El Granca más ciclotímico: de la paliza a la agonía ante el Slask
Los de Lakovic, que llegaron a ir ganando 71-49 al inicio del último cuarto, no sentencian hasta los últimos segundos. Slaughter selló la victoria desde el tiro libre.
No solo por ser el campeón se le podría llegar a suponer al Granca tremendo dominio en la presente edición de la Eurocup. Esta noche, el equipo de Jaka Lakovic volvió a comenzó dándose un buen festín a costa del Slask Wroclaw, empeñado desde el primer minuto el equipo polaco en demostrar por qué llegó a la Isla como último clasificado del Grupo B. Hoy, con una tremenda reacción, cosechó su séptima derrota en el mismo número de partidos. Pero con todo el orgullo del mundo. Mientras, el Gran Canaria, que que ha ganado todos sus compromisos europeos del presente curso baloncestístico, ninguno tan sufrido como este, se mantiene invicto.
Se impone un análisis a conciencia de esos 10 últimos minutos, que de milagro no acabaron siendo fatídicos. Solo la relajación local impidió la paliza. En esta ocasión se le fue de la mano y casi echa por la borda, en un doloroso último cuarto, el impecable trabajo de los anteriores 30 minutos.
La teórica diferencia entre ambos equipos quedó patente prácticamente desde el calentamiento. El Gran Canaria no estaba para bromas y doblaba al Slask en el marcador justo antes de que sendos triples de Salvó y Slaughter le dieran a los suyos el primer +10: 21-10. Mantenía la hueste polaca una mínima esperanza de que todavía hubiera partido, así que los triples de Kolenda y Golebiowski que cerraron el primer cuarto le dieron algo de vida 10 minutos después: 23-16.
El duelo empezó a romperse definitivamente al alba del segundo cuarto cuando dos encestes de Slaughter desde más allá del 6,75 y otro de Pelos, todos de una tacada, dispararon al Gran Canaria en el marcador ante un Slask que parecía, y vaya si lo estaba, a merced de una suerte que ni se imaginaba soñar. El envite entró en un momento valle, acaso un pequeño atasco en ambos de la cancha, lo que no impidió a los locales irse al descanso con toda la tranquilidad posible: 45-27.
Lo único potable del Slask Wroclaw llegaba desde la muñeca de Kolenda, que sumó del tirón cinco puntos seguidos mediado el tercer cuarto que fueron un oasis en el desierto en el que estaba inmerso su equipo (54-37). Parecía que se podían sublevar los muchachos de Jacek Winniki, más la rebelión fue aplastada rápidamente por un 7-0 de parcial del Granca, firmado en este caso por cinco puntos de Salvó y otros de Bassas que cerraban el tercer cuarto con un rotuno 68-47.
Se intuyó mínimamente comprensible que el Gran Canaria pudiera caer en la autocomplacencia, mas no tanto. Una pájara inaudita sacudió los cimientos del partido, que parecían tan bien asentados. Ocurrió que, cuando todo estaba decidido, la formación local se dejó comer toda la ventaja adquirida, 71-49 al alba del último parcial. De hecho, a entre Miletic y Kolenda, triple para 26 puntos, apretaron, y de qué manera, el marcador: 77-73 con menos de un minuto por delante, 79-75 y 22 segundos pendientes de jugarse. Y los árbitros, mientras, haciendo esperar a todo el minuto con visitas constantes al monitor de televisión y ordenador. Slaughter, en el partido amarillo más ciclotímico, se encargó de sellar la victoria y mantener a su equipo invicto.
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