El Madrid cae en la prórroga y Hanga se lastima una rodilla

Como el Olympiacos resolvió el triunfo ante el Baskonia cuando el Madrid encaraba el último cuarto, los blancos ya solo podían ser segundos, si ganaban, pero perdieron en la prórroga (100-96). Ahora acabarán terceros si el Barça supera este viernes al Valencia en el Palau y se cruzarán con el sexto, que será el Partizán de Obradovic (20 de 21 acumula el técnico serbio en eliminatorias europeas) si los de Belgrado vencen ante 20.000 fieles en el Stark Arena a uno de los peores del curso, el Panathinaikos. El Partizán es ahora el equipo de moda, quizá el contrincante que nadie quiere en el playoff, el mismo que bailó al Real en Serbia hace dos semanas (104-90). Así que, aunque el Madrid llegaba a esta última jornada con los deberes hechos en Europa, ganar o no ganar siempre suele ser importante. Y todo a tres días del Clásico liguero en el Palau. En la Euroliga más igualada de siempre, eso sí, es difícil predecir lo que le espera a cada uno a la vuelta de la esquina. En cualquier caso, si no fuera el Partizán, el adversario merengue sería el Fenerbahçe o el Zalgiris.

Los de Chus Mateo volvieron a ir de más a menos con su habitual falta de bases, que puede agravarse si Adam Hanga tiene una lesión en la rodilla izquierda. El húngaro abandonó el duelo en el tiempo extra, cuando restaba 1:20, aunque por su propio pie, buena señal. Yabusele ejerció de líder (25 puntos en 41:30, una cifra de minutos poco habitual en esta época); Musa añadió 20 tantos; Deck, 16 y Hezonja, 15. Tavares acabó eliminado por faltas, pero su presencia tampoco compensó la sangría en el rebote, donde las 16 capturas ofensivas del Maccabi (49 en total) parecieron decisivas. Lorenzo Brown (22 puntos), campeón de Europa con España, comandó a la escuadra local pese a terminar también el choque en el banquillo por un esguince de tobillo.

El Real respondió bien de salida con su quinteto más habitual, el que sitúa a Hanga de base con Musa, Deck, Yabusele y Tavares. Y más tras la lesión de Williams-Goss, que iba para dos o tres semanas y ya supera el mes. Y sin Poirier (apendicitis) ni Llull, aunque ya con Rudy, que se ha perdido 21 de las 34 jornadas de la fase regular. Los blancos no dominaban el rebote, pero controlaban de inicio a Lorenzo y Baldwin, compartían muy bien el balón y lanzaban con eficacia de tres: 8 de 18 en triples cuando quedaban unos segundos para llegar al descanso y mandaba por 9 (33-42). Entonces, dos faltas personales a Colson en los últimos cinco segundos permitieron abrir un parcial de 4-0 que se estiró en la reanudación a un 13-0.

La energía local había subido y la concentración arbitral, bajado. No hay nada que influya más en el baloncesto que la permisividad con una defensa que mete las manos continuamente. Varias carreras facilitaron la crecida de un Maccabi que recuperaba el timón: 46-42. Esa marea amarilla la pararon los visitantes a tiempo (técnica incluida a Chus Mateo) para que el tercer cuarto no los descabalgara. Y se permitieron una contrarréplica, de Yabusele con seis tantos en ocho segundos: falta antideportiva sobre el intento triple del francés, que embocaba los tres tiros libres y acertaba de tres tras el saque posterior (51-57).

Los de Kattash, sin embargo, ya habían cambiado el paso y Don Lorenzo aparecía con fuerza, luego Baldwin, mientras que el Madrid no compartía el balón como antes y avanzaba a arreones individuales hasta diluirse como un azucarillo en pleno desconcierto arbitral. Y, pese a viajar siete abajo hasta en cinco ocasiones en el último cuarto (la última, 82-75 a menos de cuatro minutos de la bocina), logró remontar con el empuje de Yabusele y Deck, con su quinteto titular. El alero argentino forzaba la prórroga con dos tiros libres a falta de 22 segundos (86-86).

El tiempo extra empezó con mal pie: primero se lesionó Lorenzo Brown en un tobillo y luego Hanga en la rodilla izquierda con gestos preocupantes, aunque salía de la pista caminando. Quizá se quede solo en un golpe. El Madrid metió la primera de la prolongación tras atrapar Yabusele un balón extraviado y se atascó: varios tiros lejanos sobre el final de la posesión. Un triple de Hilliard y una canasta de Sorkin encarrilaban la victoria del Maccabi, que acaba quinto tras un magnífico sprint final. Siete triunfos en las últimas ocho jornadas. A ver los cruces.