El Betis apunta a rival del Movistar Estudiantes en cuartos

El Movistar Estudiantes disputa este domingo ante un Melilla Ciudad del Deporte (18:30 horas, Movistar+ y LaLiga+) en plena pelea por la salvación su penúltimo partido de fase regular, el último en casa, en el WiZink Center. Los colegiales no tienen nada en juego, al margen de mejorar sensaciones y esperar la vuelta de Johnny Dee: la conquista de la Copa Princesa les eleva automáticamente a la segunda posición de la clasificación una vez certificado el factor cancha en el playoff.

Una serie de cuartos previa a la Final Four por el ascenso al mejor de cinco partidos y en formato 2-2-1 (ventaja de cancha para los madrileños) con lío. Los ramireños no podrán jugar su primer encuentro en el Palacio, fechado para el 17 de mayo, por un concierto y deberán trasladarse. El club abrió una encuesta para que la afición decidiera donde jugar, o en el Movistar Acadamy Magariños o en un pabellón fuera de los límites del Ayuntamiento de Madrid. Finalmente, el hogar temporal para el debut en el playoff será en el Magata con 541 sufragios a favor (53%). Muchos abonados no podrán acceder por el menor número de localidades con respecto al pabellón de la calle Goya.

Un playoff que, además, en el que esperan rival. Y todo apunta al Betis tras su victoria en Menorca (75-84) y la derrota del Fuenlabrada en Burgos ante el San Pablo (81-69). Con estos resultados, los andaluces se elevan hasta la 9ª posición con una balance de 16-17, una victoria más que los madrileños (15-18), décimos, a falta de una jornada para cerrar la fase regular.

En este último partido, los sevillanos reciben en casa al descendido Cáceres. Una duelo que, a priori, les beneficia para mantener ese triunfo indispensable de ventaja sobre los fuenlabreños, que tiene el average particular a su favor y en caso de empate clasificatoria rebasarían a su rival.

El posible rival, el Betis

La temporada del Betis, que descendió el pasado verano a la LEB Oro, no está siendo nada fácil. Deportivamente, tardó mucho en arrancar, con entradas y salidas constantes de jugadores y un 1-8 de balance en las primeras nueve jornadas. Una vez estabilizado el barco, el equipo comenzó a coger ritmo liderado por un excepcional Joaquín Rodríguez. El uruguayo promedia 13,7 puntos (38,8% en triples) y 14,7 de valoración.

Pero, mientras en la cancha los jugadores rendían, en los despachos estalló la crisis. El Betis fue adquirido al 99,9% por el grupo de inversión mexicano XOY Capital. Un desembarco que tardó en certificarse y que provocó los males del inicio de temporada. Una nuevo dueño que daba esperanzas de resurgimiento a la entidad… pero en marzo se desató la tormenta por los problemas de la empresa azteca con la justicia de su país que venían derivados por problemas económicos.

La fiscalía de Jalisco acusó a YOX Holding, parte del conglomero del que forma parte XOY y propiedad de Carlos Lazo, de un supuesto fraude que asciende a los 33,6 millones de pesos (1,8 millones de euros al cambio actual). Esos problemas económicos y judiciales en norteamericana llegaron al sur de España, y el Betis se vio abocado a despedir a cinco trabajadores para reajustar presupuesto y poder terminar la temporada. El pívot de Emmanuel Wembi también salió del club.

Ante la situación de colapso, el Betis de fútbol tuvo que hacerse cargo de nuevo de una sección de baloncesto, que ya controló entre 2016 y 2023. La dirección bética tiene como objetivo encontrar un nuevo inversor para un activo que no quiere. Incluso, se baraja la opción de una permuta con un equipo de la LEB Plata, con Cáceres (recién descendido), Córdoba y Palma de Mallorca como principales candidatos para ocupar la plaza bética en Oro, si finalmente se pulsa ese botón nuclear.

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