Lyles: un cuatro tirador (¿y más que eso?) para el nuevo Real Madrid
El Real Madrid cambia de planes a última hora, ficha a otro interior y no descarta hacerse con un escolta que sería el última fichaje. Si cuaja, Lyles puede ser una incorporación de primer nivel.
Al Real Madrid le faltaba, en teoría, un movimiento. Y lo ha hecho, pero no por el camino esperado. En teoría, se buscaba un escolta generador y anotador, un perfil que se ha echado de menos en unos últimos tiempos en los que las piezas, por unas cosas o por otras, no han encajado del todo con jugadores que han sido un sí pero no como Dzanan Musa y fichajes arriesgados y finalmente fallidos, como Xavier Rathan-Mayes. Sin embargo, el club blanco ha optado por las oportunidades de mercado y por mirar el talento más que la posición: el (por ahora) último fichaje, la teórica guinda al proyecto Sergio Scariolo, es el ala-pívot canadiense Trey Lyles, que dejará así en suspenso una carrera de diez años en la NBA. Eso sí, en una planificación que esta temporada sí va a por todas, el escolta todavía podría llegar. Y sería otro nombre potente: Jordan Loyd, que ha jugado un fenomenal Eurobasket con Polonia, es una opción deseada, no descartada... pero difícil (tiene contrato con el Mónaco).
Tras la confirmación oficial, Lyles es el sexto fichaje (veremos si hay séptimo) de un Real Madrid que será profundo y lujoso, en rotación e inversión: Lyles se suma a Theo Maledon, David Kramer, Gabriele Procida, Chuma Okeke y un Izan Almansa que no saldrá cedido aunque hay muchos efectivos en un juego interior que debería ser uno de los más potentes de la próxima Euroliga. El lavado de cara es profundo: se han ido Hugo González, Dzanan Musa, Eli Ndiaye, Xavier Rathan-Mayes y Serge Ibaka.
Con Edy Tavares y Bruno Fernando, cuya continuidad estuvo en el aire, como pívots puros, la presencia de Usman Garuba y la llegada de Okeke además de los minutos que han tenido en el puesto de cuatro jugadores como Mario Hezonja y Gabriel Deck, el juego interior parecía cerrado con el fichaje de una promesa como Almansa. Sin embargo, el puzle se recompone con un Lyles (29 años) que en teoría es ala-pívot aunque también puede jugar minutos como pívot más puro. Y que llega para cubrir otro anhelo de los últimos tiempos: el rol de interior tirador. Con, eso sí, capacidad para ser más. Si Okeke es un defensor físico que puede ser un buen tirador, Lyles es un tirador que puede hacer más cosas. Sobre todo ahora, en el nivel Euroliga.
Una elección muy alta de draft
Con 29 años, Lyles ha cubierto una década en una NBA en la que nunca ha sido el jugador que prometía cuando llegó como número 12 del draft en 2015. De hecho, ha pasado por cinco equipos, elegido por los Jazz y con estancias después en Nuggets, Spurs, Pistons y finalmente Kings, lo más parecido a un hogar NBA que llegó a tener. Dicho por él mismo. En febrero de 2022 aterrizó, una pieza en un traspaso masivo, en el norte de California. Y después de una buena temporada 2022-23, renovó por dos años y 16 millones de dólares. Ocho anuales. Desde entonces, 127 partidos y unas medias de 6,9 puntos y 4,5 rebotes con un 36% en triples. Suficiente para ser un cuatro/cinco suplente con cierta estabilidad en la rotación, pero no para merecer otra renovación rápida por parte de unos Kings en crisis de identidad (algo nada extraño en esa franquicia) y que estrenan régimen con Scott Perry al mando de los despachos y Doug Christie como entrenador ya no interino. Metido en la rueda del final de mercado, esperando últimas oportunidades que se agotan, ha preferido dar el salto a Europa. Y para el Real Madrid se ha convertido en una opción tan apetitosa que se ha optado por reorganizar la rotación exterior y apostar por él.
Con Lyles, normalmente la duda en el nivel NBA ha sido cuánto puede aportar cuando no lanza (y anota) con regularidad por fuera. Es un 2,08 fino, con muchas facultades pero encasillado en ese rol de cuatro abierto o cinco de circunstancias, siempre desde el banquillo. Ahora bien, sus virtudes pueden convertirlo en un jugador muy importante en Europa si tienen buen traslado a la Euroliga. En el baloncesto FIBA, no brilló en los Juegos de París con una Canadá llena, eso sí, de talento NBA: 11 minutos, 2 puntos y 1,5 de valoración media en el torneo olímpico. La pasada temporada firmó con los Kings 6,5 puntos y 4,6 rebotes y en su década NBA está en 7,6 y 3,4 con un 34,7% en triples.
Para algunos, Lyles fue un riesgo en el 12 del draft, pero los Jazz apostaron por un talento que no había terminado de explotar en Kentucky. El primer jugador de la NBA nacido en Saskatoon, en la región canadiense de Saskatchewan, se trasladó (madre canadiense, padre estadounidense) a Indiana a los siete años. Y allí, en el estado donde el baloncesto es mucho más que un deporte, fue nombrado Mister Basketball, una distinción enorme, en su último año de instituto (2014). Elevado a rango de promesa cinco estrellas, el sexto mejor aspirante NCAA para ESPN, se comprometió con la Kentucky de John Calipari, un equipo que había perdido a Julius Randle y James Young pero que le reclutó a él junto a Karl-Anthony Towns, Devin Booker y Tyler UIis, que se unieron a los hermanos Harrison y Willy Cauley-Stein. Un formidable equipo universitario.
Esos Wildcats, sin embargo, no ganaron el título nacional: 31-0 en regular season, algo que jamás había hecho la ilustre Kentucky, y campeones de la poderosa SEC, se estrellaron en las semifinales de la Final Four y se quedaron sin corona nacional. Y con un 38-1 final que es la mejor marcar de todos los equipos universitarios (97,4% de triunfos) que no han acabado invictos. Los Badgers de Wisconsin, con Sam Dekker, Frank Kamisnky y Nigel Hayes-Davis, pudieron con ellos y pusieron una mancha ya inevitable en un currículum impecable hasta la Final Four. La NBA, eso sí, había tomado nota: cuatro jugadores fueron lottery picks (top 14 del siguiente draft), algo que solo había logrado North Carolina en 2005: Towns (número 1), Cauley-Stein (6), Lyles (12) y Booker (13).
Dos, Towns y Booker, se han convertido en superestrellas de la NBA. Cauley-Stein, que tuvo un inicio prometedor precisamente con los Kings, lleva fuera de la liga desde 2022 y desde hace dos años juega en China. Y el cuarto es Lyles, un talento algo frío que ha estado a veces cerca de desaparecer y otras a punto de dar un saltito notable en la NBA. Finalmente, entre dos aguas y fuera de los Kings después de completar un buen contrato de dos años, se reubica en Europa y en el Real Madrid. Con muchísimo potencial: con él, siempre ha sido así. Veremos esta vez sí la realidad está a la altura. Si es así, será un gran excepcional.
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