El faraónico proyecto del Panathinaikos empieza con tropiezo

Empieza con mal pie el nuevo Panathinaikos de Ataman. Un conjunto llamado a luchar por algo importante en la Euroliga 2023/24 después del volcánico verano que ha tenido en sus oficinas. El cambio de entrenador, con la llegada del turco Ergin (doble campeón del torneo continental con el Efes), era sólo una parte del cambio. Las nuevas incorporaciones han arrasado con el bloque que se había armado durante los últimos tiempos: Kyle Guy, Kostas Sloukas, Kostas Antetokounmpo, Ioannis Papapetrou, Jerian Grant, Mathias Lessort, Luca Vildoza, Dinos Mitoglou, Dimitris Moraitis, Olek Balcerowski y el español Juancho Hernangómez han dado barniz a la casa que están construyendo desde los cimientos. Pero, de momento, con eso no vale. Ha sido el Olympiacos, el rival al que tanto temen (y viceversa), el que les ha despertado del sueño antes de que empiece. Una derrota con tintes incluso de bochorno en la final de la Supercopa griega frena la alegría en el equipo de la familia Giannakopoulos.

El Olympiacos, que no contaba con el ex-madridista Nigel Williams-Goss para este compromiso por paternidad, firmó una primera parte nunca antes vista. Aderezó con un parcial de 27-0 -como se lee- un total de 37-11 en esos dos primeros cuartos. 4 en uno, 7 en otro. Ansiedad y desacierto. Como eso sólo podía mejorar para el PAO mantuvieron ese margen para que la herida no acabara con su vida. 75-51 fue el total.

El MVP fue Giannoulis Larenztakis al aportar 20 puntos. En ese lado del encuentro Isaiah Canaan sumó 12. El mejor del Panathinaikos fue Juancho, con 15 puntos, con Jerian Grant siguiéndole con 14. Un duelo en el que otro de los protagonistas era Kostas Sloukas, quizá el fichaje más sonado de los verdes al captarlo del propio Olympiacos -unos 10 millones por 3 años- en otro trasvase ateniense con polémica.

Es curioso que este partido, el de la gran rivalidad entre los dos colosos griegos, sea sólo un aperitivo del que vamos a vivir en una semana. Esta final disputada en Rodas es el precedente de uno de los partidazos con los que la Euroliga abrirá su nuevo curso. Este clásico heleno será su principal atractivo. El 6 de octubre, a las 20:15 horas y con el Panathinaikos como local en el OAKA.

Juancho Hernangómez, pretendido por el Barça para hacer pareja con su hermano Willy, destacó en esta primera gran prueba no suficiente -y más conociendo los estándares del propietario de su nuevo equipo. Habló a los micrófonos de ERT al acabar y dijo lo siguiente: “No tengo explicación para lo que pasó en el primer tiempo. Debemos trabajar duro para recuperarnos lo antes posible y estar preparados para nuestro partido de Euroliga. La próxima semana estaremos igual de preparados pero jugaremos mucho mejor contra el Olympiacos, será diferente”.

Ha pasado el Panathinaikos de unas temporadas estando más cerca de lo grotesco que de lo sublime a tirar la casa por la ventana. Justo el año en el que el Olympiacos, enemigo reconocido, alcanzó la final de la Euroliga. Ahí ha venido la reacción. El presupuesto es de 35 millones, incluyendo una renovación del pabellón, y deben llegar los resultados. Ya los esperan en el OAKA.