LEB ORO

El Movistar Estudiantes no puede con los ‘grandes’

Los colegiales se han visto incapaces de doblegar al Palencia, Andorra y Lleida, sus rivales directos para ascender a la Liga Endesa esta campaña.

Juan Pelegrin

Hay derrotas y derrotas. Partidos en los que pierdes por un mero accidente y otros que ponen de manifiesto que faltan kilos para medirte de tú a tú con un púgil de tu mismo pesaje. Los segundos son los que hacen saltar las alarmas si tu misión es ascender de la LEB Oro a la Liga Endesa. Y en el Movistar Estudiantes el sonido de peligro ya ha saltado en múltiples ocasiones, a pesar de que el balance clasificatorio es parejo al de la temporada pasada (11-4 ahora y 12-3 antes) al claudicar en las primeras 15 jornadas frente al IGC Lledia (96-66), el MoraBanc Andorra (72-79) y el Zunder Palencia (73-83). Contra los dos últimos, además, con el dolor de haber claudicado en casa, en un WiZink Center que suma tantas afrentas ahora como en todo el curso pasado.

Los ramireños presentan a estas alturas de la temporada un inquietante balance de 1-4 frente a los actuales primeros clasificados de la competición: los tres conjuntos mencionados anteriormente más el HLA Alicante, en sexta posición, y cuya derrota se puede clasificar como de ‘accidente’: duelo controlado que se escapó por la mínima (89-85) en los instantes finales. Solo contra el UEMC Valladolid, quinto, se acabó con triunfo. Una problemática que no es nueva para el Estu en su estancia en Segunda. La pasada temporada, el balance contra los grandes fue de 2-6 en fase regular, sin ningún asalto efectivo al fortín rival: Girona (1-1), Granada (0-2), Lleida (1-1) y Palencia (0-2).

Pero más allá del simple suma y resta, el escalofrió recorre la espina dorsal de los estudiantiles por el cómo se han producido estas derrotas. Porque el Movistar ha dado muestras de inferioridad, de incapacidad de imponer su ritmo y estilo de juego durante 40 minutos: el juego desplegado en el trío de derrotas hasta la primera mitad fue digno siempre y bueno y, en ocasiones, avasallador ante Andorra y Palencia. Sin embargo, el paso del tiempo, las correcciones sobre la marcha del rival, la bajada de intensidad propia y las desconexiones en pista provocaron que los colegiales se encogieran y se vieran débiles e inferiores.

Kevin Larsen

Caídas en picado que vienen de la mano de la caída de Kevin Larsen. El pívot (29 años y 2,08 m) es la referencia ofensiva de los madrileños con 14,9 puntos (5º en LEB) y 18,3 de valoración (4º) de media. Un rendimiento maravilloso que, con el avance de los duelo, se hace más importantes, pero que choca con una bajada física. El danés es un ‘center’ grande, pesado, que se pasa todos los ataques bloqueando, luchando de espaldas al aro con sus pares para generar ventajas o sus propios puntos (en ocasiones con una cierta obcecación). Un esfuerzo hercúleo que al final le pasa factura a él y, por pura ley de la naturaleza, al resto de sus compañeros si ninguno coge el testigo.

Kevin Larsen, pívot del Movistar Estudiantes, antes de lanzar un tiro libre ante el Zunder Palencia.Juan Pelegrin

El juego en estático

Pero no es el único mal. Jugadores claves como Mark Hughes todavía no han dado ese paso adelante en importancia que se le requiere y la salida a pista de la segunda unidad da como resultado un descenso de los principales argumentos del equipo: defensa y velocidad. Y cuando el ritmo se para, el estático entra en acción. Y no es una alegría. Poco movimiento de los jugadores sin balón y mucha dependencia de Larsen. Los carretones para el lanzador pierden agilidad con el paso de los minutos y la acción individual sale relucir, pero sin bloqueos, sin generar ventajas. Un recurso muchas veces por cortocircuito que es un grito de auxilio y que deja en evidencia la estructura de una plantilla creada para imprimir un ritmo alto de juego.

Un abanico de opciones que frente a los cocos es escaso y que acentúa cuando alguno de los actores azules está en el dique seco. La ausencia de Atencia por una lesión en el tendón directo del recto anterior del cuádriceps derecho frente al Palencia se notó al dejar como único base a Leimanis. Sola hizo de recambio y la fluidez del equipo se resintió. Si el parte del colombiano da para largo, un recambio temporal y de garantías se haría más que necesario. Jawara estuvo cuatro duelos de baja y Demetrio, cinco, aunque solo contra el Zunder se le notó realmente recuperado. Problemas, males o simples décimas de fiebre que medirá este sábado el Hereda San Pablo Burgos en el Coliseum, otro enemigo de postín que calibrarán de nuevo las opciones del Estudiantes en esta LEB Oro que no espera a nadie.

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