Una pantera caza al Madrid

Los grandes equipos ganan campeonatos; las figuras, partidos en el alambre. Y en el de este martes en el Palacio tuvimos de las dos cosas: un gran bloque dirigido por el mejor entrenador de siempre en Europa (¡sí, Obradovic!), que aspira a devolverle la gloria al Partizán, y un jugador estelar, Kevin Punter, que se llevó el gato al agua, cuando parecía que se le escapaba, con un triplazo en el último segundo: 87-89. El Madrid claudicó, y lo hizo sin Tavares, que abandonó la batalla en el minuto 23 lesionado en la rodilla izquierda cuando los suyos remaban siete abajo. En la adversidad tuvo templanza y coraje, el de Deck (24 puntos, 13 en el cuarto final sin fallo, 8 rebotes y 33 de valoración). O el de Rudy, Williams-Goss, Causeur, Yabusele… No fue una mala versión colectiva, aunque jugadas decisivas lo condenaron (incluida una discutida personal a Musa por sacar la pierna en un tiro). Supo sujetar al enemigo en el tercer cuarto, no en el último, y aun así iba a vencer… hasta que llegó la pantera, Punter, con ese cañonazo propio de los grandes dos minutos después de firmar un 3+1 fabuloso: 26 tantos y 6 asistencias, también 33 de valoración. Laminó al rival, ganó Obradovic. Su equipo, contraviniendo sus principios, encestó los mismos triples que tiros de dos (13). El Madrid, que echó en falta más de Musa y de Hezonja, sus dos exteriores con más talento en plenitud, pierde el factor cancha, lo que le obliga a imponerse en Belgrado, y antes, este jueves, en el WiZink Center para seguir respirando. ¿Sin Tavares? No lo sabemos.

Chus Mateo optó por un quinteto más defensivo de salida, con Causeur sobre Punter, Hezonja en lugar de Musa y Deck como cuatro. Tavares era el cinco, muy concienciado con evitar las faltas, lo que le permitió aguantar 19:24 en pista en la primera parte. Obradovic había preparado una vigilancia especial, la defensa se cerraba sobre él (también sobre Deck) al poste, pero el caboverdiano mostró paciencia y, en labor de hormiguita, no paró de sumar. Sufrió más atrás porque Smailagic encadenó tres triples sin fallo en las primeras escaramuzas.

Al Real le costó arrancar (6-14), padecía para encontrar el aro, y vimos un cambio significativo con la entrada de Yabusele, titular habitual. Su equipo se soltó, lo hizo Deck cargando quizá con más espacio con la amenaza del francés. Un parcial de 24-8 daba la vuelta al calcetín: 30-22. Tiempo muerto inmediato de Obradovic, que respondía con la experiencia de LeDay y la energía de Exum y Lessort (el Partizán ya exhibía su quinteto más poderoso, porque suele salir con jugadores que acaban con menos minutos), mientras que se aprovechaba de las faltas de Musa, y luego de Hezonja (ambos llegaron al descanso con tres).

Lo siguiente fue el show de Punter, con 15 puntos entonces (12 en un suspiro en el segundo acto) y un elevadísimo porcentaje de tres, un arma que no es la principal de los partisanos, pero que esta vez supieron explotarla, primero con Smailagic, y enseguida con Punter y Avramovic hasta un 8 de 14 al cierre de la primera parte. Recordemos que el Partizán era el penúltimo que menos lanzaba de tres de la Euroliga, solo 21 veces por jornada (cifra que alcanzaba en el minuto 28). Y ese acierto, pese a que el Madrid apabullaba en el rebote, le catapultaba: 39-46 ante de que Yabusele y Goss limaran la brecha.

La salida de Tavares por lesión

En la reanudación, de nuevo Causeur, que ajustó muy bien sobre Punter hasta que este se fue al banco sin sumar más. Ahí atrás, estuvo la clave de la reacción local, que se reponía a un mazazo tremendo, la salida de Tavares de la pista por problemas físicos en la rodilla izquierda (regresó del descanso con una rodillera, no bastó para aliviarle). Era el minuto 23 y no volvió a jugar… la desventaja, de siete: 48-55. El desafío era enorme y el primero en encararlo, Randolph, con un triple nada más entrar. Smailagic apilaba cuatro faltas y LeDay le seguía pronto. Goss y Causeur, este con un triple muy lejano, volteaban la tortilla.

El Madrid tenía la energía, respondía al latido de la adversidad. Musa asomaba con sus tres personales (canasta, asistencia, falta de tres forzada y triplazo) y nunca se marcharon Deck y Yabusele, pareja interior para el cuarto decisivo con Goss, Rudy y el bosnio en el perímetro. Qué decir de Rudy, enésima demostración de talento y carácter, robando dos bolas y dándole más aire a los suyos al límite de su físico. Otra andanada de Deck (8 tantos) y +7: 77-70 a 5:37 de la bocina

Un mundo por delante intuíamos, fueron varios más. Un 3+1 de Punter y un 2+1 de Exum sellaban la remontada. Goss igualaba a 84 con una de las suyas, una media entrada, y así cruzábamos la línea del minuto final. Gran polémica entonces con una falta pitada a Musa por sacar la pierna cuando buscaba los tres tiros… Personal más que cogida con alfileres que acabó decantando la balanza. Y eso que Deck, en su última carga, con un 2+1 magnífico, daba ventaja a los blancos: 87-86, restaban 21 segundos. El Madrid eligió defender, lo hizo bien, pero mejor Punter, que la clavó como las leyendas: un triple en un ángulo de 45 grados frente a Yabusele y sin tiempo para más, con cuatro décima en el reloj. Antológico, y 0-1 para el Partizán. Al Madrid le toca remontar con la incógnita de Tavares, forzado a vencer en Belgrado. Un reto extremo, pura Euroliga.