El Madrid gana en la locura

Ni Chus Mateo ni Obradovic tocarán las castañuelas por el espectáculo, que lo fue por anotación y acierto de tres, pero que resultó ingobernable por una actividad defensiva digamos que disoluta. Los blancos, por lo menos, pasaron de la nada a algo más. Los de Belgrado, de vuelta en Madrid, cuando se cumplen 30 años del Partizán de Fuenlabrada, la Copa de Europa de 1992 del triplazo de Djordjevic, siguen aprendiendo lecciones de vida en su regreso a la élite. La de esta noche es que da igual que metas 17 triples con un 49% de acierto y 97 puntos tras 21 asistencias si el rival se va a 105 tantos con un 65% de dos y 11 dianas de tres de 22 intentos. Y claudicas en el rebote y no frenas las numerosas armas de un adversario superior. Ese fue el resumen, con el Real en más de 100 por primera vez esta temporada (69-100 al Betis en la Supercopa). Hasta cinco jugadores madridistas encestaron al menos 14 puntos, con Llull en 20, Tavares en 17 y Hezonja y Deck en 15 frente a los 20 de Zach LeDay y 17 de Dante Exum. Atrás, buen tramo de Ndiaye, Hezonja y Abalde cuando los locales le dieron la vuelta a la tortilla antes del descanso.

El baloncesto es la leche. Por si había dudas, lo volvimos a ver este jueves en el Palacio con un contraste descarnado entre un periodo y otro. Una locura. Un triple de Andjusic (ex del Bilbao y del Valladolid) en la última décima elevaba el punto 40 del Partizán en los primeros diez minutos. Sí, sí, ¡32-40! en un cuarto de récord. Los merengues salieron blandos no, lo siguiente, y los de Obradovic supieron abrir el campo, buscar buenos tiros de tres (y, todavía más difícil, ser certeros: 8 de 12) y jugar con velocidad, cargando primero con Andjusic y luego con Nunnally y LeDay. Punter, un referente ofensivo, era accesorio en el arranque. Un torbellino que, sin embargo, apenas descolocó al Real en un pulso de alternancias, al menos hasta el tramo muy final del acto.

Y con ese resultado de frotarse los ojos, más propio de una parte completa, se encaró el segundo cuarto y… el Partizán tardó dos minutos en sumar su primera canasta y más de cuatro para lograr la segunda, en ese tiempo, un parcial de 20-2 desde el intermedio y, siendo aún más concretos, de 16-0: del 36-42 al 52-42. Chus Mateo había dado con el quinteto atrás y con las asignaciones precisas, mientras Hezonja recibía buenos bloqueos y no defraudaba en ataque. El canterano Eli Ndiaye, un ala-pívot, cogía al base rival, a Exum, un poco al estilo de lo que hacía Marcus Slaughter hace unos años, y Hezonja, un alero, aguantaba el cuerpo a cuerpo a LeDay, un 4-5 potente, pero bajito y con buen tiro y movilidad para sacar de sitio a Poirier y Tavares. Como lo intentó Brodziansky, ex de la ACB e igualmente con lanzamiento de tres. Quizá por eso, para abrir siempre la pista, el atlético Lessort, imprescindible para Zeljko, jugó mucho menos de lo habitual. Y también andaba en cancha Abalde, buen trabajo de intendencia.

Las revoluciones habían bajado en ese segundo periodo (22-11 de parcial y 54-51) para volver a repuntar en la reanudación (32-23) con un Llull acertadísimo que se disparó hasta los 20 tantos. El capitán armaba más sus tiros tras recibir un pase que tras acarrear el balón. Tavares imponía su dominio bajo el aro serbio y Punter entraba en escena, aunque los locales solo apretaban de verdad en la retaguardia al cierre del cuarto, cuando Williams-Goss robó un balón y dejó una buena bandeja: 86-74 en… 30 minutos.

Quedaba el último asalto y el Madrid, pese a destacarse con un +15 (89-74 y 95-80), se paró y debió apretar los dientes para no caer en el atolladero. La amenaza inminente (99-92) no se concretó, Deck subía el 101 al marcador y… su equipo abrazaba la quinta victoria seguida en Europa que confirma su despegue continental: arriba del todo en una clasificación muy igualada, a la estela del líder, de un Fenerbahçe al que visitará el próximo viernes.