El Panathinaikos se calma con 1-1
Sloukas se lució (29 puntos) en el triunfo de su equipo ante un Maccabi, donde volvió a destacar Lorenzo Brown (18 puntos y 6 asistencias).
El Panathinaikos calentó el ambiente tras el tropiezo del primer día, pero se calmó algo este jueves con su triunfo ante el Maccabi (95-79), que pone el 1-1 en la eliminatoria. Dimitris Giannakopoulos, el controvertido propietario del equipo griego, volvió al OAKA, a un partido de Euroliga, dos años después, y en su regreso disfrutó del gran ‘robo’ de este verano al eterno enemigo: Kostas Sloukas (29 puntos), el gran héroe y el encargado de darle algo de tranquilidad en un partido que comenzó cuesta arriba.
Con un Cohen muy acertado, el Maccabi tomó ventaja en el primer cuarto (7-12 con 8 puntos del ala-pívot) y llegó a ponerse ocho arriba a la carrera (16-23), con un contraataque de Lorenzo Brown, el otro jugador más en forma en ese primer asalto (6 puntos). Una ventaja que se repitió tras un triple de un viejo conocido de la Liga Endesa, Jasiel Rivero, que puso el 20-28. El Maccabi rozaba la perfección en ataque (8/9 en tiros de dos y 4/7 en triples) pero, sin Baldwin (lesionado), las pilas se le acabaron antes.
En el segundo cuarto, Sloukas entró en trance para igualar, primero, el partido (38-38) y, después, poner al Panathinaikos por delante (41-38, min. 18). Lo hizo, además, con 11 puntos seguidos, incluidos tres triples sin fallo. Pero la inspiración de Sloukas se le contagió también a sus compañeros. Una antideportiva de Nebo, que soltó el brazo en la lucha por el rebote, se tradujo en dos tiros libres para Papapetrou que, en la posesión extra por ese castigo, acertó también de tres (46-38). Lesssort, con un 2+1, amplió la renta del PAO a los once puntos (49-38). El equipo griego había sido capaz de firmar en ese segundo cuarto un parcial demoledor: 28-10.
Parecía que el Panathinaikos iba a romper el partido al inicio del tercer cuarto (56-39), pero Lorenzo Brown, con 7 puntos seguidos (18 al final), se encargó de que no fuera así. Dos triples de Tamir Blatt mantuvieron al Maccabi con vida (64-51), aunque Sloukas se encargó (una vez más) de apagar el incendio (67-51). ¿El problema? Que el base cometió su cuarta personal justo antes del cierre de este periodo. Un asalto en el que Cleveland se quedó la última posesión para poner el 71-60 y arrancó el cuarto final con otra canasta que rebajó la renta verde a 9 (71-62). El Panathinaikos, sin su cabeza pensante en pista, seguía con la caraja y Jasiel Rivero, con cuatro puntos seguidos, lo aprovechó (71-66); 0-8 de parcial en menos de un minuto y el partido de nuevo en un puño.
A pesar de la amenaza de una quinta falta, Ataman tuvo que sacar a Sloukas justo antes de que Cleveland, en una segunda parte excelente, acercara al Maccabi aún más (71-68). Pero la remontada no llegó a consumarse (75-68 con la firma de Sloukas) y el Panathinaikos recuperó su ventaja, que ya rondó los diez puntos el resto del encuentro. La serie se traslada ahora a Belgrado, a la mítica Sala Pionir, la próxima semana (martes 30 de abril a las 19:00 y jueves 2 de mayo a las 20:15), donde el Maccabi tendrá algo de apoyo. Ha solicitado a la Euroliga que le permita la presencia de mil aficionados en las gradas.
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