Surne BilbaoBLB
93
Hiopos LleidaLLE
75
Finalizado
Liga Endesa | 10ª jornada

La rutina de ganar en Miribilla

Lleida planteó otro partido de pico y pala y Hlinason demostró que es enorme. Perfectos en casa: meten la quinta.

Coordinador en la delegación de País Vasco de Diario AS desde 2017. En 2008 entró en Diario AS como redactor de polideportivo y desde entonces es su casa. Le gusta tocar todos los palos, pero ahora está más centrado en realizar las crónicas del Athletic y el Bilbao Basket. Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Deusto.
Actualizado a

Miribilla suma y sigue con su bendita rutina de ganar. Todo lo que ha sumado el Bilbao Basket, cinco compromisos, lo ha logrado en su guarida. Se ha recuperado la magia. El que va al recinto verde y amarillo ya sabe lo que le espera, entiende que se prepara para una nueva ración de alegría. Una guarida inabordable. Pero para alcanzar el propósito cada jornada no vale con mostrar esa hoja de servicios impecable, hay que trabajárselo. Las dos últimas entregas de ACB han sido de perfiles similares, planteadas por Granca y Lleida como batallas sin la mínima tregua. La defensa por encima de los violines; mastines en lugar de cisnes. El Surne ha dado con la tecla de la competitividad en su castillo, eso resulta ya muy obvio. Tiene mucho corazón y nadie se atreve a mirarle a los ojos. Va todo tan engrasado que Ponsarnau sólo pidió un tiempo muerto.

La mentalidad del cuadro vizcaíno es inquebrantable, metió 61 puntos en el segundo tiempo (récord por detrás de los 62 en el descanso ante el Fuenlabrada en la 2022-23), casi el doble de los 32 en los dos períodos previos, y los jugadores se pusieron un gorrito negro de Papá Noel a la conclusión para celebrar otro día de éxtasis en la oficina. Una guerra absoluta que curte a cualquiera, a un bloque pétreo. La triple M: minimizar (al enemigo) y meter miedo. Y, ojo, el baloncesto también es lo que hizo Frey, cero puntos, pero siete asistencias y una actividad en campo propio descomunal. Infatigable el noruego. Se han sumado jugadores a la causa que a veces no han tenido ese protagonismo, como los cuatros, Normantas y Lazarevic con sus triples finales. El Lleida se quedó sin aire, los 18 puntos de diferencia son una exageración a tenor de lo que se vio, pero esto se suele decantar al final, los ‘hombres de negro’ llevaron la iniciativa desde el segundo cuarto y fueron abriendo diferencia tras el descanso.

Hlinason fue clave ante los grandes del Lleida. Provoca un terremoto con su presencia y lo que produce no se ve reflejado en los números, aunque estos fueron buenísimos, con un doble-doble. El Surne Bilbao empezó maniatado por su rival. pero hace los partidos muy largos y se llevó otra cita a la saca. Hilliard, en una matinal normalita para su condición de estrella, fue el máximo anotador. El propio Encuentra confesó que intentaron ensuciar el pulso como percibía que lo hacía el enemigo, pero les faltó convencimiento. Quisieron recortar la diferencia con demasiada urgencia y tomaron malas decisiones. La dureza se trae de casa, no se compra en un momento.

Miribilla ha tenido en las dos últimas entregas de ACB una ración doble de este ‘otro baloncesto’ que ahora no está tan de moda. Citas ante el Granca y Lleida duras a más no poder, sin ánimo de dejar al rival el lucimiento en ataque, hasta puede resultar desagradable para algunos a veces. Todo es fuego. Algo así como pasarse una lija por la córnea del ojo. ¡Cómo muerden los jugadores en este tipo de citas! Golpes, empujones, manotazos, una macedonia de fricciones por encima de la búsqueda de la canasta. Las faltas se podían detectar y castigar a cada paso, pero entonces no se jugaría ni tres segundos seguidos. Enormes disputas, pero el Hiopos no metió ni un punto tras pérdida enemiga.

Jiménez se cargó pronto con dos personales, lo mismo que Normantas, el que marca el listón de la dureza en el Surne Bilbao. Zoriks fue advertido tras tocar un balón e impedir que lo pusiera en acción el rival. Lo volvió a hacer tras una falta y se llevó una técnica, de tal forma que se puso con tres. Eso le sacó del encuentro. El que se despistara un poco corría el riesgo de quedarse fuera de foco. A pesar del ritmo y la velocidad de las acciones, el choque iba atascado en la anotación.

Bagayoko al final pudo jugar, ya que estaba mejor de su problema en la muñeca. El Lleida buscaba sumar de fuera hacia dentro, y cargando el rebote sobre todo en los balones largos divididos. Pero los locales lograron un leve acelerón: 23-17, tras un 8-0. Era una pelea de gladiadores, con el perímetro anulado: ambos equipos acumularon un 0/10 en triples hasta que entró en erupción Ejim. Nueve puntos hizo en el segundo cuarto, que era petróleo ante un tanteo tan flaco, aunque cuando llegó la parte decisiva, se evaporó. Rompió la ceguera en el triple del choque, se cayó en mala posición, con la nuca golpeando de forma ruidosa en el parqué, en una acción fortuita con Pantzar, y le hizo una antideportiva Krampelj en un contragolpe. El base sueco no acabada de encontrar las buenas sensaciones, estaba haciendo su partido en busca de las mismas, y le pedía Ponsarnau trabajar más los ataques.

