A París se va por el Caribe

La Selección tiene París a tan solo 40 minutos. A tan solo un partido. Una victoria es lo que separa a España de sumar sus séptimos Juegos Olímpicos seguidos, todos desde Sídney 2000. Solo una montaña más que superar este domingo, la caribeña Bahamas (20:30 horas), tras eliminar en un partido trepidante, tenso, pasional a Finlandia (74-81), que afrontó el duelo como había afrontado todo el Preolímpico: sin dejar de creer nunca empujado por sus aficionados, por sus susijengi, por una manada de lobos que trató de rugir. La Fonteta se lo impidió con un fantástico ambiente, con todas las gargantas apoyando a los chicos de Sergio Scariolo. El italiano tenía razón cuando dijo que este equipo, esta Selección, sabía disputar partidos como estos, a vida o muerte.

España lo demostró. No se vino abajo cuando estuvo cerca de romper el partido y no lo hizo. No se puso nerviosa cuando Finlandia amagaba con marcharse en el marcador. Y supo manejar los 120 segundos finales del duelo con empate a 72. Ahí rugió Willy Hernangómez. ¡Colosal! El pívot hizo 28 puntos y 5 rebotes para 29 de valoración. Destrozó a los interiores finlandeses. La zona fue suya y la línea de personal: 12 de 15. Anotó 17 tantos en la segunda parte. 6 en los últimos dos minutos. Gritó de rabia. Era su día. Era su gran momento.

Un rendimiento de campanillas que no habría acabado bien sin la tranquilidad de Lorenzo Brown (15 tantos y 7 asistencias, el mejor socio, de nuevo, de Willy), la eficiencia alemana de Santi Aldama (15 con tres triples y 8 capturas) y la rabia de Brizuela y la intensidad de Alberto Díaz cuando España estuvo cerca de colapsar por su escaso ritmo desde fuera (8 de 24).

De entrada frialdad. Un clásico en este Preolímpico para la Selección. Buscar su lugar en el mundo, de tantear al rival. Tratar de asentarse en defensa y soltarse en ataque. Unos minutos de tensa esperar frente a unos fineses que no perdieron el tiempo. Jantunen y Nkamhou encontraban las cosquillas al juego interior español y amagaron con la escapada con un parcial de 9-0 en tan solo un minuto (20-15). El desacierto escandinavo desde el perímetro daba aire al anfitrión (1 de 7). Las perdidas desangraban a los españoles: 4 que dieron puntos fáciles en campo abierto a Finlandia (8 puntos al contraataque; 6 tras pérdida).

Scariolo se cansó de esperar y sacó a su cinco salvavidas: Alberto Díaz, Brizuela, Rudy, Pradilla y Garuba. Y se reinició el duelo. Músculo, velocidad, intensidad atrás para dejar secó a los finlandeses, que no anotaron en casi 5 minutos. Tampoco la Selección era una fiesta ofensiva, pero Brizuela se rebelaba zancada a zancada, con toda la pista para él, y enlazaba 6 tantos seguidos dentro del parcial de 0-8 para que España diera la vuelta al marcador (20-24). Una vez asentados los cimientos, Lorenzo Brown apareció en escena: 11 de sus 13 puntos de la primera parte en 6:40. 21 en total el equipo en este segundo cuarto. La Selección se estiró, parcial de 3-12 en tres minutos con Willy, además, bien desde la personal. 30-38 al descanso. La defensa de cambio funcionaba. Y Finlandia con la mano inoperante desde el triple, su cruz este tiempo: 3 de 13. Solo Maxhuni daba con la tecla (2 de 3).

Pero en el tercer cuarto su suerte cambió y el aro se les abrió. Era una piscina para ellos. Maxhuni continuó una fiesta (hasta que Arostegui se le pegó) a la que se le unieron Jantunen, Madsen y Little para un 5 de 8 desde el perímetro. Solo Willy, en conexión con Brown, acertaba en ataque, con 13 de los 18 tantos de la Selección en el periodo. Aldama, en dos ocasiones, puso un +9 (41-50 y 43-52) que se disolvió ante la zona finlandesa, su acierto exterior y la capacidad de penetración de Gustavson. La salida del joven Muurinen, el clon de Markkanen, dio más energía al rival de España, que se desesperaba en ataque: 3:44 sin acertar para recibir un parcial de 12-0 que daba la vuelta al resultado (59-58).

Y llegaron los nervios, claro. El partido se convirtió en una locura sin sentido, sin control. Nadie dotaba de paz a lo que pasaba en la cancha… y ahí surgió Alberto Díaz: dos triples laterales y un robo que permitió anotar a Brizuela. España despertó (63-64). También La Fonteta que vivió un intercambio de triples para que a dos minutos del final hubiera empate a 72-72. Willy agrandó su figura al grito de MVP. Primero tras un pase genial y al hueco de Aldama y luego con una serenidad pasmosa desde la personal. Lorenzo tampoco erró en el tiro libre para el 72-78 y Willy redondeó su día con un 2+1 (74-80). A la Selección solo le queda un paso para alcanzar los Juegos y es vía el Caribe: Bahamas espera. Un rival de altura como Willy, como España.

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