Surne BilbaoBLB
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BaskoniaBAS
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Finalizado

LIGA ENDESA | 26ª JORNADA

Kullamae incendia Miribilla

Triple a más de ocho metros del estonio a un paso del bocinazo final que cierra la semana negra del Baskonia.

Kullamae se sacó la espina, el pez entero y un océano de aquella jugada que le persigue como si la tuviera cosida este año en Badalona, un tiro completamente solo en el amanecer de la temporada en Badalona que podía haber otorgado el triunfo al Bilbao Basket. No lo metió y luego Feliz obró una de esas canastas inverosímiles con control remoto desde una distancia sideral. En una de esas jugadas que quedan la retina durante años, el escolta estonio agarró la bola en los segundos finales, con 79-80 ante el Baskonia. La idea era penetrar, pero facturó un triplazo lejanísimo, a más de ocho metros, casi sobre la bocina, ante la incredulidad de un pabellón lleno a rebosar y metió la canasta de la victoria. Final de un pulso tremendo, que hace creer a la gente que hasta es posible llegar a una final europea las próximas semanas. Quinto triunfo seguido en ACB y noveno en general del Surne en casa, que tiene la adrenalina por las nubes desde que remontó 19 puntos en la FIBA Europe Cup ante el Legia. Los vitorianos cierran una semana nefasta, con derrotas ante Partizán, Zalgiris y Bilbao. Desde enero no ganan fuera del Buesa. Era una ocasión muy propicia para los ‘hombres de negro’, ya que cogían a los vecinos tocados física y anímicamente. Y sin Howard, de baja por enfermedad. Eso sí, Pantzar, que podía ser fundamental por sus piernas ante un equipo tan físico, causó baja por un edema óseo en el bando vizcaíno. Después de hacer lo difícil, ponerse por delante un pulso muy igualado, el conjunto de Ivanovic se desinfló. No caían en un derbi ante los bilbaínos desde octubre de 2019, el balance general queda en 33-9.

Restaban 9,3 segundos. La bola caliente de banda, puesta en juego por Renfroe, fue a Killeya-Jones. Los segundos volaban y se la entregó a la mano al héroe de la tarde. Kris se escoró a la zona derecha, ante la severa vigilancia de Miller-McIntyre. Prestó luego el norteamericano un bloqueo a Kullamae, que botó y botó en un momento camino de la eternidad. La idea era ir hacia el aro y doblar al pívot. Imposible. Ocho, siete, seis, cinco... Tras el bloqueo, ya hacia la izquierda, se quedó Costello con él, un cambio de asignación ordenado durante toda la tarde por Ivanovic, pero le sacó el disparo lejanísimo, de esos marca de la casa inesperados, por esperar que diera un paso de aproximación. El triple queda para la historia. Y el éxtasis desbordante del pabellón de los milagros.

Final espectacular a un derbi más emocionante que de juego delicioso. Un pulso trepidante con 24-8 al contragolpe. La segunda mejor entrada en Miribilla tras la del Madrid. El Bilbao Basket salió a fuego, como últimamente. Su energía es tan alta que ni un Euroliga, y menos este Baskonia con las ruedas pinchadas, le puede poner freno. La ausencia de Howard rompió los esquemas por ambos bandos. Porque el cuadro azulgrana tardó en acostumbrarse a atacar sin el mejor pistolero de la ACB y el conjunto local había centrado casi todo su trabajo semanal en frenar a semejante volcán de puntos. Renfroe dio una lección magistral con una dirección en pista perfecta y el Bilbao Basket supo volver cuando todo parecía perdido.

Todo fue una fiesta, empezando por el homenaje a la Peña Hirukoa en su 20 cumpleaños. El Bilbao arrancó veloz y vertical, de la mano de un Killeya-Jones que llevaba 12 puntos en el 23-12 del primer acto. La idea era hacer muy largo el partido a un rival con la lengua fuera. El tanteo era alto y con 28-22 ya había seis anotadores en el bando bilbaíno.

Pero la rotación no estaba en la misma línea del cinco inicial. Kullame empezó con su tarde memorable con un gran triple: 31-22 al inicio del segundo cuarto y luego otro para el 34-25. Pero el primer tiempo se cerró con acciones desafortunadas de los bilbaínos, castigados por algún despiste. Quizá tenían que haber protegido mejor la pelota, porque con 43-34vtras un mate de Reyes en contraataque la moral estaba en su casillero.

RESUMEN

82 - Surne Bilbao Basket (28+15+16+23): Renfroe (12), Hornsby (13), Reyes (8), De Ridder y Killeya-Jones (22) -cinco inicial-; Kullamae (13), Adam Smith (8), Rabaseda, Andersson, Hlinason (6) y Rigo.

80 - Baskonia (22+19+22+17): Miller-McIntyre (21), Marinkovic (2), Diez (6), Moneke (13) y Kotsar (14) -cinco inicial-; Chiozza (10), Theodore, Rogkavopoulos (3), Sedekerskis (4) y Costello (7).

Árbitros: Emilio Pérez Pizarro, Arnau Padrós y David Sánchez. Sin eliminados.

Incidencias: Partido de la jornada 26 de la Liga Endesa disputado en un Bilbao Arena de Miribilla prácticamente lleno por 9.586 espectadores. Dato oficial. 

