El Madrid decepciona

Quince minutos nefastos en la primera parte descabalgaron al Real Madrid en Milán, en un pabellón histórico pero pequeño, el PalaLido, ahora reformado y que no es la cancha habitual del Olimpia. A la escuadra italiana le ha sentado bien el relevo en el banquillo. Supo castigar a los blancos, agitar un inicio de partido que le perjudicaba y hacer mucho daño con sus exteriores y en los bloqueos con la movilidad de los interiores. El serbio Marko Guduric (fichado este verano del campeón, el Fenerbahçe) fue una pesadilla para sus pares. Anotó mucho (22 puntos) y desequilibró. Hasta cinco jugadores locales acabaron en dobles dígitos.

En el Madrid, Campazzo estuvo solo en ataque más allá del buen comienzo de un Lyles que se diluyó por sus dificultades defensivas. El argentino hizo 25 puntos con apenas diez lanzamientos (tres canastas sin fallo y 5 de 7 de tres). El resto, un solar. El Armani lanzó mejor de dos, de tres y… los tiros libres. Hasta 14 triples con un 52% frente al pobre 28% de su adversario. Le falta pólvora al Real en muchos duelos de exigencia extrema. Por eso dio igual que atrapara 19 rebotes ofensivos por cuatro del rival.

Sergio Scariolo sigue sembrando para el futuro y prima ahora no utilizar nunca de más a ningún jugador por encima de cualquier victoria. Giuseppe Poeta, en cambio, solo jugó con nueve, aunque su parte de bajas era amplio. La reacción merengue de la segunda parte (39-43) resultó insuficiente. No llegó a encimar de verdad a un Olimpia que conservó bien sus ahorros. Una derrota decepcionante en plena escalada europea que pone fin a una racha de ocho victorias entre la ACB y la Euroliga.

El triple, un problema atávico

La primera parte del Madrid fue un horror. Siempre un paso por detrás en la defensa colectiva para dejar a los tiradores locales solos, e igualmente muy mal en el cara a cara. En ataque, visible como una boya luminiscente, su atávico problema en el triple (3 de 14 a la mitad del duelo). Para ser más precisos, lució en los cinco primeros minutos (9-17) y luego se desplomó hasta encajar un parcial de 41-22 en los 15 siguientes. Un tiempo muerto de Poeta y las rotaciones lo cambiaron todo.

Campazzo mandó de salida, Abalde defendió a gran nivel, Tavares impuso su presencia y Lyles percutió una y otra vez, diez puntos en medio cuarto. Hezonja entraba en escena entonces con el pie cambiado, una pérdida y cuatro tiros marrados en cascada, mientras que Alex Len erraba alguna acción bajo el aro. La rotación de Llull, claramente superado por Guduric, también era negativa. Quinn Ellis se mostraba certero y se le sumaban Armoni Brooks, Zach LeDay, Guduric y... el recuperado Lorenzo Brown (ocho tantos en cinco minutos entonces).

Los blancos atrapaban diez rechaces ofensivos en doce minutos, pero no suponían un aporte especial en el marcador. El Olimpia metía los triples liberados (demasiados) y algunos forzado, lo metía casi todo: 5 de 9 en el primer cuarto y 5 de 8 en el segundo. La brecha alcanzó los 14 puntos: 46-32. Habían vuelto los principales a escena, pero la cosa no fluía igual. Mucho bote y pocas ideas.

En la reanudación, Abalde dirigió la ofensiva desde atrás, el que daba la talla y trataba de armar la reacción mientras que Lyles palidecía frente a LeDay: 57-41 Una, dos, tres faltas. No podía frenarle. Entraba Hezonja al cuatro, centrado esta vez (ocho tantos en menos de minuto y medio), y Campazzo cargaba bien hasta que lo sustituyó Maledon: 59-55 después de un parcial de 2-14. Y de ahí no pasó. La reacción no se convirtió en remontada. Abalde pedía el cambio, Len relevaba otro rato a Tavares (en ausencia de Garuba, baja por una pequeña lesión) y la rotación, de nuevo, no sumaba lo necesario. Salvo Okeke, incisivo, pero que después de dos aciertos marraba una canasta y, a continuación, Hezonja una entrada.

La puntilla de la estrella serbia

Unos fallaban y Guduric remataba. Tampoco Mario podía con él. El perímetro italiano, con el bloqueo directo y la movilidad de los interiores, quebraba a los blancos. Y con casi todo resuelto (84-71, minuto 37), Scariolo recurrió a la heroica con un quinteto tan atípico como móvil: Campazzo, Maledon, Abalde, Deck y Lyles. Dos triples del Facu (84-80 a minuto y medio del final) hacían soñar a los suyos con una remontada imposible. Lo fue.

Maledon pasó un bloqueo por detrás y Guduric, la figura de la noche, ajustició de tres. Ya con 87-82, Abalde desperdició dos triples. Y un tercero sobre la bocina para ajustar el average. Un mal Madrid frente a un Olimpia crecido con el cambio de Messina por Poeta en el banco, siete victorias en las últimas nueve jornadas. Otro candidato al playoff que llama a la puerta. La Euroliga quema.

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