El Movistar Estudiantes toma aire en Sevilla

El Movistar Estudiantes cosechó su segunda victoria de la temporada en Sevilla (77-86). Y no es poco, viendo el resbalón de la jornada anterior en el WiZink Center frente al Oviedo, que dejó unas dudas en el aire que tampoco, por cierto, se disiparon completamente en San Pablo. Más bien las acentuaron un poquito más. Y eso tampoco es broma cuando vives a contrarreloj, con demasiada presión encima y la necesidad de mostrar la autoridad que aparentemente tienes.

Los colegiales sacaron el triunfo frente al Betis por Wintering y su quinteto de seguridad, el que le gusta a Pedro Rivero, al que tiene más fe mientras el equipo deja el rodaje. El base es un auténtico ciclón e hizo un partido monstruoso: 25 puntos con un solo en el tiro (9 de 10 de dos y 1 de 1 de tres) que llegó ya en el tercer cuarto. Repartió, además, 8 asistencias para cerrar con ¡41 de valoración! El estadounidense fue el general de un cinco de gala que completan Francis Alonso, Kevin Larsen, Michael Carrera y Alex Murphy. Con ellos, un +17 de media en cancha.

Pero tras ellos, poco por el momento. Nzosa es más corazón que cabeza y Leimanis está en un segundo plano por el empuje de Wintering. Dee no tiene ritmo para sacar su juego al igual que Sergio Rodríguez. Sola y Suárez son de los pocos que no se dejan arrastrar por los nervios que atenazan al Estudiantes cuando el viento sopla en contra. Un agobio por demostrar, por no dejarse ni una victoria en el camino que el Betis estuvo cerca de aprovechar.

Si los ramireños están en garantía todavía, los andaluces todavía no han encontrado la LEB. Aún no se han estrenado en la categoría (0-3) y le faltan piezas por llegar para completar el puzle. La nueva propiedad trabaja en ello, pero el duelo frente al Estu les pilló demasiado pronto. A pesar de eso, la victoria rondó por sus cabezas. Gracias a la maravillosa aportación de Ismael Romero (19 puntos), que tomó la iniciativa entre el final del tercer cuarto y el comienzo del último para dejar a los suyos a un puntos (69-70, min. 36) junto al acierto de Rakocevic desde el triple.

Fue un ejercicio de supervivencia. El Estudiantes les maniató de salida (13-27) con Wintering y Carrera, pero los béticos nunca se fueron del todo del partido. Y los madrileños sintieron dudas. Solo se sentían cómodos en transición (ahí son imparables, la verdad), pero no rompieron un duelo en el que estuvieron 16 puntos arriba (30-46). La segunda unidad colegial unido al perímetro (12 de 27) y el rebote ofensivo (12) local paliaban sus 18 pérdidas y mucho (pero mucho) fallo tonto debajo del aro y en el contraataque…. Y les dejaba la puerta abierta a una remontada que nunca llegó porque a cada acción, sentían una reacción de pura calidad: Suárez, Alonso, Carrera respondían con triples cuando el agua más ahogaba a los visitantes, que todavía tienen mucho trabajo por hacer y mucho ego, muchas miradas, muchos gestos que controlar.

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