Alemania-España: misión (im)posible en Berlín

El 30 de agosto, cuando voló hacia Georgia, apenas era la España rookie (siete debutantes en un gran torneo) del salto a lo desconocido. El 10 de septiembre, antes de jugar el partido de octavos de final contra Lituania una vez pasada la primera fase en el Tblisi Arena, pasaron a ser los outsiders de Berlín. Hoy, antes de meterse en la caldera del diablo del Mercedes Benz Arena para jugar la undécima semifinal consecutiva del torneo para la Selección contra Alemania (20:30 horas), resulta difícil hacer pronósticos porque los han reventado todos. Las encuestas de los expertos situaban a España muy lejos de la órbita de los semifinalistas; según las webs especializadas ni siquiera había un jugador nacional entre los 15 mejores. Y en medio de ese océano de escepticismo, la Selección se ha abierto paso entre los cuatro mejores equipos del torneo en una de las mayores reivindicaciones que se recuerdan de baloncesto de equipo y, sobre todo, de ese trabajo en la base de la pirámide que ha derivado en una cascada de éxitos. El ‘branding’ del baloncesto español, su ADN, es reconocido mundialmente. La camiseta pesa tanto que la FIBA colgó un tuit parafraseando a Gary Lineker: “El baloncesto es un deporte con dos equipos de cinco jugadores intentando encestar un balón y al final gana España…”.

Para continuar este maravilloso viaje a la eternidad, España va a tener exprimir al máximo sus virtudes y esconder como pueda sus defectos, algo que ha venido haciendo con inteligencia durante el campeonato. Los fríos datos pueden dar pistas sobre por dónde irá el partido. Alemania, a través de su cuadrado Schroder, Lo, Wagner y Theis, es la máxima anotadora del torneo (93,6 puntos por partido por 90,4 de España). La Selección, por su parte, es el equipo que menos pérdidas comete (60 pérdidas por 72 de su rival). Nadie, además, ataca el rebote como los de Scariolo, que tienen 103 capturas ofensivas por sólo 71 de los alemanes. Pero ese dato choca con los 192 rebotes ofensivos del anfitrión por los 160 de España. Alemania protege muy bien su aro y eso va a obligar a España a pasarse muy bien el balón y meter los tiros liberados. Su 32,8% de acierto en triple está muy lejos del alemán, que pasa del 40,4%, el tercer mejor del torneo.

Aparece esta noche, también, el factor ambiental. El Mercedes Benz Arena era una hoguera el martes en el Alemania-Grecia. La selección de Gordie Herbert, que ya jugó de anfitrión la primera fase en Colonia, ha conseguido hacer del factor casa una parte importante de su éxito. Sus jugadores casi flotan sobre la pista, llevados en volandas por la gente, que también ha ejercido su presión sobre los árbitros hasta meter los partidos en tal punto de presión y locura que en el Alemania-Lituania de la primera fase los lituanos no lanzaron un tiro libre que podría haber cambiado el curso del partido…, y del torneo.

A la pareja Schroder (20,2 puntos por partido) y Wagner (13,6), España opone a Willy (17,9) y Lorenzo (13,4 y 7,3 asistencias). El partido puede estar en la defensa sobre el base alemán, pero también en los intangibles que dan los líderes espirituales de cada equipo. Theis fue un titán contra Grecia y Rudy…, el capitán está jugando un torneo memorable y Scariolo fue capaz de bajar su tiempo en cancha de los 30 minutos contra Lituania a los 18 contra Finlandia. Los casi tres días sin partido le han venido de perlas al capitán para tonificar su cuerpo y estar otra vez listo para el baile. Lo de hoy, contra 15.000 alemanes en una de las capitales de la música electrónica, es puro techno. Pero Scariolo ha dicho que de aquí no se va nadie hasta que no apaguen la música…