El Madrid se apaga

La final de Kaunas 2023, la semifinal de mayo pasado en Berlín… Un Olympiacos-Madrid siempre es un partido muy grande, con los de El Pireo como uno de los equipos que más se ha reforzado este verano, aunque le está costando arrancar. Una victoria como esta puede ayudar: 79-69. El Madrid se manejó bastante bien en La Paz y la Amistad durante 26 minutos (46-55), después de haber aguantado un tramo largo sin Campazzo por sus dos personales rápidas, y se apagó en los últimos 14, donde un parcial demoledor de 33-14 le hizo zozobrar. En la crecida de la armada rojiblanca, Vezenkov (10 de sus 23 puntos entonces), el torbellino McKissic (10 de sus 15) y el todoterreno Walkup (7 de sus 12) jugaron un papel protagonista.

Moustapha Fall, pívot de 2,18, no atrapó ningún rechace, pero repartió 6 asistencias. Ahí no supo el Real frenar ese mecanismo en el juego de los de Bartzokas, mucho más enérgicos, además, en la segunda parte, donde sus rebotes ofensivos desnivelaron la balanza (15 en total, 11 en los dos últimos cuartos). Unas opciones extra que permitieron al Olympiacos lanzar 17 tiros de dos más con la misma estadística en los triples (11 de 31 ambos). A Tavares le faltó ayuda en las capturas y al Madrid le faltaron recursos en el perímetro, donde Rathan-Mayes no participó ni un segundo. Lo que tiene no parece suficiente para ganar la Euroliga, no lo pareció en este desafío de altura, de ahí que siga en el mercado. Las bajas de Andrés Feliz y Garuba, claro, no ayudan.

Para empezar, Chus Mateo cambió el quinteto y puso a Ibaka de cinco frente a Fall con la instrucción de que lanzara: 2 de 3 en triples de salida. Y situó a Hezonja y Deck juntos frente a Vezenkov y Papanikolaour mientras Tavares lo veía desde el banco. Buen inicio hasta que la segunda falta de Campazzo en la pelea con Walkup cambió los planes y descolocó temporalmente a los merengues. Un 6-0 que supieron sujetar con Llull al timón y devolver el revés con un triple de Hezonja, un mate de Tavares (ya en pista) y dos buenos contraataques.

La presencia de Edy permitía a sus compañeros correr. El aro, con pinta de ser muy duro, ayudaba, porque escupió varios balones locales. Y se unió Ndiaye a la fiesta con un gran cara a cara ante Vezenkov y un triple esquinado. El búlgaro, MVP de la Euroliga en 2023 y que acaba de regresar de la NBA, apilaba 11 tantos al descanso. El Madrid alcanzaba un +7 (27-34), Tavares se iba al banco y Campazzo no volvía, no lo hizo, para evitar la tercera personal, hasta la segunda parte. Un tramo de apagón total visitante, puesto que se quedó a cero en los cinco minutos que restaban del segundo cuarto: 9-0 para el 36-34.

Faltaron recursos y rebotes

Debía remar con fuerza en la segunda parte y lo hizo con el Facu y Tavares a la vez: buena circulación, grandes pases del argentino y la imponente figura del pívot que habilitaba las cabalgadas. Hezonja se sumaba con un triple, un robo a Vezenkov y un mate: 46-55. Restaban 14 minutos y nuevo apagón general, un 18-4 que variaba la situación del Madrid, de cabeza tractora a remolque. El principal motivo era que delegaba en Tavares para todos los rebotes defensivos. La falta de ayudas, de concentración para los rechaces largos, rompió el choque. Y en ataque recordó al tercer cuarto de la final de Berlín frente al Panathinaikos, un carrusel de intentos triples sin apenas encarar la canasta con casi los mismos protagonistas. Era un duelo grande, sin la trascendencia de aquel, pero con algunas de sus carencias.

Chus Mateo necesita más de Musa y de Hezonja en tramos críticos pese a que el croata mejorara su versión ofensiva (15 puntos) y repartiera cuatro asistencias. Sin embargo, perdió la batalla con Vezenkov, la estrella rival. Llull echó una mano dentro de su rol y Deck cargó en varias continuaciones sin acierto exterior, mientras que Rathan-Mayes no se levantó del banquillo. Insuficiente. Y, en la pintura, todo Tavares (Ibaka no salió en la reanudación). Un desafío mayúsculo que iba para notable o más en dos cuartos y medio y acabó en suspenso cuando se necesitaron más recursos y más rebotes. El jueves, otro reto, el Maccabi.

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