Scariolo también conquista el Palau

El Barça no hizo bueno el impulso con el que llegaba al partido frente a la Virtus de Bolonia y recibió el primer palo de 2023. Tras la victoria en el Clásico, volvió a la Euroliga con derrota en el Palau. Y con sensaciones alejadas de lo ocurrido ante el Real Madrid tres días antes. Pesadumbre, malas ideas en ataque, rivales campando a sus anchas dentro y fuera, falta de fuelle en algunos jugadores y la directa ausencia de otro, Tomas Satoransky. Se conoció en la previa que el checo tiene una tendinitis en el tobillo derecho y se informó con eso de que la evolución marcará la disponibilidad, una fórmula que no invita al optimismo. Es un golpe bajo a las opciones de todos y, para más dolor, cuando el exNBA estaba mejorando sus prestaciones respecto al inicio de curso. El Barcelona salió tocado por ello, o eso dejó entrever, y sólo algún golpe de gracia le hizo estar en el encuentro hasta que expiró, con los boloñeses en lo alto, con 75-83 en el marcador llevado al acta.

Iffe Lundberg (20 puntos) fue el principal impulsor de la Virtus, un conjunto en el que destacaron también Ojeleye (14 puntos) o Jaiteh (10 puntos), por encima de la decena. Oscar da Silva, con 18 de valoración, desplazó minutos para Nikola Mirotic, al que se va administrando con cautela los esfuerzos tras su grave lesión, pero ni con estrategias de ese estilo se consiguieron parar las fugas de la nave culé.

El equipo italiano comenzó con ímpetu, dañando a un contrincante herido antes de empezar sin necesidad de apretarle demasiado. Las jugadas a media pista daban la medida de lo atolondrado que entró el Barça al partido. Con esa alineación inicial, Laprovittola al frente, no acertaban ni a anotar lo debido ni a contener al que tenían enfrente. Un 0-5 como aperitivo y la llegada al 10-19 con la que, después de algún triple, hicieron que la cosa se pusiera seria. Fue la salida a la pista de Cory Higgins, Álex Abrines y Da Silva, repartiendo espacio, lo que ofreció otra cara más amable de los de Saras. El ala-pívot abrió el campo y se cerró cuando tocaba, ese trabajo de minería que tanto empieza a agradecer su entrenador, y los catalanes pudieron cortar la racha.

Sin embargo, los errores dentro la zona, sobre todo rebotes ofensivos y segundas opciones, eran constantes. Si no era Jaiteh, era Bako. Vesely tenía trabajo para el que no daba y Lundberg atacaba esas debilidades interiores para ofrecer su versión más letal.

La escuadra local no se iba a rendir. No estaba lejos. Sabía que tenía que darle al botón que tienen, incluso en dificultades para armar la alineación, para hacerlo posible. De enmarcar la racha de Kuric al abrirse el tercer cuarto, con siete de sus once puntos casi de forma consecutiva. Llevaba unos partidos sin jugar y fue un asidero para el Barça. Eso les elevó al 53-51 tras dos tiros libres de Vesely. Se encontraban ya por encima jugando bastante atrancados. Laprovittola aseguraría después un doble-doble labrado el día en que se quedó solo al mando. El joven público de la Noche de Reyes se metía en el encuentro. Pero no, estaba claro que no, nada sería así de bonito al acabar la velada. La Virtus, sobre todo después de una técnica a Scariolo por pedir que se igualaran el nivel del arbitraje, se marchó. Un parcial de 10-20 fue letal.

Dos triples de Teodosic cuando llevaba cuatro fallos desde fuera, al más puro estilo de Milos, activaron las alarmas en el último periodo. Dos pérdidas en dos minutos las apagaron. Ya no hacían falta. El Barça no pudo remontar una segunda vez.

El seleccionador español, artífice también en buena medida -cerró bien el grifo al Barça- de este éxito, ha ganado en las pitas de Madrid y Barça en su regreso a la Euroliga con un club. Para no desdeñar. Esta campaña no es sencilla para ellos, es un reto complejo en una competición en la que hay que sudar cada centímetro de terreno, pero alegrías así son importantes. Al Barcelona le aguó la fiesta, no sólo por ser en su pabellón el partido sino porque el triunfo le colocaba líder en solitario. El Baskonia primero y el Mónaco después también cayeron, los tres que continúan compartiendo la primera posición -ahora con 11-6, una derrota más- de la clasificación, en la misma jornada y contra equipos fuera de los ocho puestos de privilegio. El torneo es una bendita locura.