La defensa condena al Barça ante el Hapoel de Tel Aviv

Arrancó el Barça una nueva temporada en Europa y lo hizo con los mismos vicios, y las mismas virtudes, que la anterior. Con un talento individual que puede resolver y resolverá algunos partidos, pero con un agujero en defensa que le costará también más de uno. El primero ante un Hapoel de Tel Aviv que dominó el encuentro de cabo a rabo, anotando más de 25 puntos en los tres primeros cuartos, demostrando que pese a ser recién llegado hay que tenerlo en cuenta en las quinielas de los playoffs. Algo que ya se intuía viendo una plantilla en la que juegan Micic, Chris Jones, Bryant o Motley pero que confirmaron ante un Barça incapaz de frenarles. El problema azulgrana no estuvo en el ataque, casi nunca lo está, pero Peñarroya tiene mucho trabajo que hacer en defensa si quiere competir por los diez primeros puestos de la clasificación.

Vasilije Micic regresó a la Euroliga por la puerta grande, inaugurando el marcador, con un triple de siete metros en la primera bola que tocó. Al Barça le costó siempre el ataque estático (no anotaron en las tres primeras posesiones) pero por el contrario se sintieron cómodos transitando rápido. Y, con Satoransky a un buen nivel en los dos lados de la pista, transicionar es mucho más efectivo. Los primeros puntos azulgranas llegaron de la mano de un entonado Clyburn, mientras que el Hapoel aprovechó los problemas defensivos del Barça por dentro. Ya fuera con las penetraciones de Bryant o la velocidad de Chris Jones, los israelíes sumaron muchos puntos fáciles en la pintura (21-17). La segunda unidad del Barça sufrió todavía más por dentro pero Laprovittola (con un triple y un dos más uno consecutivo) arregló el marcador a los diez minutos (26-26).

Los puntos de Blakeney dispararon el marcador a favor de los locales (aunque el partido se jugó en Bulgaria) obligando a Peñarroya a parar el encuentro (35-26). Los azulgranas lograron encontrar a Clyburn en ataque (14 puntos en ataque) manteniendo el buen acierto de tres (37-33). Pese a los fallos de Punter, muy defendido, el problema del Barça no fue ni mucho menos en ataque. Los puntos llegaron, más de fuera que de dentro, pero la defensa hizo aguas ante el potencial ofensivo de los israelíes. Un 75 por ciento de acierto de dos, muchos puntos regalados debajo del aro y un tino más que aceptable de tres situaron a Hapoel de Tel Aviv en los 51 puntos al descanso. El Barça sumó 45.

Los problemas por dentro siguieron tras el descanso, Oturu dio buena cuenta de ello, siendo solo Clyburn el único capaz de mantener el ritmo de Hapoel. En defensa, muchos problemas. Fue de hecho uno de los momentos más delicados del partido (65-54) con el Barça muy tocado tras un par de buenas acciones de Micic. Los azulgranas fueron incapaces de contestar el bloqueo directo, de cerrar los ataques centrales del equipo israelí, mostrándose excesivamente débiles. Pocas faltas, sin estar en bonus, dieron aire a un Hapoel que tomó mucha ventaja (82-70). Chris Jones fue decisivo en su construcción.

El último cuarto no fue diferente de los anteriores. El talento individual del Barça les permitió seguir en el partido, siempre por detrás, pero los desajustes defensivos acabaron de condenarlos. Es cierto que el Hapoel tiene un potencial arriba muy grande (entre Oturu, Micic y Blakeney sumaron 56 puntos), pero no es menos verdad que a los azulgranas les faltaron tanto automatismos como intensidad defensiva. Jugar partidos a 100 puntos es complicado en Europa contra equipos con rotaciones larguísimas y talento a raudales. A cinco del final, el Barça perdía ya de 16 (93-77) con un Vesely de menos a más. Nada cambió hasta el bocinazo final.

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