El rey de la prórroga

El Valencia llevó al Madrid al límite, más allá de los 40 minutos; pero cayó ante el rey de las prórrogas (96-86), que en seis días ha disputado cinco (cuatro ante el Efes y la de este jueves). Los blancos reaccionaron a una desventaja de 12 en el segundo cuarto (18-30), se pusieron por delante en el tercero y, en el último, un nuevo arreón de Brandon Davies (19 tantos) estuvo cerca de darle el triunfo a los visitantes. El Real volvió a venir entonces desde atrás, enjugó una brecha en contra de 6 puntos (64-70, minuto 36) y lo vio ganado (80-77). Tavares lanzó, después de un rebote ofensivo, cuando pudo conservar el balón y Jared Harper, sobre la bocina y muy presionado, por encima de Edy y a tabla, forzó el tiempo extra.

Ahí, en la prolongación, no hubo color. Llull, que acabó cojo, y los tiros libres resolvieron ante el apagón taronja. El capitán, vitoreado por su gente por ser leyenda y muy bien en el tramo decisivo, tuvo un gran peso en el triunfo (16 puntos, 4 de 8 de tres), como Tavares, que concluyó con 18 y 19 rebotes (récord blanco en la Euroliga). Muy exprimido, eso sí: 38:18 en pista sin Poirier. También Campazzo lució con 19 tantos y 7 asistencias en la remontada de un duelo que rebasó las dos horas y media, repleto de parones, por un fallo en el reloj y las revisiones arbitrales, que enfriaron a los jugadores y rompieron el ritmo.

Unir una semana de doble jornada a otra pasa factura a la fuerza. Y más si, como en el caso del Madrid, vienes de cuatro prórrogas el viernes pasado y le añades otra. Damien Inglis, de esos jugadores que tienen detrás una buena historia, hablaba en la previa de la energía como algo vital en las aspiraciones del Valencia. La que le faltó en casa ante el Zalgiris debía ponerla en el WiZink Center. Y lo consiguió dadas las circunstancias. Su buena intensidad frente a un rival con una marcha menos por la acumulación de esfuerzos, que agotan piernas y cabeza, le permitió reducir mucho la anotación merengue y, a la vez, aprovechar las pérdidas para correr. Así, en situaciones de ventaja, vinieron varias canastas. El acierto de Chris Jones y Brandon Davies también ayudaba a desnivelar la balanza. Tavares no firmó la mejor arrancada y se echó en falta a Poirier (molestias en una pierna). Ndiaye hizo de cinco y Hezonja trataba de parar a Inglis, que cargaba bien dentro, además de que Stefan Jovic atacaba siempre que podía al Chacho por su superioridad física. Partidazo del base serbio. Una adición de cosas, unido al desacierto en el tiro de los madridistas, que esta vez compartían peor el balón, dio a la escuadra taronja una renta de 12: 18-30.

La vuelta de un Tavares mejorado dificultó las acciones cerca del aro a los de Mumbrú, además de cerrar el rebote defensivo. En ataque, Edy era también foco de atención. El pívot recortaba la desventaja a cinco después de un buen pase de Llull: 29-34. El menorquín volvía a ser protagonista: recibió un homenaje del club y de la grada por su récord de partidos (1.048 ya), incluida una foto conjunta con todos sus compañeros y el cuerpo técnico. En la cancha se le vio muy metido, como en Múnich, y anotando, incluida una acción poco habitual: entrada contra Robertson y reverso para resolver al poste.

En la reanudación (35-40), el reloj de una canasta se estropeó y el inicio de la segunda parte se retrasó 19 minutos, lo que enfrió mucho el ambiente y a los jugadores. Una diana y un 2+1 de Musa daban la vuelta al calcetín: 46-43. Justin Anderson le hacía un mate a Tavares sacando el brazo, Yabusele veía aro, aunque quien controlaba el acto era Campazzo con 9 tantos: 58-53.

Un 0-6, sin embargo, reimpulsó al Valencia. Regresaba el mejor Brandon Davies. El ex del Barça atacaba a Tavares con su juego de pies, movilidad y tirito. Jovic y Puerto echaban una mano y Davies volvía a continuación a empujar con todo, qué momentos. Valían para compensar lo que el encuentro tuvo de extraño. A cuatro minutos de la bocina, 64-70.

Remonta el Madrid y responde Harper

Al Madrid le tocaba remontar, una situación adversa en la que se siente cómodo. Y lo logró de nuevo con el Chacho y Llull al mando, que sumaban y buscaban con éxito a Tavares. Un triple de El Increíble y otro de Campazzo, al que dejaron lanzar toda la noche demasiado liberado, parecían darle la victoria al Madrid: 80-77. Llull marró la entrada definitiva y Tavares atrapó el rebote ofensivo, pero en vez sacar el balón fuera y esperar a que el Valencia le hiciera falta a un exterior para sentenciar, lo vio tan cerca que lanzó. El falló dejó abierta la puerta a la prórroga. Dos libres de Jones, dos de Hezonja y saque en campo de ataque tras tiempo muerto. Restaban 3,1 segundos… Jared Harper acabó armando una suspensión pegado a la línea lateral con Tavares saltando justo delante. Mide 1,78 m y tuvo que salvar una mano que quizá llegó a 3,30 m de altura, y lo hizo con un tiro a tabla. Prórroga sobre la bocina.

Ahí, en el tiempo extra, Llull desbrozó el camino con un triple y una bandeja y la puntilla vino desde el tiro libre. El capitán siguió en pista pese a una evidente cojera. Capital para el triunfo, como Tavares. El Valencia se quedó bloqueado, sin gasolina y sin ideas. Solo malos tiros. Mandó el rey de la prórroga.

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