Partido en Múnich a la espera de Xavi Pascual

El Barça juega esta noche en Múnich un partido de Euroliga ya sin Joan Peñarroya, pero todavía con entrenador interino. Se sentará en el banquillo Óscar Orellana, que tratará de cortar la mala dinámica de resultados, pero casi con total seguridad ya no volverá a hacerlo el viernes contra la Virtus en el Palau. Para dicho partido el entrenador del Barça, por varias temporadas, debería ser Xavi Pascual. El último entrenador que levantó una Euroliga de azulgrana regresará al Palau.

Desde el primer momento en que se decidió prescindir de Peñarroya el club se puso en contacto con Pascual, que mostró una buena disposición para hacerse cargo del equipo. El lunes se realizó una primera reunión formal que tuvo continuidad ayer, y que debe finalizar con el contrato rubricado. Una noticia que debería ser oficial en las próximas horas, a mucho tardar el jueves, pues el club es partidario de que Pascual ya dirija su primer partido el viernes ante la Virtus de Bolonia. Ni Josep Cubells, máximo responsable de la sección, ni Juan Carlos Navarro, mánager deportivo, han viajado a Múnich para centrar todos sus esfuerzos en cerrar una negociación que no se prevé muy larga.

Pese a que las partes son optimistas con su llegada, esta todavía no está cerrada, ya que son muchos los temas a discutir entre club y técnico. Pascual evidentemente no percibirá los mismos emolumentos que en Rusia, que no eran precisamente bajos, pero sí firmará un contrato más allá de la presente temporada que le permita construir un proyecto de garantías. Garantizar la inversión en la sección, conocer los planes de futuro de la directiva y tener voz en las decisiones deportivas son otros de los puntos que el preparador quiere aclarar antes de aceptar la propuesta azulgrana. Nada hace prever que la negociación vaya a descarrilar, en el Barça son abiertamente optimistas con el retorno de Pascual, pero falta poner la firma en el contrato. No tardará.

Orellana, un hombre de la casa que cumple su sueño

La destitución de un entrenador nunca es plato de buen gusto para un vestuario pero menos aún para el cuerpo técnico que ha acompañado al entrenador en la etapa que cierra. Pero Óscar Orellana (Barcelona, 1980) no pudo ayer esconder ni la ilusión ni la felicidad de dirigir por primera vez en su carrera al primer equipo del Barça. Hombre de club como pocos, ha pasado por todo el baloncesto formativo hasta llegar a ser ayudante del primer equipo. Hoy el Múnich será el máximo responsable del banquillo azulgrana.

Orellana aterrizó en el Barça hace 21 años como delegado del equipo cadete, haciendo un largo recorrido por la casa. Se incorporó a la disciplina del primer equipo de la mano de Bartzokas en 2016, justo cuando Xavi Pascual abandonó la entidad, manteniéndose como ayudante de Sito Alonso, Pesic, Jasikevicius, Grimau y Peñarroya. Ahora le ha tocado a él dirigir al equipo: “Es un sueño. Nunca en la vida me habría podido imaginar que un día iba a dirigir un partido del primer equipo. Es una pasada”, explicó.

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