Vuelve la incertidumbre al Valencia Basket

Las horas siguientes a la derrota del Valencia Basket ante el Hapoel Tel Aviv (92-94) han sido de un vacío existencial agudo. Cuando todas tus ilusiones, presentes y futuras, están puestas en una competición puede pasar esto. El desazón es obvio puesto que el plan taronja pasaba por ganar la Eurocup y, a mediados de abril, poder pensar en una mudanza dulce al Roig Arena con el billete de vuelta a la Euroliga en el bolsillo.

Ni siquiera pudo despedirse el Valencia Basket de la Fonteta con dignidad, en partido europeo. El enfrentamiento entre jugadores de Hapoel con aficionados taronjas aún empañó todo un poco más y dejó un regusto más amargo si cabe.

¿Y ahora qué? Pues una vez se digiera lo que pasó, a corto plazo se trata de, como se dice en Valencia, no ‘quemar la falla’. Es difícil pero el club quiere analizar el trabajo que se ha hecho de la misma forma que si Sestina hubiera encestado el último lanzamiento de tres. Y como dijo Pedro Martínez, ver cómo se encaja en el equipo “el disgusto y la decepción”. La última vez que pasó esto, con Pedro Martínez en el banquillo taronja, en la Eurocup de 2017, el equipo acabó levantando su única Liga ACB.

Esto en cuanto a lo deportivo. Porque en los despachos hay trabajo duro por hacer. Por una parte, seguir picando piedra con la Euroliga, intentando postularse como candidato, sobre todo si la competición aumenta el número de equipos participantes. La irrupción de la NBA-FIBA para 2027 aún aporta más incertidumbre a la situación. La baza del Roig Arena juega a favor del Valencia. Eso es indudable.

Y luego está el tema social. El anuncio de los precios de los asientos para el Roig Arena ha dejado helados a una parte importante de los abonados. Para muchos, el incremento de precio para una localidad similar a la que tienen en la Fonteta se les dispara. Anoche Enric Carbonell, director general, tuvo una reunión con las peñas para intentar limar asperezas. No tener Euroliga garantizada ha sido un palo para el club que tampoco tiene ya este argumento para justificar la subida. Todo está en el aire. La incertidumbre vuelve a Valencia.

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