En el descanso se vivió la lluvia solidaria de peluches. Un anticipo de lo que iba a llegar con el tiempo en juego, el diluvio de puntos de los de negro. Hilliard trataba también de enchufarse a un choque de tanta electricidad y acabó lográndolo. Metió un triple para encaminar al equipo a un 9-0 que puso el 47-36 a falta de 16:34. Cada punto entrañaba sudor y casi sangre. En ese paisaje de trincheras, Normantas se sentía como pez en el agua, su momento de explosividad decantó en parte la balanza. El Surne robaba en primera línea con unos instantes defensivos sublimes. Amagaba con escaparse una vez más y dio otro tirón tras un par de 2+1: 62-52 a 1:22 para acabar el tercer cuarto. Ni una canasta fácil. Y parecía que estaba prohibido correr al contraataque para acabar en bandeja.

Ponsarnau encontró la kryptonita ante la roca leridana, una fisura en el muro: generar a través de Hlinason, con su enorme sintonía con Frey, y cerrar la zona con el gigante islandés, el máximo reboteador de la Liga. Paulí no quería irse sin mostrar sus galones. Puso el 64-60 a 9:20 para acabar tras una canasta y adicional en una fabulosa penetración. Provocó el exazulgrana un agujero en la sólida estructura defensiva de los vascos. Y sacó la cuarta de Hlinason.

Otro que apareció cuando más apretaban las clavijas los visitantes fue Pantzar, que atrajo a defensores en sus penetraciones y ofreció un máster de buscar al hombre en la esquina, en una ocasión Petrasek, que dejó el asunto prácticamente liquidado con 77-68 a 4:42 para el final. Hilliard y Lazarevic acabaron sentenciando un partido que dejó un gran average para el Surne y mostró un demoledor 116-65 en valoración, lo que da idea de lo que generó uno y otro. Ahora solo queda romper la sequía fuera. El Bilbao acaba la jornada octavo, lleva un 5-5, llama a la puerta de una buena Navidad. Pero primero, Prievidza y Lugo.

ACB PHOTO

Ponsarnau: “Hemos encontrado la forma de ser competitivos y ganar partidos”

Ponsarnau destacó que con este triunfo y el logrado la pasada jornada también en casa ante Gran Canaria han “encontrado la forma de ser competitivos y ganar partidos”. “Es cierto que esas sensaciones las hemos encontrado sobre todo en casa, pero creo que vamos a aprender también a encontrarlas fuera”, apuntó el técnico de los ‘hombres de negro’ en su valoración de un partido en el que los dos equipos han puesto “mucha energía, mucha fuerza y también dureza”.

“Los dos nos estábamos defendiendo muy bien y quizá nosotros estábamos pagando no dominar al rebote para poder tener el ritmo de partido. Ellos estaban encontrando la forma de coartar a jugadores que para nosotros es importante que entren en confianza y no la encontraban”, explicó.

Ponsarnau añadió que tras el descanso mejoraron “la forma de atacar”, pero recalcó que la clave “ha venido desde la defensa, controlando el rebote”. “Hemos forzado más pérdidas y a partir de ahí hemos corrido y hemos encontrado sensaciones de más jugadores”, dijo.

“Ha sido un partido durísimo y Miribilla, otra vez, nos ha ayudado un montón. Como equipo también estoy muy satisfecho de jugadores que hoy han sido un poquito más trascendentes. Estoy muy contento del partido de nuestros ‘cuatros’ -Krampelj y Petrasek- y también de Frey, que no ha anotado, pero ha conseguido hacernos jugar y ha defendido bien”, concluyó.

Encuentra: “Nos vamos jodidos, la primera parte de las mejores de la temporada”

Encuentra admitió tras la derrota que se van de Miribilla “jodidos” porque cree que han completado “una primera parte de las mejores esta temporada a nivel defensivo”. “Todo el mundo estaba muy concentrado, muy conectado. La primera parte ha estado muy bien en defensa, cerrando el rebote, aunque no lo hemos podido aprovechar. Bilbao no estaba cómodo y hemos intentado correr en transición, pero tomando malas decisiones”, explicó el técnico del equipo ilerdense.

Encuentra añadió que, a pesar de cometer el error de querer “anotar muy rápido”, lograron mantener el partido “muy igualado” en esos “veinte minutos muy buenos” completados por el Lleida. “En el tercer cuarto Bilbao ha subido el nivel el nivel físico y nosotros no hemos sido capaces de igualarlo cuando hemos querido ensuciar un poquito más el partido, como estaba haciendo Bilbao. Íbamos tarde, nos ha penalizado con un bonus muy rápido y ellos se han visto cómodos”, apuntó.

El técnico añadió que esa acumulación de faltas les impidió “apretar más porque si no cada vez eran tiros libres”. “Aún así hemos sido capaces de estar en partido mediante el ataque hasta los últimos cinco minutos, pero cuando han abierto una diferencia de diez puntos nos hemos frustrado, hemos perdido la mentalidad y lo han aprovechado”, incidió Encuentra.

Noticias relacionadas

¡Tus opiniones importan!

Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí.

Etiquetado en:

Te recomendamos en Baloncesto

Lo más visto

Más noticias