T.J. Shorts doma al Barça y le quita el liderato de la Euroliga

El París es debutante en la Euroliga pero ejerce como si no lo fuera. Juega sin red, poniendo el pecho, con un estilo reconocible y de los que engancha. Baloncesto de fantasía. De momento le está yendo bien. Han perdido sólo tres encuentros y todos los compitieron. En su visita al Palau Blaugrana aguaron la fiesta (87-103) que el Barça tiene montada en este comienzo de campaña, en el que está mostrándose como favorito a todo.

Había amanecido el día en BCN con un nombre apuntado en la agenda. El club sigue buscando un sustituto para Nico Laprovittola y hay un nombre que menciona Mundo Deportivo en el radar culé: Raulzinho Neto, que está en su Brasil natal recuperando la forma óptima (sale de una grave lesión) con el Pinheiros. En lo que llega él u otro Joan Peñarroya tiene que seguir haciendo camino. Fue otro base, en su caso una auténtica sensación en la competición continental, el que rompió la baraja cuando el Barcelona intentaba subir su apuesta: T.J. Shorts, estadounidense pero comunitario gracias a su pasaporte de Macedonia del Norte, multicampeón europeo (Champions y EuroCup), con su 1,75 de estatura, se volvió un gigante en el recinto catalán. 24 puntos para 36 de valoración. Por dos puntos en cada estadística no es la mejor actuación de su carrera. El trabajo más pausado que de costumbre que realizaron Maodo Lô y el mencionado, dos exteriores, se llevó por delante una remontada local y el liderato en la tabla. El Fenerbahçe de Saras pasa a comandar la clasificación después de este resultado.

El Barcelona se armó de valor después de un primer periodo en el que los rivales se montaron en un auto de carreras mientras ellos iban en un utilitario. La presión del pabellón y Abrines encaminó al equipo a una remontada y a estabilizar los márgenes. Lo curioso es que el París aparcó sus principios y en la segunda mitad (39-58) fue capaz de vencer en ataques estáticos jugados con mucha cabeza. Además muestran su versatilidad.

Primeras acciones y, algo en lo que incidió el capitán Álex Abrines después, el París pilló al Barça con el carrito del helado. Alineación muy alta de los de Peñarroya, con Parra, Parker además de Vesely y Satoransky, y espacios para que los diablos parisinos pudieran correr. Shorts, mente en cancha de Splitter y la identidad galopante de su club, lo leyó consecuentemente. Se fueron separando hasta que directamente pasaron a dominar. Con ataques cortos, no hacía falta más, y tiros que en cualquier otro escenario pueden parecer alocados. Ellos han probado que les funciona. Hasta 31 puntos en el primer parcial. El Barcelona llegaba tarde y hacía faltas, traducidas en diez 10 libres sólo en ese lapso de tiempo, por 16 de campo. Mucha concesión.

Hasta la quincena se fue el margen. Debía haber reacción. Vaya si llegó. Furibunda después de varias decisiones arbitrales sin sentido. Una falta inexistente de Abrines fue acompañada de una técnica de pistolero, hubo otra posterior a Satoransky y eso provocó que la ley de la compensación sobrevolara el Palau. El público arropó a sus jugadores y éstos respondían sacando numerosas faltas ofensivas al París, caballo desbocado, que empezaba a perder el norte. El escolta mallorquín, como hizo en Belgrado dos días antes, encendió la mecha; Willy y Parra seguían ese sendero.

El París de Splitter, otro novato -en su caso, como entrenador principal- firmó un 1/10 en triples durante la primera mitad. Sin ser amedrentados por tales números, revirtieron en la segunda parte e hicieron de sus lanzamientos exteriores auténticas dagas clavadas en los hombres que el Barça puso a luchar. Se quedó el colectivo en un 39%, nada mal, y sangrante resultó ese 4/7 de Lo, clave en el resultado final.

Núñez desplegó buenas artes en ataque y defensa antes y después del parón. Tenía ante sí un reto mayúsculo en la élite: Shorts e Hifi son un peligro constante, pero además apareció después Lô para ser otro contrapeso con el que Splitter podía manejar sus opciones. Parra puso siete de ventaja en el tercer acto y ahí comenzó a frenarse la inercia. Apuesta visitante por Cavaliere para meter centímetros y por un Lô al que no se esperaba como frío ejecutor en un duelo así. La veteranía que atesora el alemán en la Euroliga sirvió en uno de los días que se fijan en los calendarios.

Hernangómez fue un valor para Peñarroya después de un par de ausencias, resistían con sus chispazos en un tercer periodo que empezaba a suponer peligro, y Shorts se activó. Llevaba 15 puntos hasta ese momento y acabó con 24, algunos desde la línea de personal y otros en defensas que le daban demasiado aire. El joven Dame Sarr aportaba piernas ya en el cuarto definitivo. Había que recurrir a lo que funcionara al momento, deporte de inmediatez, y la contrapartida fue Ouattara. El Barça se quedó en blanco durante dos minutos y lo que vino tras ello fueron dos tiros de Shorts y un trío de triples entre Lô e Hifi. Con 18 de distancia sólo quedaba rendirse ante la evidencia. El París acababa de asaltar una de las plazas más complicadas de Europa. Y bravo por ellos.

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