El Valencia tiene un problema de base

Definitivamente el Valencia tiene un problema en el puesto de base. Jones es el auténtico referente. Hace de todo (19 puntos, 7 asistencias, 5 rebotes y 5 robos) ante el Zalgiris (76-80) pero no puede jugarlo todo. Justo cuando se decidía el partido, compareció extenuado, por el esfuerzo realizado durante el partido.

No se le puede echar la culpa a Mumbrú por una incorrecta rotación. Van Rossom tuvo que descansar otra vez y cuando Harper sale, el equipo se desorganiza, pierde su esencia y acaba dependiendo del acierto del rookie en Europa. Su anarquía obligó al técnico a alargar las rotaciones de Jones y al final se pagó caro.

El Zalgiris se pasó el partido agazapado, haciendo la goma. Se puso por delante por primera vez (64-65) en el último cuarto. Y ahí fue superior al Valencia sumando su sexto triunfo. El exbarcelonista Smits fue el mejor (19 puntos y 7 rebotes) y Ulanovas, con sus libres en los segundos finales, remató a los taronjas.

El Valencia salió con otro aire. Los taronjas se sacaron de encima la crisis en mitad del partido contra el Madrid el martes. Y aunque no le dio para remontar a los blancos, sí que recuperó sensaciones. Además, hoy estaba Jones. Y esto no es una cuestión más. Con el norteamericano en el campo, el baloncesto fluye. Y sus compañeros juegan con otro flow.

Sosteniéndose en el trío Jones-Webb-Dubljevic, el Valencia castigó al Zalgiris de entrada. Tres triples seguidos (dos de Webb y uno de Dubi) lanzaron a los locales. Una canasta de Rivero, tras rebote ofensivo, puso la máxima hasta entones (27-17). Los libres y un Harper irregular, como de costumbre, mantuvieron a los lituanos a una distancia cercana (31-24), en el fin del primer acto.

El juego anárquico en el que se convierte el Valencia cuando Harper está a los mandos hizo que Mumbrú incluso le diera galones de base a Radebaugh, con Van Rossom fuera por molestias en la rodilla. Pero tampoco. Zalgiris se acercó hasta 31-29. Y el técnico tuvo que tirar de un Jones renqueante pero imprescindible para el Valencia. Las cosas fueron a su sitio. Porque los lituanos apenas anotaban nada que no fueran tiros libres. Un parcial de 9-1 volvió a poner la máxima para el Valencia (40-30, min. 18). Para entonces el partido ya era una guerra de guerrillas. Zalgiris elevó la intensidad y Valencia igualó. Eso sí, los colegiados quizás concedieron más libres de los debidos en los dos primeros cuartos a los lituanos: 18 por sólo 8 al Valencia Basket. Cómo no, dos libres de Smits faltando un segundo, lo dejaron 44-37 al descanso.

Tras el descanso, Jones y Webb volvieron a dar un estirón (50-40, min. 23). Sin embargo, Smits (otro que hace el partido de la temporada contra el Valencia) y Brazdeikis firmaban un parcial de 3-11 que le acercaban al 53-51. Para entonces, Harper volvía a dirigir al Valencia Basket. Una ruleta rusa. Lo mismo metía un triplazo que perdía un balón grosero. Está claro que es un recién llegado a Europa pero no puede aglutinar tanto los ataques de un equipo que por definición es coral. Un triple de Arostegui volvió a darle un respiro al Valencia pero un último minuto horrible se convirtió en un 0-6 de parcial que dejaban al Zalgiris a tiro (61-59) y con la flecha para arriba.

En el último cuarto el Valencia nunca fluyó. Con un Jones ya extenuado, fue Prepelic el que resucitó de entre los muertos y con un par de jugadas marca de la casa mantuvo a su equipo en partido. Un triple suyo hizo estallar La Fonteta (71-67, min. 35) pese a que se palpaba que la gasolina estaba en reserva. De ahí, a otro parcial de 0-9, con un Cavanaugh estelar, que le daba la vuelta a la tortilla (71-76), con balón para el Zalgiris restando únicamente 1:25 para el final. Aun así lo luchó el Valencia, con el último átomo de energía que le quedaba. Dos robos de Radenaugh y Claver unidos a dos canastas rápidas le ponían a un punto (75-76), a falta de 25 segundos. El duelo se jugó en los libres. Ulanovas anotó los cuatro que tuvo, Jones sólo uno.