La sensación al descanso era que el Bilbao estaba haciendo bien las cosas y el Baskonia no había alcanzado su techo, estaba lejos de su mejor versión, y el marcador era solo de dos puntos de ventaja para el primero. Pero los pocos errores eran castigados por parte de los vitorianos. Y más que se ajustó el derbi con el empate d 43 nada más arrancar el segundo tiempo. A los tres minutos, Marinkovic, otra vez con una actuación muy pálida cuando la situación le exigía un paso al frente, puso por delante al Baskonia por primera vez en el partido con una bandeja en contraataque: 46-47. Los alaveses habían estado contra las cuerdas y salieron de ella con su instinto de supervivencia. El descontrol era absoluto. El Bilbao Basket se tomó un pequeño respiro y volvió a personarse, incidiendo en el ataque por el centro, mientras los vitorianos buscaban la línea de fondo y el aro pasado. Miller-McIntyre empezó a generar en ataque y Chiozza, que asumió mucha responsabilidad con enorme brillo ante la ausencia de Howard, metió un canastón en un uno contra uno dejándose caer hacia atrás para cerrar el tercer acto y poner el 59-63.

Un 0-11 culminado con un triple de Costello al arrancar el último acto parecía dejar claro que el Baskonia tenía el partido donde quería: 59-66. A los ‘cuatros’ De Ridder y Andersson no les alía nada, pero a este Bilbao hay que matarlo seis veces para que entre en el ataúd. Apareció Smith y se fue equilibrando todo. Jugadas farragosas con antideportiva Una muy dudosa a De Ridder llevó al 68-72) o revisiones por si había faltas de este tipo enredaron el final. Una falta clara de Miller-McIntyre braceando ante Rabaseda para hacerse espacio, le cayó a este último y encolerizó la grada. Quedaban 9,3 y metió los dos tiros, el primero llorando: 79-80. Lo demás, ya se sabe, la gesta taquicárdica de Kullamae. Había tres estonios, deportistas de ese pequeñísimo país, contando también a Raieste y Kotsar, pero la gloria estaba destinada a uno solo. La gente contestaba a los visitantes que gritaron ‘Vizcaíno el que no bote’ con un ‘Patatero el que no bote’. Piques sanos entre vecinos. Aun restaban ocho décimas. Pero Miller-McIntyre esta vez no se hizo un Feliz, aquella canasta desde su casa que sentenció en Badalona. Y que torturó a Kullamae hasta que ha podido redimirse. Lo que le negó el baloncesto en noviembre, se lo ha reintegrado con intereses. Una de esas canastas que se ven cada mucho tiempo, como la de Radicevic el curso pasado ante el Barcelona. Otra vuelta al ruedo de los héroes festejando con su gente. No paran. La permanencia ya es un hecho. ¿Qué más se le puede pedir a un derbi?

Celebración con KullamaeAIOLDiarioAS

Ponsarnau: “Kullamae no encontró la penetración e hizo una de las suyas”

Ponsarnau desveló que la última jugada que culminó con el triple de Kullamae que les dio la victoria sobre el Baskonia estaba dibujada para una penetración que el estonio no encontró y derivo que al final “hiciera una de las suyas”. “Quizás son cosas del karma por el tiro que falló en Badalona. Ha metido un tiro mucho más difícil y quizás más importante”, subrayó el técnico, quien valoró de igual manera el triunfo “por ganar en casa a un rival de Euroliga, por ser un derbi” y por haber atado virtualmente la permanencia.

“Todo es muy importante, sin jerarquías. Ha sido una fiesta de muchas emociones en la que ha participado todo el mundo y un partido muy bonito para los espectadores. Toda Euskadi tiene que estar contenta de haber tenido un partido de este nivel”, destacó. Ponsarnau, por otro lado, admitió que la ausencia de Markus Howard les hizo “cambiar muchas cosas del plan de partido” y también valoró como un “hándicap” la baja de última hora de Melvin Pantzar por un “edema óseo de la rama iliopubiana izquierda”, según reveló el club bilbaíno antes del encuentro.

“El partido del Baskonia fue muy digno teniendo en cuenta la semana de la que venían. Han tenido la iniciativa en muchas cosas, pero nuestra buena defensa, los rebotes y un Renfroe imperial nos han llevado a ese cara o cruz final. Y la cara ha salido muy cara. Estamos muy contentos”, se felicitó el de Tárrega.

Manteo al estonioAIOLDiarioAS

Ivanovic: “El tiro de Kullamae estuvo muy bien hecho, pero pudimos defenderlo mejor”

Ivanovic felicitó al Surne Bilbao Basket por su victoria y aludió a la acción de Kullamae como un tiro “muy bien hecho” por parte del jugador estonio pero que en su opinión pudieron “defenderlo mejor”. “Fue un partido que pudo haber ganado uno u otro. Nosotros estábamos en una buena dinámica a pesar de que no empezamos como debimos y le dimos confianza a Bilbao. En el segundo tiempo remontamos y controlamos bien. ¿El último tiro? Muy bien hecho del jugador del Bilbao y una defensa que pudimos hacer mejor”, resumió el técnico.

Consideró que, aunque cree que pudieron “jugar mejor” cuando le dieron la vuelta al marcador en la segunda parte, el Baskonia “luchó y lo dio todo” para ganar en Miribilla. “Pero perdimos en ese último tiro. Seguimos adelante”, concluyó el técnico baskonista.

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