El Movistar Estudiantes se desangra
El conjunto colegial cae contra el Alimerka Oviedo y enlaza tres derrotas seguidas, cuatro en los últimos cinco partidos. Hughes tuvo el triple para ganar.
Pues sí. Parecía poco probable, pero sí, el Movistar Estudiantes era capaz de excavar aún más metros en el oscuro pozo en el que se ha metido en este último tramo de temporada. Los colegiales cayeron este sábado en Pumarín ante el Alimerka Oviedo (68-66) para sumar su tercera derrota consecutiva, la cuarta en los últimos cinco partidos. Ya han conseguido la octava en total y el factor cancha para el playoff corre serio peligro.
El problema no es tanto los resultados, que también: en este par de últimas jornadas han sido doblegados por dos equipos de la parte baja de la tabla. Se empeñan en ayudar a todo el mundo, es bonito, si lo piensan. Sino porque ahora mismo son un coche completamente reventado en mitad de una carretera comarcal de mala muerte a altas horas de la madrugada. No arrancan y el miedo a las sombras que les rodean se multiplica con el paso de los minutos atenazándoles. Si alguien era capaz de hundirse de manera irremediable hacia el fondo del mar ese es el Estudiantes. Nunca hay que subestimar una capacidad autodestructiva diga del mejor psicoanalista.
Y, como ante el Almansa, el guion fue calcado. No fue un tropiezo tonto. La defensa y el ataque fueron un total desconocido. El Oviedo dominó desde el principio hasta el final a los de Javi Rodríguez, que tuvieron en los cuatro minutos finales un arreón torero más por acierto que por hacer las cosas bien. Como ante el Almansa, recuerdan. Leimanis y Hughes se asociaron para empujar un parcial de 2-9 que empató el duelo, del 64-57 al 66-66, a falta de dos minutos. Santana acertó solo un tiro libre a falta de 31 segundos para dejar a los ramireños con posesión: perdieron nada más sacar desde el fondo ovetense. González anotaba uno y fallaba el segundo desde la personal para dar la última oportunidad a los visitantes. Hughes erró el triple que podría haber dado un triunfo engañoso. Como pudo hacer Leimanis ante el Almansa, recuerden lo del guion.
Pero fue un espejismo. El Alimerka estuvo todo el duelo por delante salvo en contadas ocasiones, dominando a un Estudiantes que dejó fuera por decisión técnica a Agbelese y que no contó ni un minuto con Demetrio (su puesto lo ocupó el canterano Hugo López, que cumplió bien). Era la “decisión” de Rodríguez tras el descalabro del pasado fin de semana. Pero volvamos al Oviedo. Desmenuzó por dentro a los colegiales con un soberbio Oliver Arteaga y Marc Martí. El primero se disparó hasta los 17 puntos y los 8 rebotes para 34 de valoración; el segundo, ‘se quedó’ en 15 y 6 para 23. Acumularon 57 créditos de los 83 asturianos. Los madrileños hicieron 46. Su empuje interior y las penetraciones sin resistencia de Crouch evitaban pensar en el lanzamiento exterior (3 de 15). Poder en la zona y mala mano por fuera, parecería razonable pensar por dónde debía tapar agujeros los colegiales, pero no. Para qué.
El Estu resistía a sus males y a la acumulación de faltas de sus altos (Alderete, Jawara, Larsen y Smith tenían ya dos al descanso) con espasmos desde el triple y la voluntad de Jorgensen, que arrancó como una moto (9 puntos en cinco minutos) para desinflarse con el paso de los minutos: 7 en los siguientes 19. Con su descenso y la prolongada ausencia de Larsen, solo 4 puntos, el Oviedo fue ganando confianza, cogiendo máximas tras igualar la lucha por el rebote… aunque los ofensivos de su rival (12) le desangraban. Como en el triple, tampoco les afectó demasiado para llevarse un triunfo que le acerca un poco más a la salvación y que deja al Movistar con otra semana larga por delante. ¿A qué profundidad está el pozo?