El Madrid de las trincheras

Vincent Poirier disputó su partido número 200 con el Real Madrid, una fecha señalada que celebró por todo lo alto. Al inicio del último cuarto anotó 8 puntos consecutivos para remontar un partido que se había complicado mucho para los blancos, que amarran su décima victoria consecutiva (76-77), la sexta en Euroliga. Lejos queda la derrota ante el Fenerbahçe el pasado 30 de noviembre, cuando Sarunas Jasikevicius estaba de vacaciones y Dimitris Itoudis apuraba sus últimos días en el banquillo turco. Desde entonces, el dominio con puño de hierro ha vuelto y el balance es de 16-1 para el equipo de Chus Mateo, que hunde un poco más a un Asvel que estuvo muy cerca de dar la campanada como colista, pero se hundió en su propia táctica, colapsó en el peor momento, emergió al final, intentó el milagro.... pero sucumbió, sumando su 15ª derrota en 17 partidos.

Opciones tuvo hasta el final. La triste sensación para los franceses es que las faltas de Youssoupha Fall les lastraron en exceso. La pesadilla de Edy Tavares, un pívot que con 2,21 cm molesta más que nadie al gigante caboverdiano, protege la zona y da muchos problemas a sus rivales en el rebote. El Asvel mandaba 15-6, llegaba bien a las ayudas exteriores y se atrincheraba en la zona, con Joffrey Lauvergne posteando mucho a Eli Ndiaye, y Paris Lee liderando inteligentemente la ofensiva. Fue con ese resultado cuando Fall cometió su segunda personal, ya con Poirier en pista, y tuvo que irse al banquillo. Al final del primer cuarto el marcador reflejaba un 19-18 y el Asvel una sensación de que muchas de sus opciones iban a depender del tiempo del interior en pista.

Chus Mateo, que tuvo que pedir tiempo muerto a inicios del primer periodo, movió mucho el banquillo buscando soluciones, llegando a introducir incluso al joven Hugo González en la rotación antes de tiempo. En los 5 primeros minutos del segundo asalto, los blancos sumaban 7 puntos y muchos problemas en ataque. Al descanso se llegaba con un 39-33 gracias a un triple de Sergio Llull, cerrando el Madrid el segundo cuarto igual que el primero, en el que el protagonista fue Fabien Causeur. El talento individual les mantenía en un partido a pocos puntos, raro para ellos, con un 3 de 11 en triples que era un síntoma claro de una situación compleja.

Las cosas se complicaron todavía más a la vuelta del túnel de vestuarios. Gianmarco Pozzecco insistió en la idea de atacar la zona con el posteo permanente de Lauvergne (16 tantos al final) sobre Ndiaye, que dio rédito al Asvel. El ala-pívot anotó 6 puntos consecutivos y dio una asistencia a Charles Kahudi para que descerrajara un triple. Chus Mateo decidió cambiar de estrategia y alineó a Poirier junto a Tavares (16+12 para 26 de valoración, líder del duelo en ese apartado), dos hombres altos para asegurar el rebote y evitar que Lauvergne jugara de espaldas al aro. Por el camino, Fall cometió su tercera personal con sólo 1:15 del tercer cuarto disputado. Pozzeco le dio un abrazo y le mantuvo en pista, pero cometió la cuarta en el ecuador. Se tuvo que ir al banquillo con 48-41 en el marcador, que paso a 50-49 sin la presencia del pívot en pocos instantes. El Asvel supo reaccionar, tiempo muerto mediante, y logró irse por delante (57-51) con 10 minutos por delante.

Ahí emergió el Madrid: Poirier anotó 8 puntos consecutivos (llegó a 17 al final) para dar la vuelta al partido, mientras que Sergio Rodríguez y Alberto Abalde se apuntaban a la fiesta con sendos triples. Un 0-14 para abrir las hostilidades en el periodo final, todo sin Fall en pista, que regresó para cometer la quinta personal y certificar su eliminación con 3:50 para la conclusión. El Madrid llegó a ganar de 11 (59-70) y mandaba de 8 (65-73) con 2:21 para el final. Al colista sólo le quedaba tirar de corazón.

Y vaya si lo hizo: un parcial de 7-0 auguraba una resolución final taquicárdica (72-73). Dentro del último minuto, Lee (17 puntos) ponía las tablas (74-74). Un gancho de Tavares y el fallo posterior de los franceses daba medio partido a los blancos, pero Campazzo sólo acertó un tiro libre. Lauvergne anotó debajo de la canasta y Llull (9 tantos, pero 3 de 10 en tiros) fue a la línea de tiros libres. Al fallar el primero, tiró a hacer lo mismo en el segundo. Y David Lighty, con los franceses sin tiempos muertos , no acertó a la desesperada, desde el centro de la pista. El Real Madrid suma otra más. Los blancos sobreviven a todo. Y también ganan en el barro. En las trincheras.

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