El Madrid es intocable también a puerta cerrada

El gran duelo de pasadores, el partido más repetido de la historia de la Copa de Europa (70 veces ya, 44 a 26 de balance), se lo llevó el Madrid por abrasión: 70-99 después de apilar bastantes acciones espectaculares. La guinda, casi acabando, un 2x2 fantástico entre Poirier y Sergio Rodríguez. El francés recibió de Abalde sobre la línea de tres, se la pasó de espaldas y entre las piernas al Chacho, que dribló hacia la zona para soltar un pase a la remanguillé, un alley-oop que el pívot estampó de manera salvaje en el aro tras una gran estirada para alcanzar el balón y acompañarlo. Un bonito colofón junto con el debut europeo (canasta incluida) del canterano Hugo González y el taponazo de Ndiaye.

Una noche redonda para los blancos, en la que se pusieron al día en la Euroliga con este partido que andaba colgado en el calendario desde hacía 26 días por la guerra entre Israel y Gaza. A puerta cerrada en Belgrado, sin público, los de Chus Mateo ponen el 10-0 en la clasificación, el mejor arranque desde que se cambió en 2016 el formato al todos contra todos actual. A estas alturas, en dos meses competición, nadie había llegado invicto.

Un triunfo de los que vienen con lacito tras repartir 29 asistencias y extraviar solo 7 balones, un ratio de 4,1 imposible de compensar por cualquier adversario (11 y 15 el Maccabi, es decir, 0,7 pases por cada bola al limbo). Y ahí, en el balance entre pases y pérdidas, se explica mucho el funcionamiento de un equipo, cifras donde el Real lleva más de una década en vanguardia. Lo que vimos fue una victoria por relevos, el éxito del bloque con muchos protagonistas pasándose el testigo. Del inicio sobresaliente de Campazzo y Tavares, con Deck muy presente y Abalde en la intendencia, a la irrupción de Musa, la de Rudy y Ndiaye, el triplazo de Llull, los tres minutos estelares de Hezonja en el tercer cuarto, la conexión Chacho-Poirier…

Enfrente, Lorenzo Brown hizo lo que pudo, bastante en lo numérico (16+5+9 para 24 créditos), aunque insustancial para el resultado. Plantó cara y luego les dio la mano a sus compañeros en la Selección un día después del sorteo del Preolímpico. A su lado, un nefasto Wade Baldwin que terminó con -8 de valoración y un hercúleo Josh Nebo que en sus 13 primeros minutos agrupaba 14 puntos y 5 rebotes ofensivos. Una potencial amenaza que neutralizaron los merengues en la segunda parte. Lo frenaron en seco.

El Madrid regaló a los que lo siguieron por televisión un formidable primer cuarto (21-36), en el que repartió 11 asistencias y Tavares se hartó a mates (15 puntos), y completó una segunda parte muy seria: 29-47. Hezonja lideró con 10 puntos un parcial de 14-2 para cerrar el tercer cuarto y despedazar el intento del Maccabi de regresar al encuentro. Del 54-60 al 56-76 tras un mate de Poirier.

Solo en el segundo cuarto el Real perdió clarividencia. Menos fluidez, más tiros forzados y los bien lanzados no entraban con el Maccabi ajustando su defensa en zona, lo que permitió al equipo israelí coser algo la brecha: diez abajo. En la reanudación, otro arreón visitante que elevaba el +17 tras cuatro puntos de Hezonja y una sobresaliente conexión del croata con Tavares, al que asistió por la espalda. Y todo pese a marrar entonces 18 de sus 22 triples (al final, 11 de 32). La última tentativa de réplica amarilla vino de la mano de Baldwin y de Lorenzo (51-60); pero el tiempo muerto de Mateo resultó catártico: 16-2 en 3 minutos y a volar, 20 arriba.

El Madrid también es intocable a puerta cerrada, aunque este jueves se le presenta nuevo reto, en otro ambiente, la fervorosa cancha del Fenerbahçe. Como curiosidad, todos los rivales del Maccabi habían empeorado su porcentaje de tiros libres con la grada vacía. Esta vez, no: 10 de 10 hizo el Real. En unas horas, más.

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