Cinco nacionalizadas en la historia de la Selección

El BOE del 13 de junio de 2023 vino con una sorpresa: la nacionalización, por carta de naturaleza, de Megan Gustafson. Una jugadora sin ningún vínculo previo con España y que ha debutado con la Selección en el Preolímpico de Sopron. La pívot de Wisconsin había estado con el equipo en la Ventana de noviembre, aunque no pudo participar por una lesión. “Es una jugadora que nos puede aportar muchísimo. Ha venido a conocernos, a formar parte del grupo. Quería y tenía que estar aquí para empezar a formar parte del grupo”, decía por entonces Silvia Domínguez, la capitana de esta Selección, que no se pierde la cita de Sopron por lesión. Poco después de aquello, Gustafson debutó con las London Lions en la Eurocup y este curso promedia en Europa 11,6 puntos y 5,6 rebotes (13,4 de valoración). El pasado jueves, ante Japón (15 puntos y 5 rebotes), debutó oficialmente con España.

Gustafson es el nuevo ‘refuerzo’ de una Selección que, históricamente, sí que ha tirado de este tipo de nacionalizadas, aunque a diferencia de la norteamericana, el resto de jugadoras que han vestido la camiseta de España sí tenían un vínculo previo con el país. La primera de ella fue Puri M’bulito, madre de la jugadora del IDK Gipuzkoa Iris M’bulito, y que disputó siete partidos amistosos con la Selección en 1986. Puri nació en Guinea Ecuatorial y, aunque no sabía jugar al baloncesto, Domingo Díaz la fichó cuando tenía 17 años porque vio en ella cualidades. Años después, esta pívot que se siente “100% española y canaria” ayudó en una concentración en Castelldefels, aunque no llegó a debutar con el equipo. Lo hizo poco después en un torneo de Constanza donde Chema Buceta quiso apostar por meter más músculo en el equipo.

Después, hubo que esperar más de veinte años para que otra jugadora no nacida en España debutara con la Selección. El 25 de junio de 2010, Sancho Lytte se convertía en española. La pívot de San Vicente y Granadinas llevaba cuatro años jugando en la Liga Femenina entre Ibiza (2006-09) y Salamanca. Y, con el refuerzo de Sancho Lyttle, España dio un paso al frente. Ese mismo verano, poco después de su nacionalización, la Selección se colgó su primera medalla en un Mundial, un bronce histórico. Sancho jugó 45 partidos por España (normalmente se perdía la preparación por su compromiso en la WNBA) y aparte de ese bronce mundial logró también dos oros europeos (2013 y 2017) y la plata mundial en Turquía 2014.

El tropiezo en el Eurobasket de 2011, que dejó a la Selección fuera de los Juegos de Londres, provocó, seguramente, el estreno de nuestra tercera nacionalizada. Salida de la cantera del Gran Canaria, Vanessa Blé (Costa de Marfil, 1991) jugó diez partidos en el verano de 2012 con la absoluta, castigada a disputar el Preeuropeo en esas fechas, aunque la pívot llevaba años en la base, con las selecciones de formación. Blé jugó en Ibiza, Cadí La Seu, Gran Canaria, Girona y Perfumerías Avenida, pero en 2016 puso punto final a su carrera por una grave lesión de rodilla.

Y después de Lyttle y Blé, llegó Astou Ndour (Senegal, 1994), otra de las perlas de la prolífica cantera del Gran Canaria, con Domingo Díaz y Begoña Santana a la cabeza. Ndour llegó a España con 14 años y obtuvo el pasaporte en 2011, poco antes de cumplir los 17 años. En las categorías de formación logró cuatro medallas (oro y plata Sub-20, bronce Sub-18 y plata Sub-19) y con la absoluta otras cuatro, incluido el oro europeo de 2019 en el que también fue la MVP.

El capítulo de Ndour con la Selección no ha terminado aún. Fue baja en el último Eurobasket (el primer campeonato desde 2009 en el que no ha habido nacionalizada), pero por una buena razón: su futura maternidad. La hispano-senegalesa, que fue madre a finales de septiembre, ha reaparecido hace unas semanas con el Gran Canaria, aunque no ha llegado a tiempo en este Preolímpico, como ella misma ha reconocido. Con la incorporación de Gustafson volveremos a tiempos pasados. Ndour o Gustafson, sólo una podrá ir a cada campeonato.