De gigantes y genios
La cuarta ceremonia de ingreso del Hall of Fame da la bienvenida en Sevilla a un sextete interior de enorme talla (Marc, Garbajosa, Betty, Ferragut, Norris y Monsalve) y a talentos geniales como Petrovic y Brabender.
El Hall of Fame del baloncesto español ha celebrado este jueves en Sevilla, en el pabellón de Marruecos de la Expo92, su cuarta ceremonia de ingreso, tan emotiva y especial como las tres anteriores, aunque con un poso de gran cita cada vez mayor. El gran club de la canasta vio la luz en 2019 y dio su primer paso en 2021, con la estrecha colaboración entre AS y la Federación Española, entonces con Jorge Garbajosa de presidente y desde 2023 con Elisa Aguilar, más el firme respaldo de la Junta de Andalucía.
Un proyecto que arrancó ya con un hueco en el corazón de nuestro baloncesto, pero que tenía que aprender a caminar. Lo ha hecho y ahora salta y corre recordando a los protagonistas de las grandes gestas del balón naranja. En la presente promoción damos la bienvenida a once nuevos integrantes que elevan a 56 el número de personalidades en el Salón de la Fama para un total de 64 reconocimientos, porque se incluyen también equipos, medios de comunicación, ciudades y organismos.
La FEB ha cumplido un año de su segunda centuria y mantiene la vitalidad en el reto que se marcó en la presente década de alcanzar el medio millón de licencias y potenciar aún más el baloncesto femenino. Marina Ferragut y Betty Cebrián, dos internacionales con ascendencia que agrupan 505 partidos con la Selección (253 y 252, respectivamente; sí, guau), se alinearon en el oro de Perugia 93, el que abrió la veda, y lo han hecho en Sevilla de nuevo para irrumpir juntas en el Hall of Fame. Ferragut confesó en la gala que aprendió a jugar mientras sacaba la lengua a lo Petrovic, su referente porque faltaban mujeres. En 2024, no.
Una cita de gigantes y genios. Gigantes como ellas y como Marc Gasol, doble campeón mundial y con anillo de la NBA, uno de los techos de siempre de nuestro baloncesto con sus cerca de 2,15 m de altura, una mole que era capaz de ocultar en la cancha bajo su talento y generosidad, la de un interior con alma de director que hacía mejor a sus equipos por encima del resto de consideraciones. “Ambición, talento, físico, trabajo… y suerte, todos la necesitamos”, la fórmula suena bien en boca de Marc, pero resulta muy compleja. Vuelve a pisarle los talones a su hermano Pau, que entró en el Salón hace un año. Ahora es presidente del Bàsquet Girona porque es un devoto y quiere seguir contribuyendo, como Jorge Garbajosa, actual presidente de FIBA Europa y compañero de oros de Marc.
Norris y Petrovic, nostalgia de los 80
Y aún colosal emerge Audie Norris con su sonrisa perfecta y su aura, de los pívots más poderosos e impactantes que han pasado por la ACB, Atomic Dog, icono de uno de los mejores Barça de siempre y desde ya miembro de nuestro club de leyenda, uno en el que seguirá pegándose a brazo partido con Fernando Martín: “No pasa ni un solo día de mi vida desde hace casi 40 años en el que no haya alguien que me recuerde aquellos duelos”.
Cinco gigantes y el sexto es entrenador, aunque fuera antes un interior de dos metros que levantara tres Copas de Europa con el Madrid. Moncho Monsalve quiso luego ser pionero en los banquillos: primer español en dirigir a una selección extranjera (Suiza), campeón de la Liga femenina con el Godella y del Torneo de las Américas con Brasil.
Una hornada dominante en la pintura necesita genios en el perímetro capaces de romper cualquier defensa. Y los tenemos, Wayne Brabender y Drazen Petrovic. Brabender, pieza clave en el progreso de la Selección y máximo anotador de la historia del Madrid, con el que ganó cuatro Copas de Europa, es español por convicción desde hace seis décadas. Nació 19 años antes que Petrovic, nuestro otro escolta magistral de la promoción (en su caso, in memoriam); pero dada la pasión de ambos, la del rubio de Minnesota, que le llevó a alargar su carrera hasta casi los 40, y la del croata, que arañó tiempo al tiempo y debutó en la élite con 15, llegaron a coincidir en activo al principio de los 80. Tan diferentes en tantas cosas como ganadores.
En la lista faltan aún Pilar Landeira, otra pionera, la primera árbitra de la ACB; la Selección Sub-19 campeona del mundo en 2023, los segundos júniors de oro 24 años después de los primeros (“no sé si habrá otro Gasol, otro Garbajosa, pero por cómo se trabaja y el grupo humano que hay en la Federación, España seguirá siendo un país de baloncesto”, promete Dani Miret, el seleccionador campeón); y Antoni Daimiel, tan respetado y querido en la profesión periodística, un referente que, eso sí, tiene más de genio que de gigante. Qué gran ceremonia la que condujeron Francisco José Delgado (SER) y Marta Fernández. Admiración y emoción por nuestros ídolos.
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