde Hakanson (16 tantos y 5 pases de canasta), autor del triple que empataba a 76 el encuentro; Viktor Gaddefors (15 puntos y 7 rebotes), que metió la última canasta en juego de Suecia, un mate que ponía a los suyos a 3 a medio minuto del final; y Pelle Larsson (15 tantos, 4 rechaces y 4 asistencias), máximo anotador sueco durante el torneo que no se escondió en ningún momento.

Una actuación de la que sentirse orgullosos ante uno de los cocos del torneo. Un partido que estuvo muy cerca de entrar en la historia del baloncesto sueco. Pero un duelo que confirma que Turquía también sabe remontar y sufrir. Y del que sale reforzado mentalmente para lo que le quede de aquí en adelante, que puede ser mucho.

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